El gobierno español planteará traer agua en barco a Barcelona desde la Comunidad Valenciana

Madrid / BarcelonaEl agua del País Valencià podría nutrir a Catalunya si la excepcional sequía no da ninguna tregua cara al verano. El ministerio de Transición Ecológica, liderado por Teresa Ribera, planteará el lunes al Gobierno la opción de llevar todos los días barcos llenos de agua desde la desaladora de Sagunto hasta Barcelona para afrontar la emergencia. La propuesta, que según ha avanzado El País implicaría enviar hasta siete hectómetros cúbicos en barcos cisterna en los meses de mayor calor, se abordará el lunes en una reunión entre ambas administraciones. La Generalitat Valenciana ha confirmado al ARA que Ribera ya se ha puesto en contacto con ellas para plantear esta opción.

Por su parte, el presidente valenciano, Carlos Mazón (PP), ha dicho que facilitará que se pueda enviar a Barcelona agua de la desalinizadora de Sagunto. "Estoy a favor de la solidaridad hídrica entre regiones", aseveró en un breve comunicado. Pero Mazón ha subrayado que quiere garantías de que el aumento de la capacidad de la desaladora por encima del 15% no tendrá "ninguna afectación" para el suministro del área de Valencia, tal y como le habría asegurado Ribera. Al ejecutivo catalán sólo le constan conversaciones entre el Ente de Abastecimiento de Agua Ter-Llobregat (ATL) y la sociedad estatal Acuamed (Aguas de las Cuencas Mediterráneas), según fuentes del departamento de Acción Climática.

Tal y como explicaba el ARA este viernes, el Govern reconoce que no se descarta la opción de traer agua con barcos desde otros puntos de Catalunya, como Tarragona –así lo ha admitido el consejero de Acción Climática, David Mascort,en una entrevista en el ARA–, pero también de otras comunidades, como las Islas Baleares o incluso de otros países, como se hizo en 2008, cuando se llevó agua de Marsella (Francia). Ahora a la lista se uniría, a propuesta del gobierno español, Sagunto. "La predisposición de la ministra es máxima y seguro que encontraremos la fórmula: si es necesario traer agua a Barcelona, ​​llevaremos", dijo Mascort el jueves.

El transporte de agua en barco sería la imagen más simbólica de la sequía, aunque la Generalitat está convencida de que no podría ser una solución al problema. Llevar agua en barcos desde otros lugares de Catalunya, o de fuera, sería un recurso puntual, afirman fuentes del ejecutivo, que apuntan a que con esta fórmula no se podrían obtener grandes cantidades de agua. El Govern dice que sería "una operación quirúrgica" para llevar el agua imprescindible en un momento dado a equipamientos como los hospitales. "No es una solución para tener agua para todos", ha afirmado Mascort en una entrevista en el ARA. Sin embargo, desde el ejecutivo catalán siempre han asegurado que el puerto de Barcelona está preparado para recibir agua en barco, si es necesario.

El consejero de Acción Climática y la ministra se reunirán en Barcelona para abordar y debatir propuestas para responder la excepcional falta de lluvias que asola Catalunya, que esta semana ha entrado oficialmente en emergencia por sequía. De ahí que en la reunión también se plantearán otras cuestiones, como la aceleración de la puesta en marcha de algunas infraestructuras hídricas, así como las inversiones necesarias para ampliarlas. De hecho, la apuesta principal del Gobierno por hacer frente a esta crisis es potenciar las desalinizadoras y mejorar las estaciones potabilizadoras, así como impulsar un uso racional del agua por parte de los municipios.

Reducir el consumo

De entrada, para hacer frente a la falta de agua, el Gobierno ya ha hecho públicas algunas recomendaciones para que el consumo por habitante se sitúe en torno a los 90 litros al día. Para cumplir este consejo habrá que evitar las bañeras, las duchas tendrán que ser más cortas de lo normal y no se podrá lavar los platos y la ropa el mismo día.

La declaración de emergencia por sequía afecta, por ahora, a 200 municipios catalanes que ya deben adaptarse a algunas restricciones de agua (límite de uso) y cuya población debe reducir a 200 litros por día el consumo hídrico. Esto ha provocado preocupación y críticas por parte de sectores como el campesinado, pero también la hostelería o el comercio.