Salud

La contaminación, el ruido y el tráfico pueden hacer crecer la obesidad infantil

Un estudio revela que los niños que viven en zonas urbanas con menos renta tienen más sobrepeso

ARA
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Dos niños preparan la cena, en una imagen de archivo.

BarcelonaLos niños que viven en zonas urbanas con niveles altos de contaminación del aire, de ruido y de tráfico pueden tener un riesgo más alto de sufrir obesidad infantil. Es la principal conclusión que se extrae de un estudio hecho por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (IDIAP Jordi Gol), que ha relacionado estos tres factores ambientales con un índice de demasiado corporal (IMC) más alto. Publicado en la revista Environment International, el estudio ha analizado los datos de 2.213 menores de entre 9 y 12 años, todos vecinos de Sabadell, un 40% de los cuales tenían sobrepeso u obesidad.

Los investigadores evaluaron la asociación entre los factores urbanos a los que los niños estuvieron expuestos entre octubre de 2017 y enero de 2019. Entre estos factores había la contaminación del aire, los espacios verdes, el entorno construido, la densidad de establecimientos de alimentación no saludable, el tráfico rodado y el ruido que hace. También se midieron diferentes parámetros tanto de obesidad infantil (índice de demasiado corporal o IMC, circunferencia de la cintura y grasa corporal) como de comportamientos relacionados con el peso (consumo de comida rápida y bebidas azucaradas, actividad física, comportamiento sedentario, duración del sueño y bienestar).

Según los investigadores, hasta ahora pocos estudios habían evaluado si el entorno urbano tenía influencia en los comportamientos de los menores y estaba relacionado con riesgo de sufrir obesidad infantil. Otro aspecto nuevo de este trabajo es que ha evaluado diferentes exposiciones urbanas de forma conjunta, según el concepto de exposoma o estudio de múltiples factores ambientales simultáneos. "Los niveles más altos de contaminación del aire, tráfico y ruido se asociaron con IMC más altos y con más probabilidad de que el niño sufriera sobrepeso u obesidad", ha resumido a Efe Jeroen de Bont, investigador de ISGlobal y del IDIAP Jordi Gol.

Falta de horas de sueño y estrés

A pesar de que todavía se desconocen los mecanismos que podrían explicar esta asociación, los científicos plantean como hipótesis que la contaminación del aire podría alterar los mecanismos moleculares que causan la obesidad induciendo inflamación o estrés oxidativo, alteración hormonal y adiposidad visceral, aunque de momento los estudios sobre este tema se han llevado a cabo en ratones. El ruido podría influir en la privación del sueño y en el aumento de las hormonas del estrés, que están asociadas al desarrollo físico en la infancia y podrían hacer crecer el riesgo de sobrepeso.

El trabajo observó, así mismo, que la cantidad de establecimientos de alimentación no saludables del entorno se asociaba también a la obesidad infantil, probablemente porque favorece más consumo de comida rápida y más ingesta calórica. Sin embargo, no encontró una relación entre el entorno urbano y el nivel de actividad física, comportamiento sedentario y otros comportamientos relacionados con el peso de la población infantil. "Que el estudio no encontrara una asociación entre estos parámetros podría deberse al hecho de que es difícil saber hasta qué punto la propia obesidad condiciona los comportamientos relacionados con el peso", ha apuntado De Bont.

Más sobrepeso en las zonas desfavorecidas

Por otro lado, la investigadora de la ISGlobal Martine Vrijheid apunta que "el estatus socioeconómico tiene un papel importante, aunque no del todo claro, en la asociación entre el entorno urbano y la obesidad infantil". En este estudio se ha comprobado que los menores que vivían en zonas más desfavorecidas de las afueras de la ciudad tenían más sobrepeso y obesidad a pesar de estar expuestos a niveles más bajos de contaminación, tráfico y ruido, y a pesar de tener acceso a más zonas verdes.

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