Apagón masivo

Allí donde un corte de luz no es excepcional: "Pagamos lo mismo y vivimos en un país tercermundista"

En algunos puntos del mundo rural, las interrupciones de suministro eléctrico son habituales por culpa del mal estado de las instalaciones.

El municipio de Molló (Ripollès) sufre cortes de luz aproximadamente una vez al mes
03/05/2025
4 min

GeronaEl apagón general del lunes, que dejó a millones de personas de toda la península Ibérica sin electricidad ni cobertura durante horas, fue una jornada absolutamente histórica y excepcional. Ahora bien, no para todos, ya que, en varios entornos rurales de Cataluña, lejos de las grandes ciudades, algunos vecinos y vecinas están acostumbrados a lidiar con cortes prolongados de suministro eléctrico de forma más o menos habitual. Son pequeños pueblos de montaña, de costa, masías rurales aisladas o urbanizaciones alejadas del casco urbano que, de vez en cuando, les marcha la luz por culpa de alguna incidencia en la red. Representan un pequeño porcentaje de la población que, pese a pagar lo mismo que el resto por los servicios, hace tiempo que se han acostumbrado a vivir con generadores, fuegos leña, linternas y fogones de gas en la recámara.

Es el caso de Molló (Ripollès), un pueblo de menos de 400 habitantes, al norte del valle de Camprodon, donde aproximadamente una vez al mes registran fallos en el suministro de medio día o de todo un día entero. A menudo son apagadas programadas por mantenimiento de la infraestructura (como la prevista el próximo lunes, cuando parte del vecindario se quedará cinco horas sin luz), pero también dejan de funcionar los enchufes de manera imprevista cuando hace mal tiempo y la caída de algún árbol estropea los cables o las antenas de la zona. Además, cuando marcha la corriente eléctrica, a menudo, de rebote, también se pierde la cobertura telefónica, tal y como ocurrió en Catalunya el lunes, por lo que la comunicación para pedir asistencia se hace muy complicada.

"Nos sentimos abandonados"

"El ruido mediático es enorme cuando una situación así ocurre en las grandes ciudades, pero en el mundo rural ya hace tiempo que estamos acostumbrados. Nos sentimos abandonados y poco escuchados, pero a la vez estamos más preparados y adaptados, ya que la gente tiene velas, leña, gas... Hemos aprendido a tener alternativas porque, si no, puedes pasarlo muy mal", explica Josep Coml. Paradójicamente, el lunes fueron de los primeros en recuperar el suministro eléctrico, pero la cobertura, en cambio, no volvió hasta 48 horas después: "La sensación de abandono es total. Cuando Protección Civil consideró que la mayoría de la población ya tenía cobertura, se dio la emergencia por cerrada, diciendo literalmente que sólo quedaban algunos casos residuales como el nuestro", certifica el alcalde.

Eva Martínez, vecina de Espinavell, pueblo del mismo término municipal, critica el trato discriminatorio de las grandes compañías hacia el mundo rural: "Es como si fuera nuestra culpa por haber decidido ir a vivir a la montaña, como si no tuviéramos los mismos derechos ni pagamos la factura. idílico, pero vives en una situación permanente de precariedad, con la sensación de necesitar al famoso kit de supervivencia de la Unión Europea, pensando en métodos alternativos para no quedarte tirada". Martínez, que se ha instalado placas solares y baterías para autoabastecerse, también está a cargo de su padre, una persona dependiente con Alzheimer, por lo que los cortes recurrentes de luz le representan un quebradero de cabeza añadido, "Evidentemente que sin electrico. Mi padre, cuando se marcha la luz y los relojes o los aparatos no funcionan, se preocupa y todo es un trasiego", concluye.

Los campesinos optan por un generador de repuesto

Además de algunos pueblos pequeños concretos, la situación también es complicada en algunas masías o casas rurales apartadas, donde las compañías eléctricas deben enviar la red expresamente. Carme Rosset, campesina de Vilademuls que gestiona con su hijo dos explotaciones ganaderas de cerdos y vacas, denuncia que cinco o seis veces al año se queda sin luz durante horas por falta de mantenimiento de las instalaciones: "La gente quiere las granjas lejos de las carreteras y los núcleos urbanos porque no molestamos, pero, entonces, las empresas no hacen las inversiones. ordeñar y el ganado sufre, así que no tenemos otra solución que tener generadores o hacer electricidad con el tractor", lamenta. Y critica: "Vivimos en un país tercermundista, los campesinos pagamos los mismos impuestos, pero hay que gastar más dinero que el resto para tener electricidad, yo he tenido que gastar 100.000 euros en un generador y tengo que estar pendiente de que no me falte gasóleo".

Aparte de municipios de montaña como Molló, en la costa, históricamente, también se han producido problemas de suministro, sobre todo durante el verano, cuando la población se multiplica exponencialmente por el turismo de sol y playa y, a veces, la infraestructura eléctrica no da suficientemente de sí para tanta demanda. Éste era un problema endémico de la costa gerundense hasta que, en el 2023, los alcaldes de Palamós, Sant Feliu de Guíxols, Platja d'Aro y Calonge se reunieron con Endesa, con la mediación de la Generalitat de Catalunya, exigiendo actuaciones urgentes para revertir la situación. Desde entonces, la situación ha mejorado sustancialmente y en el último verano apenas se contabilizaron incidencias.

Cortes de luz en una urbanización de 1.500 habitantes

Las grandes y alejadas urbanizaciones del casco urbano, con instalaciones antiguas y un crecimiento de población que no ha ido acompañado de mejoras en el servicio, son uno de los otros puntos que a veces registran contratiempos. Es el caso, por ejemplo, del núcleo de Santa Coloma Residencial, donde viven unas 1.500 personas, a 3 km de Santa Coloma de Farners. Durante el pasado mes de diciembre sufrieron cortes reiterados de suministro durante días enteros, por falta de potencia del transformador que los abastece. "Aquí todo es eléctrico: cocina, calefacción, agua caliente... Con el apagón general del lunes todo el mundo ha visto los inconvenientes de no tener electricidad, pero nosotros ya lo sufrimos en Navidad, cuando hacía mucho más frío y oscurecía antes", explica Cristina González, presidenta de la asociación de vecinos. "Como no se marchaba a toda la urbanización, la mayoría de los vecinos se organizaban yendo a cocinar oa ducharse con agua caliente en casas cercanas de amigos o familiares que sí tenían luz". A raíz de los problemas del mes de diciembre, los vecinos hicieron mucha presión en el Ayuntamiento, implicaron al síndico de agravios y se reunieron con Endesa. Por el momento (aparte del del lunes), en los últimos tres meses sólo se ha registrado un corte más. Sin embargo, algunos vecinos todavía se muestran escépticos, dispuestos por si se vuelven a repetir y ya han empezado a mirar dónde comprar generadores.

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