La lucha por la igualdad real
En 2018 las mujeres dijeron basta y este año mantienen el pulso. Los colectivos feministas vuelven a llamar este viernes a una huelga general masiva para hacer un clamor unánime contra la violencia que todavía sufren las mujeres y para demostrar que, sin ellas, el mundo se detiene. La convocatoria de hoy quiere reivindicar la igualdad real, en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Por ello, el paro feminista se construye sobre cuatro ejes fundamentales: el laboral, el estudiantil, el de consumo y el de cuidados. Es decir, sobre el trabajo remunerado y el que no lo está, que aún hoy recae básicamente sobre el género femenino con leyes sociales no escritas y perpetúa las desigualdades en el resto de ámbitos. Estos son algunos de los motivos que hoy llevan, de nuevo, las mujeres a la calle:
Violencia machista
47 mujeres asesinadas a manos de su pareja o expareja en 2018
"Disculpen las molestias, pero nos están asesinando". Este fue uno de los lemas con los que se llamó a la manifestación de hace un año y los datos demuestran que, desgraciadamente, todavía está vigente. El año pasado, 47 mujeres murieron en España a manos de sus parejas o exparejas: de estas, siete en Cataluña. Aquí, los Mossos recogieron casi 13.000 denuncias por violencia machista en 2018. Si ampliamos el foco, el último informe de la ONU sobre esta cuestión destacaba en noviembre pasado que, en todo el mundo, hay seis feminicidios cada hora. En su texto, las Naciones Unidas destacaba que el entorno familiar es el lugar "más peligroso" para las mujeres. Estas cifras, además, no tienen en cuenta el resto de agresiones sexuales a las que las mujeres hacen frente cada día.
Invisibilización
La falta de referentes femeninos en las etapas educativas se perpetúa
Sólo un 7% de las personalidades importantes que aparecen en los libros de texto de ESO son mujeres. Por tanto, el 93% de los referentes científicos, políticos o culturales que aparecen son masculinos. Esta es la conclusión de dos estudios de la Universidad de Valencia y el Instituto Catalán Internacional para la Paz recogidos por el documental ¿De qué se quejan las mujeres? de TV3. El sistema educativo todavía oculta, pues, mujeres que han hecho grandes aportaciones en todos los ámbitos de la historia. En la última prueba de acceso a la universidad -la selectividad- la presencia de las mujeres también fue escasísima: un 5%. Pasa lo mismo en la esfera política actual. Según datos publicados ayer por la Comisión Europea, las mujeres todavía están “infra representadas". Sólo seis de los 28 Parlamentos nacionales de la UE están presididos por una mujer y siete de cada 10 parlamentarios son hombres.
El peso de los cuidados
El trabajo no remunerado que resta esfuerzos y horas laborales pagadas
Si las cuentas nacionales españolas incluyeran el valor en euros de todas las tareas del hogar no remuneradas, la cifra equivaldría al 41% del total del PIB, según cálculos de Oxfam Intermón. Es decir que, si se les pusiera un precio en dinero, cocinar para la familia, la limpieza o el cuidado de personas en casa generarían unos 443.000 millones de euros en España. Según este estudio, presentado en septiembre, el reparto de las tareas aún es un problema: descontadas las reducciones de jornada, los trabajos parciales y los complementos salariales, en España aún queda un 14% de diferencia salarial entre hombres y mujeres que no tiene ninguna explicación y "sólo puede atribuirse a la discriminación" fruto de que, los cuidados, aún recaen en las mujeres.
Además, que este papel sea asumido por ellas hace que las niñas, incluso las más pequeñas, identifiquen e interioricen este rol como el propio de su género desde una edad muy temprana.
