Abusos en la Iglesia

"La justicia penal ni ha servido ni sirve para prevenir estos delitos sexuales"

La síndica de agravios promueve una jornada sobre abusos en la infancia y recuerda que "muchas madres fueron las grandes encubridoras"

Un momento de la jornada sobre justicia restaurativa organizada por el Síndic de Greuges de Catalunya y el Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación de España.
15/09/2025
2 min

Barcelona"No puedo llorar, no puedo expresar los sentimientos". Es el testimonio de uno de los quince hombres, la mayoría de más de 70 años, hablando a cámara directamente sobre los abusos sexuales que sufrieron en la Iglesia cuando eran niños. Unos abusos que convirtieron a aquellos menores en personas frías y, aparentemente, sin emociones. También una mujer narra las agresiones que sufrió una monja en un centro religioso de Navarra. Todos lo sabían es el documental de Iratxe Pérez sobre la violencia sexual dentro de la Iglesia católica. En el pueblo de la directora, Estella-Lizarra, viven poco más de 14.000 habitantes y, según la autora del documental, existe una "estimación de más de mil víctimas" de abusos sexuales.

El documental se ha proyectado en el marco de una jornada promovida por la síndica de agravios de Cataluña sobre justicia restaurativa. Esther Giménez-Salinas destacó que lo peor que sufrieron todos los niños y niñas que fueron abusados ​​es la "impunidad" de los agresores, y puso también de relieve el papel de los progenitores en estas situaciones. "Las madres fueron las grandes encubridoras de muchas cosas", aseveró. El silencio que denuncia el documental por parte de la sociedad y la cúpula eclesiástica también estaba dentro de los hogares ya menudo las mismas madres de las víctimas lo escondían.

En el acto también ha participado la magistrada Carme Guil, presidenta del Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación (GEMME). La también juez del penalti en Barcelona ha asegurado que reivindicar la no prescripción de los delitos sexuales contra los niños es un engaño para las víctimas porque es darles esperanzas falsamente, puesto que es "prácticamente imposible" demostrar hechos cometidos "40 años" antes. "El espacio judicial es un espacio de revictimización y frustración para las víctimas. La justicia penal ni sirvió ni sirve para prevenir estos delitos sexuales", argumentó Guil, que apuesta por la educación afectivosexual para "dar herramientas" a los niños. "Por mucho que incrementemos la pena, el abusador no piensa en si lo cogerán. Se salen con la suya", ha añadido la magistrada.

Tanto Guil como Giménez-Salinas han puesto de ejemplo el trabajo que hizo el Gobierno de Navarra apostando por la justicia restaurativa. El ex conseller Eduardo Santos fue el impulsor de estas políticas que se centraron en no poner el foco en el victimario ni ofrecer indemnizaciones, y que nacieron tras la denuncia de uno de los protagonistas del documental. Un hombre, José Luis, que sufrió abusos de pequeño y perdió a un hermano que también había sido víctima de pederastia en un colegio religioso de Pamplona. Muchas décadas después, este hombre lo explicó en la radio y fue el inicio de un torrente de supervivientes que salieron a aportar su testimonio. "No vamos al penalismo mágico; no va a funcionar", ha concluido Santos.

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