"Gente muy marginal" detrás de los disturbios de la Mercè

Batlle dice que el vandalismo de estos días "es un punto de inflexión" porque ha derivado en "violencia extrema"

Ara
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El restaurante Xiroi Can Nuri, con los vidrios rotos

BarcelonaLa última noche de la Mercè ha sido la más tranquila de todas y no ha habido macrobotellones ni disturbios ni en las calles ni en las playas de Barcelona. En todo caso, según el teniente de alcaldía de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, estos días han sido un "punto de inflexión" porque de una "ocupación masiva del espacio público" y de molestias a los vecinos se ha pasado a un "problema delincuencial y de orden público" y a una "violencia extrema". Uno de los interrogantes que dejan las imágenes del Palau de Congressos destrozado o los restaurantes de la playa saqueados es quien hay detrás de estos disturbios. 

"Son oportunistas, gente que aprovecha el jaleo para delinquir", ha dicho Batlle a RAC1. Como las manifestaciones por el encarcelamiento de Pablo Hasél, Batlle cree que "gente que no tiene nada que ver con la movilización" aprovecha las aglomeraciones para saquear y vandalizar. Según el teniente de alcaldía, "son gente muy marginal". El domingo el portavoz del sindicato CSIF de la Guardia Urbana, Eugenio Zambrano, acusó directamente al colectivo de menores no acompañados, pero Batlle ha dicho que no quiere poner "etiquetas estigmatizadoras" porque le importa "bien poco el origen" de las personas que causaban los disturbios. Simplemente, ha dicho, "son delincuentes y como tal tienen que ser tratados".

Abrir discotecas no habría evitado los macrobotellones

Más allá de los actos vandálicos, Batlle ha pedido una reflexión general sobre los macrobotellones para que no se cronifiquen, ni en Barcelona ni en el resto del país, y ha dicho que hacen falta políticas transversales –juventud, sanidad, educación– para tratarlo "a nivel social". De hecho, cree que la apertura del ocio nocturno tampoco habría frenado estas concentraciones de gente, porque el perfil que había en los encuentros nocturnos no son clientes de bares o discotecas: son personas muy jóvenes (incluso menores de edad) y que utilizan el espacio público para "ingestas desmesuradas de alcohol".

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