La brecha salarial
La discriminación económica más directa
Aún pasa. En muchas empresas, hombres y mujeres todavía cobran diferente por hacer el mismo trabajo. Este mismo jueves, el Eurostat constató que -aunque la brecha mejora- las mujeres cobran de media un 16% menos que los hombres en Europa. O, lo que es lo mismo, en comparación con ellos, ellas trabajan dos meses gratis. Unas diferencias que también se trasladan a las pensiones, donde la brecha se dispara hasta el 36%. En España, el sindicato de técnicos de Hacienda, Gestha, asegura que, al ritmo actual, harían falta 70 años para conseguir nivelar las diferencias salariales entre trabajadores y trabajadoras del Estado. De hecho, según este sindicato, la brecha en España roza el 30%: es decir, que las mujeres ingresan de media 4.745 euros menos al año que los hombres. Las dificultades de acceso al mercado laboral, la maternidad y los cuidados son algunas de las penalizaciones que todavía arrastran las mujeres por su condición de género.
Techo de cristal
Ausencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas
Los mismos motivos que afectan a la brecha salarial son los que se arrastran en las promociones laborales internas y de más alto nivel. La presencia de mujeres en los consejos de administración de las principales empresas españolas se situó en el 19%, según explicó el pasado octubre la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Además, sólo el 5% de los consejeros de perfil ejecutivo eran mujeres.
Salud femenina
Del aborto a la 'tasa rosa'
"Nosotros parimos, nosotros decidimos". Esta es otra de las proclamas más escuchadas en la lucha feminista. Las mujeres también salen hoy a la calle para reivindicar el derecho a decidir sobre su cuerpo ante el resurgimiento de partidos políticos que quieren limitar esta opción. Entre las otras reivindicaciones clave está la tasa rosa. Así es como se conoce popularmente la diferencia de precio entre un producto etiquetado para mujeres respecto a uno igual sin este 'target'. Se considera un impuesto oculto que se suma al hecho de que muchos productos de higiene básica femenina se graban con un 10% de IVA en lugar de hacerlo con el modelo superreducido, que es del 4%.
Porque hay mujeres que no pueden hacer huelga
Solidaridad entre mujeres
La edad, la economía sumergida, los contratos precarios y el auge de la modalidad de los falsos autónomos hacen que muchas mujeres hoy no quieran poner en riesgo su trabajo, a pesar de compartir los motivos de la protesta. Estas mujeres se han hecho presentes (anónimamente) en las redes sociales, vía WhatsApp, Twitter e Instagram, con hashtags como #Quieroynopuedo. En estos espacios, las mujeres comparten el motivo por el que hoy se verán obligadas a trabajar. Motivos como este: "Una amiga quiere y no puede porque, literalmente, le han dicho: ‘El que tenga cojones que haga huelga’".
Sólo 44 de los 751 eurodiputados han hecho el curso contra el acoso sexual
Hace un año la Eurocámara se comprometió a ofrecer cursos voluntarios en todos los idiomas para los eurodiputados para combatir y prevenir el acoso sexual, laboral y psicológico. Se pusieron en marcha de forma efectiva en noviembre. La institución, sin embargo, confirmó ayer que sólo 44 de los 751 parlamentarios europeos han seguido esta formación. En la primera clase sólo se presentaron dos eurodiputados, aunque ésta es, precisamente, una de las principales luchas del movimiento #MeToo de la Eurocámara, que nació el 8 de marzo del año pasado y que, desde entonces, publica periódicamente en un bloque experiencias de víctimas anónimas de acoso o sexismo en la Eurocámara.
También reclaman que los cursos de formación sean obligatorios para todos los eurodiputados y candidatos y no sólo para los trabajadores. A finales de noviembre se habían apuntado al curso 21 eurodiputados. Los cursos se realizan en inglés, francés, alemán y español. Vista la imposibilidad de convertir el curso en obligatorio, la reclamación del movimiento es que, como mínimo, el registro de eurodiputados que lo cursen sea público. Con todo, desde la Eurocámara explican al ARA que esta información no se puede facilitar por motivos de "privacidad".