Catástrofe natural

Jordi Díaz: "En Marruecos los seísmos no son infrecuentes, pero el país está poco preparado: muchas viviendas son de barro"

Sismólogo del Instituto de Geociencias Barcelona del CSIC

La gente busca seguridad en el exterior después de un terremoto en Rabat, Marruecos

BarcelonaCasi veinte años después de que la tierra temblara en Marruecos, en febrero del 2004, con epicentro en Alhucemas, y dejara cientos de muertos, un nuevo terremoto más potente ha sacudido la región de Marrakech.

¿Un terremoto en Marruecos no es algo anormal?

— Los seísmos en Marruecos no son ni infrecuentes ni sorprendentes, porque hay dos zonas sísmicas: la de la cordillera del Rif, en la región de Alhucemas que tira hacia arriba, hacia el Mediterráneo, y la del Atlas sur, que choca con la placa Atlántica. Esta última es la que se ha activado.

¿De tanta magnitud como este?

— Una magnitud de 6,8 grados es la mayor desde que existen registros en Marruecos. Pero es una magnitud muy habitual, y cada año en el mundo hay decenas como este.

¿De qué depende la letalidad del temblor?

— De distintos factores. La profundidad influye: cuanto más profundo, menos daños causará. También de si afecta a zonas despobladas o pobladas y, en este caso, de cómo son las infraestructuras y las viviendas. En Japón tienen terremotos de 8 y más, y al tener unas medidas de construcción muy estrictas, caen tres edificios. En Marruecos, donde no están tan acostumbrados a los seísmos, carecen de estructuras tan bien preparadas, sino que hay mucha construcción de barro.

¿Puede la Península verse afectada en la actual actividad sísmica desde Marruecos?

— No de ese terremoto. La placa que está en contacto con la Península es la del Rif, que conecta con el mar de Alborán y Gibraltar. La expansión que se ha podido notar es leve, como si se moviera el cuadro. El movimiento expansivo de las ondas no tiene capacidad para llegar tan lejos, a miles de kilómetros, y provocar destrozos.

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