Movilidad

Las obras de la L8 cortarán la calle Urgell de Barcelona durante un año y afectarán a 50.000 vehículos al día

El 19 de enero comenzará un período intenso de cortes que afectarán a 100.000 vecinos con altos niveles de ruido

Vista de las obras, que ocupan casi toda la calle del Comte d'Urgell, desde un balcón. MANOLO GARCÍA
11/12/2024
3 min

BarcelonaLa calle Urgell de Barcelona, ​​una de las principales arterias de la capital catalana, estará cortada al tráfico en dos tramos diferentes durante, al menos, todo un año entero. ¿El motivo? La nueva fase de obras de la L8 de FGC, que perforará el subsuelo de la ciudad desde plaza Espanya hasta Gràcia, pasando por debajo del Hospital Clínic y de Francesc Macià, donde deben realizarse las dos nuevas estaciones. Para construirlas, la maquinaria debe ocupar la calle Urgell y perforar hasta 82 metros hacia abajo, lo que hace inviable el tráfico. Por eso la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona han explicado este miércoles tanto las afectaciones como las alternativas que han preparado para los casi 50.000 vehículos que circulan todos los días por la calle Urgell.

Los cortes se harán en dos tramos y se alargarán, como mínimo, un año. La noche del 19 al 20 de enero quedará completamente cortado el tramo de Urgell entre las calles de Còrsega y Rosselló, incluyendo el chaflán de esta segunda calle. Todo quedará ocupado por las grandes máquinas perforadoras –de las llamadas hidrofresa– que deben realizar los agujeros hacia el subsuelo. Los peatones, en cambio, sí podrán seguir circulando por las aceras, tal y como ha ocurrido hasta ahora en el tramo de obras de Urgell con Consell de Cent.

El segundo corte se hará durante la mañana del domingo 23 de febrero. Será en el tramo de la calle Urgell más cercana a la plaza Francesc Macià, entre la plaza y la calle de Buenos Aires, y también afectará al cruce. Otra gran máquina (las perforadoras hidrofresa tienen un tamaño de 25 metros de alto y casi 15 metros de largo) ocupará la calzada en este punto para empezar las obras de la estación que dará salida a la plaza: un punto de la ciudad donde hasta ahora no existía ninguna estación de tren ni metro.

Així serà el nou traçat de la L8 entre Plaça Espanya i Gràcia

Estació

Gràcia

Estació

Francesc Macià

Estació

Hospital Clínic

Estació

Plaça Espanya

Estació

Gràcia

Estació

Francesc Macià

Estació

Hospital Clínic

Estació

Plaça Espanya

Estació

Gràcia

Estació

Francesc Macià

Estació

Hospital Clínic

Estació

Plaça Espanya

50.000 vehículos desviados a diario

El reto de movilidad es mayúsculo. Fuentes del departamento de Territori y del Ayuntamiento de Barcelona admiten que las obras provocarán "afectaciones importantes", explicando las posibles alternativas. Admiten que no hay ninguna otra calle de Barcelona capaz de asumir todo ese tráfico, por eso el objetivo es diseminar todos estos vehículos por otras calles.

El mensaje principal es que los conductores eviten los puntos de las obras. Aún así, para quienes no se enteren o no puedan evitarlo, el Ayuntamiento planea desviar por la calle Numancia los 18.000 coches que normalmente entran por la Diagonal y quieren girar por la calle Urgell. Desde la Diagonal se obligará a girar por esa otra arteria para acercarse al Eixample desde otros puntos. También se aprovechará la avenida de Josep Tarradellas (que tiene, según el consistorio, poco tráfico) para habilitar un carril extra de bajada para que los conductores puedan acceder al barrio de Sant Antoni por la calle Borrell o Buenos Aires.

Para los 32.000 coches que suben a diario por la calle Urgell, la solución también es mixta. Los que suben desde Sant Antoni se desviarán por la calle de Rosselló (que cambiará de dirección en este tramo) hasta la calle de Calàbria. Y a quienes se acercaban a Urgell por Aragón se les invitará a seguir arriba por Casanova o Aribau, que aumentarán su densidad considerablemente (con unos 13.000 vehículos más al día).

Los cambios se mantendrán durante un año, hasta que acaben las obras en el subsuelo. Entonces los desvíos se revertirán y las calles volverán a su estado inicial.

Unos 100.000 vecinos afectados por el ruido

Las afectaciones no se limitan sólo al tráfico. Los 100.000 vecinos y 8.000 comercios que viven en esta zona tendrán que convivir con el ruido incesante de las perforadoras, que trabajarán de lunes a sábado sin descanso. Sólo se detendrán de noche.

El ruido que hacen estas máquinas es tan fuerte que incluso podría llegar a superar en algún momento los límites permitidos por el propio departamento. De hecho, en el anterior corte, el de Consell de Cent, Territorio ya advirtió de que los vecinos sufrirían seis meses de ruido "al límite". Ahora esta molestia se alargará para los vecinos del Hospital Clínic y Francesc Macià durante un año.

Para intentar paliar estas afectaciones acústicas, el departamento de Territori ha hecho un doble esfuerzo instalando pantallas que minimizan el sonido frente a los edificios, con unas barreras de tres metros de alto, y también alrededor de la máquina perforadora, que quedará envuelta por unos paneles que amortiguan el sonido Sin embargo, el ruido será una de las principales molestias que percibirán los vecinos. Tanto el Ayuntamiento como la Generalitat piden "disculpas" pero recuerdan que la obra es una de las que tendrán un regreso social más importante para los vecinos de esta zona.

stats