Abusos a menores

"En la misma época, en el mismo club, un hombre abusaba de niños y otro de niñas"

El masajista del Club Hoquei Mataró fue denunciado en 2020 por una quincena de mujeres, cinco de las cuales eran ex jugadoras de la entidad

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Una litera de fisioterapia en una imagen de archivo

BarcelonaSu club volvió a aparecer en los medios de comunicación. Y por hechos parecidos. Y en la misma época. El ARA publicó el 12 de septiembre la denuncia por abusos sexuales de un ex jugador del Club Hoquei Mataró contra Joan P., figura histórica de la institución del Maresme. Esto removió por dentro a un grupo de ex jugadoras de la entidad, que vieron cómo los días siguientes el número de víctimas aumentaba hasta cuatro. "En la misma época, en el mismo club, un hombre abusaba de niños y otro de niñas", lamenta una de las deportistas que en octubre de 2020 decidió dar el paso y denunciar al que había sido masajista de la entidad, Quim P. En total hay una quincena de denuncias: un tercio son jugadoras del Mataró y el resto son clientas que iban a su consulta privada.

La instrucción que ha llevado a cabo el juzgado número 8 de Arenys de Mar se está a punto de cerrar. Este lunes, el presunto autor de los abusos tenía que declarar, esta vez como procesado, pero se ha acogido al derecho de no hacerlo. Las cinco denuncias de las deportistas hacen referencia a unos hechos que se produjeron entre 2014 y 2017. "Cuando entré en el club, la jugadora de campo mayor tenía 17 años", explica una de las denunciantes. "Todas éramos muy jóvenes. Antes no había ido nunca a un fisio, no sabía cómo te tratan, no tenía ninguna experiencia previa. Todo fue muy gradual, se gana tu confianza, te llevas muy bien con aquella persona y piensas que nunca te hará una cosa así", añade otra de las chicas. "Si va tanta gente, piensas que debe de tratar así a todo el mundo y que lo que te hace es normal. Yo podía entrar en el módulo donde él hacía los masajes, él estaba con otra chica y no lo veía. Lo habíamos normalizado tanto que no éramos conscientes de ello", explican las chicas, que apuntan que él se aprovechaba de la confianza que había para traspasar líneas rojas. Según su relato, primero entraban de dos en dos, en un módulo que "abría él desde dentro" y, por lo tanto, nadie podía sorprenderlo. Y después pasaron a ser sesiones individuales: "La persona en la que más confías es la que te está haciendo más daño. Nosotras dudamos y no se lo dijimos a ningún padre. Los clubes tienen que tener mucho más cuidado respecto a quienes contratan, no dejar solas a menores encerradas con un adulto".

Música, incienso, temperatura alta, luz tenue, velas... Quim P. creaba una ambientación destinada a relajar a las deportistas y las clientas. Les hacía quitar la parte de arriba de la ropa, las cubría con una toalla y muchas veces, denuncian las chicas, se sobrepasaba. "Te dolía la rodilla y te tocaba todo el cuerpo", recuerda una de las jugadoras, que preguntó a los chicos del club cómo eran sus masajes y constató que no tenían nada que ver con los que les hacía a ellas. En su consulta privada, además, las hacía desvestir del todo, a veces haciéndolas sentarse encima suyo, y en alguna de las denuncias se hace referencia a agresiones sexuales con acceso carnal.

Las ex jugadoras del club no dijeron nada hasta que en 2020 vieron una publicación en Instagram que denunciaba los hechos. Contactaron con la autora, hablaron entre ellas y decidieron explicárselo a la familia y después denunciarlo. De entre la quincena de víctimas que abrió la vía judicial hay casos que están prescritos, porque se remontan a 2004, pero de momento no se ha dictado el sobreseimiento. Quim P. fue detenido en 2020 y quedó en libertad con cargos. Se le impuso una fianza de más de 25.000 euros.

Investigación

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