Educación estudia encarecer otra vez el precio del comedor escolar

El nuevo convenio del sector del ocio y el aumento del IPC podrían subir hasta los 6,55 euros el menú

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Un comedor escolar, en una imagen de archivo.

BarcelonaDespués de 13 años con el precio del comedor escolar congelado, el Govern anunció en pleno confinamiento que subía el coste máximo del menú de los 6,20 hasta los 6,33 euros, un 2,1%, tal como hacía tiempo que reclamaban las empresas de cáterin y entidades que prestan este servicio. Solo dos años después de este aumento, el Departamento de Educación está estudiando si vuelve a subir el precio del comedor. ¿El motivo? El incremento del IPC –los precios este mes de abril son un 8,4% más elevados que en abril de 2021– y el nuevo convenio laboral del sector del ocio, que obliga a incrementar el sueldo de los monitores a partir de septiembre. La conselleria ha confirmado al ARA que está estudiando el impacto de los dos factores "para determinar el margen de decisión en una posible repercusión de la subida del precio máximo de comedor". Si subiera el precio del menú, la Generalitat también tendría que subir la inversión de becas comedor.

"No es una opinión, es una cuestión objetiva: el precio del menú tendría que crecer entre un 4 y un 4,5%", afirma Pep Montes, gerente de la Asociación Catalana de empresas del Ocio, la Educación y la Cultura (Acellec), que calcula que de los 6,33 euros actuales se pasaría a unos 6,50 o 6,55 euros, para pagar tanto la comida como el sueldo de los monitores y las actividades de la hora del mediodía. Montes argumenta que dos de los conceptos que recoge la memoria económica para calcular el precio máximo de un menú escolar han crecido: los precios de las materias primas han aumentado debido a la crisis de suministros y el encarecimiento de la energía y también ha aumentado el gasto en recursos humanos, porque en febrero se aprobó un aumento salarial del 7% para los monitores de ocio entre 2022 y 2024, con una primera aplicación del 2,5% a partir de septiembre. Estos encarecimientos estrangulan a las empresas y proveedores, y hacen muy difícil cumplir el tope máximo, avisa el Acellec.

En cambio, las asociaciones de familias lo ven "como una excusa" para empezar el curso que viene con un precio máximo más alto que "cumpla las exigencias de las empresas" para tener más ingresos. "No entendemos que el precio máximo aumente más, cuando 6,33 euros es ya un precio elevado, el coste de los menús en Catalunya es uno de los más altos del Estado y todavía es más escandaloso si se compara con el resto de los países del entorno", afirma Lidón Gasull, directora de la AFFAC.

Debate por el nuevo decreto

El debate sobre el precio del comedor escolar anticipa otra discusión: la que se abrirá para elaborar el nuevo decreto de comedores. El Govern guardó en un cajón una normativa que tenía que regular el servicio que cada día reciben unos 400.000 alumnos catalanes en los 2.000 comedores escolares que hay y que generan unos 2,5 millones de euros diarios de negocio, después de que las AFA se sublevaran porque la propuesta de borrador les quitaba la posibilidad de gestionar directamente el servicio de comedor. Ahora Educación ha reabierto esa carpeta para aprobar un nuevo decreto que actualice la normativa actual, que se aprobó en 1996.

Las AFA ya han hecho las primeras propuestas: reclaman "cambios para andar hacia otra gestión" de comedor que les permita hacer compras centralizadas, cocinar en las escuelas e incluso reorganizar al personal. "¿Tiene sentido tener a todo el personal externalizado?", pregunta Gasull, que apunta que se podrían reducir horas lectivas o dar incentivos a maestros y profesores para que hicieran parte de las horas de comedor. También plantea acortar el tiempo del mediodía para que no sea tan caro y estudiar una tarifación social de las becas comedor, siempre con el objetivo de avanzar hacia la gratuidad del servicio.

Las empresas, a su vez, reclaman que el Govern incluya en el futuro decreto que la disposición que fija el tope máximo del coste del menú salga como muy tarde en febrero para tener margen a la hora de aplicar el precio a las licitaciones. "Los concursos se han adjudicado ya y esto es un problema muy gordo, porque las empresas han licitado con un precio que no refleja ni el aumento del IPC ni el de los salarios y, si ahora el Govern sube el tope, la diferencia nos la comeremos las empresas", avisa Montes. Por eso, reclama que la Generalitat haga en todo el país lo que ya ha hecho el Consorcio de Barcelona, que añadió una disposición para garantizar que el precio se actualice en la misma proporción si hay cambios después de una licitación.

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