Atentados 17-A

El misterio de la muerte de Es-Satty, ¿un caso cerrado judicialmente?

La Audiencia Nacional descarta nuevas pruebas para comprobar si el imán de Ripoll está vivo pero abre la puerta a reabrir el caso si alguien lo demuestra

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Los restos del chalé de Alcanar ocupado por los terroristas después de la explosión

BarcelonaHace ocho meses la Audiencia Nacional condenó a los dos terroristas supervivientes del 17-A y a un colaborador por los atentados en los que murieron 16 personas y centenares resultaron heridas. La sentencia reconoció por primera vez 338 víctimas del ataque, pero dejó impunes los dieciséis asesinatos, porque solo condenó a Driss Oukabir y Mohamed Houli como miembros de la célula de Ripoll y a Saïd ben Iazza como colaborador, mientras que hizo responsables de los ataques en Barcelona y Cambrils a los terroristas muertos y no juzgados. La sala presidida por Alfonso Guevara tampoco profundizó en la relación del imán de Ripoll, Abdelbaki es-Satty, con el CNI y dio por hecho que había muerto en la explosión de Alcanar, a pesar de las dudas de algunas acusaciones. Tanto los abogados de las víctimas como los de los condenados recurrieron la sentencia. Ahora el tribunal que la revisa ha descartado practicar nuevas pruebas para comprobar si el imán está vivo, pero abre la puerta a reabrir la causa en un futuro si alguien llega a demostrarlo.

"La causa se sigue contra los tres procesados y no contra los supuestos integrantes de la organización ya muertos, y menos todavía se juzga la muerte de Es-Satty, por lo que las eventuales pruebas encaminadas a dejar constancia de su supervivencia pueden tener más importancia en la búsqueda de la verdad material y la completa satisfacción de las víctimas, especialmente de los padres de un menor muerto, y podrán producir efectos en una posible reapertura de la causa, pero en nada se ven afectados los hechos esenciales objeto de juicio", valora el tribunal.

Los abogados del padre del niño de Rubí muerto en la Rambla pidieron durante el juicio y después de la sentencia que los peritos marroquíes ratificaran los informes que atribuían a Es-Satty parte de los restos encontrados en Alcanar. Esta acusación aportó otro informe que cuestionaba la validez de esta peritación porque no cumplía con los estándares que exige la justicia española. También añadían que algunos testigos afirmaron haber visto salir de la finca de Alcanar una furgoneta blanca conducida por un hombre justo después de la explosión y que, también con posterioridad, alguien utilizó la tarjeta de teléfono móvil que usaba el imán y una cuenta de correo que los terroristas utilizaban "como buzón muerto", para dejarse mensajes sin que pudieran ser interceptados.

Pero el tribunal considera que la sentencia del mayo pasado ya hizo un "análisis minucioso" de las pruebas de identificación genética de los restos de Alcanar y concluyó "de manera correcta" que el imán no estaba siendo juzgado. De este modo, la sala interpreta que la "verdad judicial" a estas alturas es que Es-Satty murió en la explosión de Alcanar y esto precipitó los planes de la célula, que improvisó el ataque en la Rambla y en el Passeig Marítim de Cambrils. El tribunal entiende que los terroristas que materializaron estos atentados están muertos y que a los otros solo se los puede juzgar –y condenar– por formar parte del grupo.

La vía internacional

El abogado Agustí Carles –que representa, junto con Jaume Alonso-Cuevillas, al padre del niño de Rubí muerto en la Rambla– considera que el pronunciamiento de la sala abre la puerta al recorrido judicial internacional de la causa de los atentados. En este sentido, esta acusación plantea la posibilidad de que las víctimas extranjeras acudan a la justicia de su país para pedir que se aclare este extremo . "Nos invitan a luchar por esta verdad material", apunta el abogado y ex juez, que por su experiencia en los tribunales no descarta que el hecho de que la sala abra la puerta a este extremo sea fruto de las dudas sobre la supervivencia de Es-Satty de alguno de los magistrados.

Ahora bien, el tribunal descarta practicar por sí mismo estas pruebas y deja en manos de las acusaciones la posibilidad de poder demostrar en un futuro que Es-Satty está vivo. Habrá que ver cómo se argumenta este hecho en la sentencia para ver hasta qué punto hay recorrido.

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