Los ingresos en la UCI de las embarazadas con covid de la quinta oleada han superado a los de las cuatro oleadas anteriores
Este incremento se ha traducido en más partos prematuros
La quinta oleada del coronavirus no solo se ha ensañado con la población joven, también ha afectado más a las mujeres embarazadas, motivo por el que el departamento de Salut hizo un llamamiento a la vacunación de este colectivo porque las gestantes no vacunadas tienen más riesgo de enfermar de manera grave, como constatan los datos del Hospital de la Vall d'Hebron, centro de referencia de embarazadas con covid-19. Desde el 1 de julio, han ingresado 120 gestantes con coronavirus y aproximadamente la mitad, unas 60, han requerido ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), de las cuales una treintena han tenido que ser intubadas. La cifra de ingresos en la UCI durante esta quinta oleada ya ha superado a la de las cuatro oleadas anteriores juntas. "En total, en las cuatro oleadas anteriores ingresaron una cincuentena de embarazadas en cuidados intensivos y ahora llevamos, aproximadamente, unas sesenta", explica la jefa de la sección de obstetricia del Vall d'Hebron, Anna Suy.
Este incremento se ha traducido también en más partos prematuros, puesto que cuando la patología covid se agrava y la oxigenación de la madre y el feto empeora, la solución es inducir el parto. En la mayoría de casos, sin embargo, se ha hecho al final de la gestación, entre la semana 33 y la 36, lo que se consideran bebés prematuros tardíos, a pesar de que también ha habido algún parto en la semana 28. "Son hijos de madres que han estado en la UCI muy graves y para mejorar su estado de salud se ha tenido que finalizar el embarazo porque ya se habían agotado todas las medidas que se podían tomar para mejorar la oxigenación con el bebé adentro", dice Suy. Tanto las madres como los bebés evolucionaron, mayoritariamente, bien. La quinta oleada ya va de bajada pero Suy reconoce que ha sido la que "más ha afectado" a las mujeres embarazadas. "Han sido meses muy duros", admite. Según datos del departamento de Salud, a día de hoy hay ocho mujeres embarazadas ingresadas, dos de ellas en la UCI.
Más partos prematuros
En el mismo sentido se expresa el jefe del servicio de neonatología del Vall d'Hebron, Fèlix Castillo: "Hemos tenido una especie de brote en verano con semanas de dos o tres ingresos diarios de bebés prematuros", cosa que obligó a ampliar espacios. Estos bebés sufrían los efectos de los fármacos sedantes que tomaba la madre, con covid grave, y "nacían en apnea o con una respiración más superficial" que requería el ingreso a la unidad de neonatos, además de las consecuencias de la prematuridad que pudieran sufrir en función de la edad de gestación. "Sin covid estos bebés habrían nacido a término y no habrían estado ingresados 15 días o un mes. Y, en situación normal, a un prematuro tardío, si pesa dos kilos, lo dejaríamos con la madre, pero no lo podíamos hacer porque la madre estaba intubada o sedada y porque los niños sufrían los efectos del tratamiento que habían recibido las madres", insiste Castillo. No ha habido, sin embargo, ningún caso de transmisión vertical de coronavirus –dentro del vientre materno– a pesar de que sí lo ha habido una vez fuera.
Si bien en caso de covid leve los bebés no son separados de sus madres, en estos casos en los que tanto la madre como el bebé estaban ingresados en cuidados intensivos, madre e hijo no se han conocido hasta que la madre ha salido de la UCI. "Si la madre estaba en la UCI y el padre también era positivo de covid, dentro del servicio de neonatos entraba otro familiar. Si el padre era negativo, entraba él", explica Fèlix Castillo. Algunas madres han visto por primera vez a su hijo por vía telemática. "La problemática social de la familia con covid grave es terrible", constata este neonatólogo.
Más complicaciones
Desde el inicio de la pandemia, la información en lo referente al impacto del covid sobre las mujeres embarazadas así como las recomendaciones de vacunación ha sido contradictoria y ha llegado con cuentagotas, en parte por la falta de datos, puesto que las mujeres embarazadas no han sido incluidas en los ensayos. Como en cualquier otra patología neumológica, las embarazadas están más graves, cosa que se atribuye a los cambios fisiológicos que se producen durante la gestación. También toleran peor las bajadas de oxígeno en sangre, puesto que se tiene que garantizar la llegada de oxígeno al feto. Y tienen más riesgo de requerir ventilación mecánica y sufrir efectos adversos relacionados con la enfermedad.
En cuanto a la vacunación, Anna Suy explica que la decisión de vacunarse corresponde a la mujer embarazada. "La información que tenemos ahora es la misma que hace dos meses. Nosotros informamos de lo que sabemos y de lo que no, y la embarazada decide si se vacuna". Según Salud, seis de cada diez mujeres embarazadas han iniciado o completado la pauta de vacunación.