Liberado un mono que llevaba 35 años enjaulado en un piso de Barcelona
Su aspecto físico está muy deteriorado y llevaba una década sin ver la luz del sol
BarcelonaSe llama Linito y es un mono capuchino. No se sabe exactamente cuántos años tiene, pero sí se sabe a ciencia cierta que llevaba tres décadas malviviendo atrapado en una jaula oscura (no tenía luz exterior), sucia (no solían limpiarla) y pequeña (de menos de dos metros) donde apenas podía saltar y descolgarse. Su propietaria, una mujer de 80 años de Barcelona, compró Linito hace 35 años y desde entonces el mono salió muy poco de la jaula, tal y como admitió la propia propietaria. El animal ha sobrevivido, pero su aspecto físico está muy deteriorado. Finalmente, le han logrado liberar.
Así lo ha anunciado este jueves la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA). Esta entidad llevaba prácticamente 10 años haciendo un seguimiento de la situación de este mono, pero se encontraron con la oposición de su propietaria, que se negó reiteradamente a ceder al animal. La fundación llegó a denunciar el caso y lamenta en un comunicado que ni el Ayuntamiento de Barcelona ni la Generalitat ni la Fiscalía de Medio Ambiente intervinieron nunca. Por último, con la nueva ley de bienestar animal ha sido posible liberarlo.
El año pasado, la entidad volvió a insistir en el Ayuntamiento de Barcelona para que actuara teniendo en cuenta el mal estado del animal, su origen ilegal y que su tenencia está prohibida en la ciudad, según la ordenanza de protección de animales. Sin embargo, el consistorio respondió que el caso no era competencia suya, según aseguran desde FAADA. Este mes de enero, con la entrada en vigor de la ley de protección de los derechos y el bienestar animal, la entidad presentó una nueva denuncia ante la Generalitat apuntando a que está prohibida la tenencia de primates en todo el territorio estatal. Por último, este miércoles, y tras una "larga negociación" con la propietaria, se logró la cesión del mono.
Nuevo destino
El animal fue trasladado a la Fundación MONA, donde pasará una primera fase de rehabilitación. Posteriormente, será trasladado a otro centro para que pueda socializarse con otros individuos de su especie. En paralelo, se ha conseguido el decomiso de una perra que la propietaria del mono había adquirido recientemente y que nunca salía a la calle. La abogada de FAADA, Anna Estarán, ha lamentado que la falta de determinación de la administración haya impedido que Linito fuera rescatado antes. Criticó que fue "impasible" durante una década, unos años en los que se "perpetuó el sufrimiento" del mono.