Sin amor propio e identidad, el Girona es humillado por el Betis
El equipo gerundense no tiene respuestas para detener el potencial verdiblanco y ya está a tres puntos del descenso
GIRONAMíchel y el Girona no pueden seguir engañando. O las cosas cambian, y cambian de verdad, o la próxima temporada competirán en la Segunda División. ya en el descanso que no dio ninguna opción a nada (1-3) Por no tener, el Girona no tuvo ni amor propio, que es lo mínimo que debe exigirse. al que ya se intuía que no sería un día habitual. Porque la sensación de final cada vez se cierne más en el ambiente. Gastadas un montón de balas, ya no es que queden tantas. El descenso ya está a tres puntos y el jueves visita el Leganés, que está a cinco.
Montilivi respondió porque no quiere que el Girona baje a Segunda. que se pedirá fiesta en el trabajo dentro de un par de días para ir a Madrid, porque no quiere perdérselo.
Porque ninguno de los espectadores podía imaginar que tan sólo empezar Johnny se quedaría sin rival y remataría solo, desde el interior del área, un saque de esquina, y apagaría el ambiente místico de las grandes noches que se había generado. O que en dos minutos, antes del descanso, Antony e Isco harían lo que quisieran para poner el 0-3 y romper cualquier tipo de ilusión. Todo ello no es nuevo para el Girona, que hace tiempo que lo sufre.
Míchel está muy tocado. De hecho, con el 0-3 directamente se le vio abatido. No merece que su etapa, gloriosa e imborrable, quede manchada de esta manera. Duele, verlo así. Sin respuestas. Rompiendo récords negativos, cuando hace poco su Girona fue el mejor jamás visto. El año pasado pulverizó todas las marcas. Este año también, pero al revés: ha igualado el máximo de jornadas sin ganar en Primera (diez, con Eusebio), que coincide con la racha más larga sin triunfos de Míchel en el banquillo rojiblanco.
Su equipo no está preparado para navegar en una zona en la que no esperaba verse, y lleva semanas intuyendo las consecuencias pero no las asume. La caída es inmensa, mucho más de lo que jamás se ha visto, porque el Girona tampoco había estado nunca tan arriba. Hace unos meses paseaba por Europa, poniendo el escudo junto a dos de los cuatro semifinalistas actuales, el PSG y el Arsenal. Pero se olvidó de rendir a la Liga, donde tan sólo sumó 6 de los 39 puntos de la segunda vuelta. Solo quedan seis jornadas y la reacción debe ser inmediata.
El temple que presentaba el estadio, claro, quedó afectado, y Montilivi se convirtió en un cementerio. Sin esperanza y orgullo. Tan sólo el de hombres como Portu y Stuani –que marcó el gol del honor–, porque ellos nunca bajan los brazos. Muchos deberían aprender de los veteranos. La pérdida de identidad del Girona es el otro grande que: hasta ahora era la envidia de otros muchos clubs. No hace mucho los rivales querían ser el Girona. Pero ahora ese Girona se ha perdido. Aún puede salirse, sí, pero la realidad es que hace una pinta horrible.
- Gerona: Gazzaniga, Francés (David López, 68'), Blind, Krejci, Miguel, Arthur, Iván Martín (Portu, 46'), Yangel Herrera (Jhon Solís, 57'), Tsygankov, Asprilla (Van de Beek, 57') y Danjuma (8). Entrenador: Míchel Sánchez.
- Betis: Adrián, Ruibal (Bellerín, 46'), Bartra, Natán, Perraud, Johnny, Fornales (Carvalho, 78'), Isco (Lo Celso, 60'), Antony (Jesús Rodríguez, 78'), Ez Abde (Altimira, 89') y Cu. Entrenador: Manuel Pellegrini.
- Goles: 0-1 Johhny (6'), 0-2 Antony (39'), 0-3 Isco (42') y 1-3 Stuani (85').
- Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario).
- Tarjetas amarillas: Ruibal (26'), Arthur (52'), Francés (65'), Perraud (91') y David López (93').
- Tarjetas rojas: Ninguna.
- Estadio: Montilivi, 12.535 espectadores.