Tribunales

El donjuán estafador, condenado a tres años y medio de prisión

Albert Cavallé “pretendía enriquecerse” aprovechándose de la víctima, a la que tendrá que pagar 70.000 euros

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Albert Cavallé llegando ayer a la Audiencia  de Barcelona antes del juicio, con unas ojeras que le tapaban media cara.

BarcelonaCuarta condena a Albert Cavallé, conocido como el donjuán estafador, que se había especializado en aprovecharse de mujeres a las que seducía, tal como avanzó el ARA. La nueva sentencia es de la Audiencia de Barcelona, que le impone tres años y medio de prisión. Cavallé, que acumula al menos 25 denuncias, hasta ahora había esquivado las penas de prisión –poco elevadas– y lo habían castigado con otras medidas. En esta última condena el tribunal ve “fiable” la versión de la víctima y considera que Cavallé “pretendía enriquecerse” aprovechándose de ella. Los jueces también lo obligan a pagar 70.000 euros a la mujer, que se quedó sin ahorros y fue la primera que lo denunció. A pesar de que el abogado de la víctima pedía ocho años y medio de prisión, la Audiencia ha puesto los tres años y medio de prisión que quería la Fiscalía –que al final del juicio rebajó la petición.

Según la sentencia de la sección sexta, Cavallé y la mujer se conocieron en una página de contactos a finales de 2015 y al cabo de dos semanas él ya le pidió un dinero que se comprometía a devolver: alegó que tenía problemas económicos y las cuentas bloqueadas. En 2016 la mujer contrató cuatro préstamos para asumir los gastos de la convivencia y el dinero que gastaba el hombre. Entre los cuatro créditos se superaban los 17.000 euros y el tribunal no ve “plausible” la necesidad de “endeudarse en tan poco tiempo”. Los jueces apuntan que la mujer contrató un nuevo préstamo para cancelar las deudas, hecho que demuestra que no es una “morosa” sino alguien que se vio “superada” por “la expectativa” de la relación con Cavallé.

La Audiencia recuerda que, al mismo tiempo, el hombre se hizo 30 transferencias a su favor que sumaban más de 17.000 euros. También recoge que Cavallé tenía tarjetas con las que hacía compras de importes “ciertamente elevados” y que consiguió que la mujer le financiara la compra de un coche. La sentencia concluye que es él "quien se beneficia" siempre de todos estos movimientos. A pesar de que en el juicio el hombre negó haber estafado a la víctima y argumentó que llevaban “un elevado tren de vida” en el que los dos “contribuían económicamente”, los jueces recuerdan que él “no se endeudó”. Según el tribunal, Cavallé desplegaba “la conducta propia del estafador”: para ella la relación iba de verdad, pero él solo tenía el objetivo de arruinarla.

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