Covid persistente: el reto de futuro de la pandemia
Hasta un 15% de los pacientes con covid sufren síntomas semanas después de superar la enfermedad
BarcelonaEva Sanfacundo, de 37 años, ha llegado a dejar las llaves de casa en el congelador o a olvidar qué es lo que había decidido hacer según antes y encontrarse en medio del comedor sin saber por qué. "Una vez quemé la comida porque había olvidado que estaba cocinando", confiesa. Arrastra estas pérdidas de memoria desde que se contagió de covid-19 en marzo del año pasado. Maite Castillo, de 51 años, también pasó el covid durante la primera oleada. Al principio, al poco de superar la enfermedad, "salía a comprar el pan y me tenía que sentar por el camino", recuerda esta enfermera del Hospital del Mar de Barcelona. "Sabía que algo me pasaba, me continuaba encontrando mal y los síntomas no marchaban". Un año y medio después todavía no ha conseguido liberarse de la sensación constante de cansancio.
Tanto Sanfacundo como Castillo sufren covid persistente o long covid,un trastorno que se caracteriza por la persistencia de síntomas del coronavirus semanas o meses después de la infección inicial y que no se pueden explicar por ninguna otra causa. Los más habituales son la fatiga extrema, las dificultades para respirar, la tos y los dolores en las articulaciones o el cuello, o también problemas de memoria y concentración. Pero la lista es extensa: algunas encuestas han llegado a identificar hasta un centenar de afectaciones en pacientes que aparentemente ya se han recuperado de la enfermedad, pero que a la vez han quedado incapacitados para tareas tan cotidianas como ducharse, hacer la compra o recordar palabras.
Además de la variedad de síntomas, la gravedad varía según la persona y la temporada: las secuelas pueden fluctuar y provocar fases de más o menos intensidad. Ermengol Gassiot, de 49 años, se contagió de coronavirus en marzo de 2020 y dice que las "oleadas de síntomas" no han dejado de afectarlo. En algunos momentos "la asfixia ha llegado a ser constante", dice, y la fiebre alta y la tos le han llegado a impedir hablar. "Siempre he sido una persona activa y he hecho ejercicio físico, y ahora es como si cada día me fumara un paquete de tabaco -explica-. Son síntomas muy variados, que pueden ser inhabilitantes, no siempre son permanentes y a veces aparecen y desaparecen".
Goteo que no para
En Catalunya, el Colectivo de Afectadas y Afectados Persistentes por la Covid-19 ya cuenta con cerca de 2.000 personas de todas las edades. El febrero eran 1.500. Los médicos aseguran que desde que se empezaron a diagnosticar enfermos con síntomas que se alargaban más allá de la infección, el goteo de casos no ha parado. Una tendencia que prevén que se mantenga en los próximos meses. "Es posible que dado el número de casos no graves que ha habido con esta quinta oleada los casos de covid persistente también aumenten", pronostica la coordinadora de la unidad de covid persistente del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) de Badalona, la doctora Lourdes Mateu.
La coordinadora de la consulta de rehabilitación física para estos tipos de enfermos al Hospital de la Vall d'Hebron de Barcelona, Judith Sánchez, coincide. La unidad abrió en mayo del año pasado después de detectar "un número importante de pacientes que tenían problemas de movilidad en las articulaciones o parálisis en los pies y las piernas después de haber sido ingresados". Ya ha atendido a 700, una cifra que Sánchez prevé que continúe aumentando. "Sobre todo a raíz de esta quinta oleada, porque han ingresado muchos en la UCI y esperamos que una buena parte tengan afectaciones a largo plazo", explica.
Sánchez dice que, con el tiempo, han podido "identificar y catalogar" los pacientes que acuden a las consultas, y asegura que el principal problema actualmente es que se desconoce el tiempo que tienen que pasar en rehabilitación para recuperarse de la gran variedad de síntomas que sufren. "Tengo pacientes que hace un año que han pasado el covid y que todavía están haciendo rehabilitación porque todavía tienen secuelas neurológicas de la primera oleada", apunta Sánchez. Y se han ido añadiendo los correspondientes a las sucesivas oleadas.
Diversos expertos lamentan que todavía no se hayan solucionado grandes dudas que rodean el covid persistente, como por ejemplo por qué algunos pacientes no desarrollan síntomas a largo plazo y otros sí, cuál es el perfil de paciente -a pesar de que varios estudios apuntan la predominancia entre mujeres jóvenes- o si la vacuna puede ayudar a reducir los síntomas. "Todavía hay mucho desconocimiento sobre el long covid, tanto por parte del colectivo médico como por parte de la población", dice Mateu.
Sin tratamiento definido
Precisamente, debido a la poca información sobre la enfermedad, el covid persistente no tiene un tratamiento definido. Y como no se sabe la causa del trastorno, las rehabilitaciones disponibles se centran solo en los síntomas. En la unidad pos-covid del servicio de neumología del Hospital Clínic han atendido desde mayo del año pasado más de 600 personas con deficiencias respiratorias que se mantienen después de recibir el alta por covid. "Estudiamos a los pacientes para entender qué les está pasando, y en función de donde encontramos las alteraciones intentamos tratarlas basándonos en otras enfermedades respiratorias, pero no tenemos un tratamiento dirigido para lo cual", explica la cabeza de la unidad, el doctor Oriol Sibila.
Algunos enfermos de covid persistente lamentan también la dificultad de diagnosticar una enfermedad que a menudo les ha llevado a tener que peregrinar de consulta en consulta para encontrar una respuesta. "Hay gente a quien sí que se le está atendiendo, y otros que no paran de dar vueltas por diferentes médicos, algunos de los cuales no reconocen el covid persistente", denuncia Eva Sanfacundo, portavoz de la plataforma de afectados por el covid persistente en Catalunya. Dice que no quiere responsabilizar a los médicos de un problema que atribuye al "colapso hospitalario" y a la "inflexibilidad de protocolos", que en muchos casos no se adaptan a la realidad de los pacientes. "Pero el tiempo pasa y muchos continúan igual", añade.
Tanto profesionales como afectados piden que se abran nuevas líneas de investigación que permitan definir el covid persistente, para tratarlo y prevenir secuelas. "Estamos ante una enfermedad que no conocemos y ahora lo que hace falta es estudiarla y caracterizarla", dice Sibila. Mateu, por su parte, pide una atención integral para estos pacientes a la vez que considera "esencial" la coordinación entre centros de atención primaria (CAP), hospitales y otros centros sanitarios para un mejor abordaje. "Todo el mundo se está dando cuenta de que el covid persistente existe y que será un problema de salud pública en un futuro, pero todavía nos queda mucho por conocer y avanzar", sentencia Mateu.