El juez del caso Jubany investiga a un nuevo sospechoso

El magistrado cree que un compañero de la Unió Excursionista podría haber escrito los anónimos que recibió la víctima días antes del crimen

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L'advocat de la familia Jubany, Benet Salellas, a la salida de los juzgados junto al hermano de Helena Jubany, Joan Jubany

GironaHilo de esperanza para la familia Jubany. El juzgado de Sabadell ha decidido investigar a un hombre, X.J.M., porque podría estar relacionado con el crimen de la bibliotecaria de Mataró Helena Jubany. El juez ha ordenado que se le cite a declarar después de hacerle una prueba caligráfica para mirar si su letra coincide con la de la persona que escribió los anónimos que recibió la víctima unos días antes de que la lanzaran de un edificio, el 2 de diciembre de 2001. El investigado había sido compañero de la chica en la Unió Excursionista de Sabadell (UES). La resolución judicial llega después de que la familia, representada por el abogado Benet Salellas, pidiera investigar a tres personas –entre las cuales X.J.M.– y que presentara nuevos indicios al juez para evitar que el crimen prescribiera y el autor o los autores se libraran para siempre.

En un principio, el juzgado de Sabadell rechazó las peticiones de la familia, pero después de recibir un informe de la policía sobre el ordenador de Jubany ha decidido citar como investigado a X.J.M. El orden judicial llega justo cuando se cumplen 20 años del asesinato de Jubany y en un momento clave, porque el caso estaba a punto de prescribir. Si no se ordenaban nuevas pruebas, se habría tenido que cerrar el 22 de febrero de 2022, y el crimen habría quedado impune. La decisión judicial para este contador y da una bocanada de aire fresco a la familia, que acumula dos décadas de lucha judicial para encontrar al culpable o a los culpables del crimen.

La prueba clave que ha hecho cambiar de opinión al juez son las conversaciones por correo electrónico entre Helena Jubany y el ahora investigado. El magistrado considera que estos mensajes tienen una "conexión clara y directa" con uno de los anónimos que recibió la víctima días antes de ser asesinada. Según el juez, estos anónimos funcionaban “como una adivinanza con pistas”, para que la joven pudiera averiguar quién los escribía. Tanto en el segundo anónimo como en los correos con el nuevo investigado, hablan de volver a coincidir en alguna actividad de la Unió Excursionista de Sabadell. “Considero que la coincidencia no podría ser casual” –afirma el juez–. “Se trata de cuestiones que formaban parte de las conversaciones entre Helena y X.J.M. y que podrían llevar a Helena a unir cabos (junto con la referencia a la UES) y llegar a la conclusión de que el autor de las notas era X.J.M.”. Así mismo, recuerda que una testigo declaró que la víctima, cuando recibió la segunda nota, le dijo que creía que las enviaba el ahora investigado. 

La primera nota que recibió la víctima iba acompañada de una horchata –que X.J.M. sabía que le gustaba– y el segundo manuscrito, de un zumo de naranja que Helena llevó a analizar porque no se le calló bien. Los resultados indicaron que contenía benzodiazepinas, una sustancia que también encontraron en grandes cantidades en la sangre de la víctima cuando la encontraron muerta.

Contradicciones entre la versión del investigado y un amigo

El magistrado también pone de manifiesto las contradicciones que presentan las declaraciones del ahora investigado y otro testigo, un amigo suyo de la UES, cuando se hicieron las primeras diligencias, ahora hace veinte años. X.J.M. aseguró que el 30 de noviembre de 2001, el día del crimen, había estado en una reunión de trabajo hasta las tres del mediodía y que, después de comer, fue a la Universitat Autònoma a trabajar en el ordenador. Más tarde, se dirigió a la UES, donde había quedado con un compañero de la entidad, con quien fue a tomarse una cerveza hasta las once y media de la noche. No obstante, el amigo primero declaró ante la policía que aquel viernes 30 había estado trabajando hasta las 8 y que después se fue a Barcelona con unos amigos.

En cambio, en su testifical en sede judicial, dijo que había estado con el investigado en el local de la UES y que se fue a su casa hacia las ocho y media o las diez de la noche. Cuando le preguntaron por el cambio de versión, el amigo confirmó los hechos que había explicado X.J.M. Ante esta contradicción, el juez practicó un frente a frente entre los dos jóvenes, pero no se llegó a esclarecer el lugar en el que estuvieron ni a qué horas el 30 de noviembre por la tarde. Otra de las sospechas que tiene el juez sobre el ahora investigado proviene de una cita entre Helena Jubany y una amiga el día 1 de diciembre. Según el juez, X.J.M. tenía conocimiento de este encuentro, a pesar de que la amiga declaró que no le había explicado nada al hombre. Por eso el magistrado cree que se lo tendría que haber dicho Jubany.

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