Movilidad

Generalitat y gobierno español encauzan la pacificación de la N-II

Suscriben un acuerdo para el traspaso de 420 millones de euros para mejorar la movilidad en el Maresme y en Sant Cugat

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Conmemoración del 175 aniversario del tren entre Barcelona y Mataró

BarcelonaAprovechando el acto de conmemoración del 175 aniversario del primer tren del estado español, el que cubría el trayecto entre Barcelona y Mataró, la Generalitat y el gobierno español han anunciado un acuerdo relacionado con una reivindicación histórica del Maresme: el desbloqueo de las obras para pacificar la carretera N-II. Ambas administraciones cerraron este viernes por la tarde el acuerdo para desbloquear cerca de 420 millones de euros, de los que 384 servirán para poner en marcha la reforma pendiente de una carretera que es una verdadera cicatriz en los pueblos costeros de la comarca . El pacto también incluye el impulso de dos intercambiadores ferroviarios en Sant Cugat del Vallès.

Durante su intervención en el acto, la consellera de Territorio, Ester Capella, ha celebrado que el acuerdo permita poner en marcha unas actuaciones "largamente reivindicadas" "y que, ha dicho, son "en buena parte una deuda histórica del Estado" con la zona. Según la consellera, las obras, que reducirán los carriles de circulación de coches, deben convertir esta vía en un "eje cívico que religue a los pueblos del Maresme". El secretario de estado de Transportes y Movilidad, David Lucas, por su parte, ha defendido que los convenios pactados "permitirán mejorar la movilidad en la comarca" y contribuirán a potenciar un modelo más "sostenible".

En concreto, el plan de actuación del Maresme prevé medidas para pacificar la N-II y la promoción de una infraestructura para favorecer la movilidad no motorizada en la zona que incluye el despliegue de carriles bici interurbanos que conecten varios municipios. Además, también se mejorará la conexión de la autopista C-32 con el entorno y se buscará reducir su impacto sobre los municipios cercanos con medidas como la construcción de barreras acústicas y el despliegue de carriles bus que favorezcan el uso del transporte público.

El acuerdo anunciado este sábado también tiene una pata ferroviaria porque incluye el impulso del convenio para construir dos nuevos intercambiadores de la R-8 en Sant Cugat del Vallès que conectarán con las estaciones de Hospital General y de Volpilleras de las líneas S1 y S2 de Ferrocarriles de la Generalitat. En este caso, el coste de las obras se calcula en unos 36 millones de euros.

La novedad de estos convenios –que se desatascan coincidiendo con las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez y en un momento en el que ERC está exigiendo en el PSOE mejorar la financiación y las infraestructuras en Catalunya– es que el método de ejecución será el denominado "encomiendas de gestión" que ya se aplica en Euskadi. Resumiendo mucho: la Generalitat ejecuta la obra y el Estado la paga. Es decir, el protagonismo corresponde a la Generalitat para que el Estado no pueda desentenderse.

Acuerdo pendiente

Ambos convenios forman parte del acuerdo firmado entre la Generalitat y el Estado en julio, cuando junto con el protocolo para realizar la ronda Norte de la B-40 se rubricó un segundo acuerdo por el que el Estado se comprometía a transferir pronto 914 millones de euros ya incluidos en los presupuestos generales pero que no acababan de llegar para mejorar cuatro infraestructuras. Además de los firmados ahora para la N-II y la C-32 en el Maresme y para los intercambiadores de Sant Cugat, todavía hay pendientes 250 millones para mejorar la conectividad de la AP2 y la AP7 y otros 260 para mejorar la eje pirenaico (N-260).

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