Pandemia

No llevar la mascarilla, la multa más puesta de la pandemia

Salud tramita casi 89.000 sanciones y recauda más de 2,5 millones en el último año y medio

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Un joven poniéndose la mascarilla  en la calle

BarcelonaHace más de una semana que el departamento de Interior activó la devolución de las multas del primer estado de alarma, que se pusieron entre el 14 de marzo y el 21 de junio de 2020. Son más de 24.000 sanciones que se habían pagado y que ahora se pueden reclamar porque el Tribunal Constitucional (TC) tumbó el confinamiento domiciliario. Pero más allá de esto, las sanciones por incumplir las medidas anticovid han continuado y en este caso el departamento de Salud ya ha puesto casi 195.000 denuncias desde junio de 2020. La multa más habitual, que supone el 41% de las que se han tramitado en el último año y medio, es por no llevar la mascarilla. El 20% son por haber incumplido una orden de confinamiento comarcal o municipal y el 14%, por saltarse el toque de queda.

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Una parte de las sanciones se pusieron entre el 25 de octubre de 2020 y el 9 de mayo de 2021, durante el segundo estado de alarma, que el TC también declaró inconstitucional. Pero en este caso no se ha anunciado ninguna devolución del dinero de las denuncias, como se está haciendo con el primer estado de alarma. El profesor de derecho administrativo de la Universitat de Girona (UdG) Josep Maria Aguirre explica que el TC “no cuestiona la legalidad” de las restricciones del segundo estado de alarma, como por ejemplo el toque de queda y las limitaciones de movilidad o reuniones, pero declara inconstitucional la prórroga que se aplicó de seis meses –por lo tanto, desde principios de noviembre de 2020 hasta principios de mayo de 2021.

No queda clara la posición del TC sobre las multas que se pusieron durante la prórroga de medio año del segundo estado de alarma porque, según Aguirre, es “ambivalente”. Aun así, el profesor recuerda que con el primer estado de alarma el TC descartaba la devolución de las sanciones pagadas y firmes, pero las administraciones han decidido que se devuelvan todas. Por eso Aguirre ve “argumentos suficientes” para reclamar las denuncias puestas en los seis meses de prórroga del segundo estado de alarma. En cambio, admite “la paradoja” con el toque de queda, porque avisa de que el confinamiento nocturno que se ha aplicado después –en verano y ahora por Navidad– con el aval del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) está amparado por un procedimiento que hasta ahora no se ha cuestionado.

Entre 100 y 300 euros de sanción

La información del departamento de Salud no diferencia qué multas corresponden a la prórroga del segundo estado de alarma y, por lo tanto, las que podrían ser motivo de reclamación. Según Salud, ya se han cobrado más de 16.000 sanciones puestas entre el 22 de junio de 2020 y el 26 de noviembre de 2021 –un periodo que incluye el segundo estado de alarma–, que suman más de dos millones y medio de euros de recaudación. No llevar mascarilla conlleva una multa de 100 euros y una infracción leve se sanciona con un mínimo de 300 euros. Aparte de no llevar mascarilla, incumplir el confinamiento comarcal y municipal o saltarse el toque de queda, las otras denuncias que se han tramitado son el 13% por personas reincidentes –que acumulan más de una multa–, casi el 5% por reuniones que superan el máximo permitido y cerca del 3% por botellones.

El verano de 2020 el Govern anunció efusivamente la prohibición de fumar en la calle y en las terrazas si no hay dos metros de distancia, pero la realidad es que poco más del 1% de las sanciones son por incumplir la distancia física. “Es de muy mal acreditar porque puedes estar fumando con distancia y que se te acerque alguien”, apunta Aguirre. En cuanto a la prohibición de consumir alcohol en la calle, que fue otra de las medidas que la Generalitat vendió el mismo verano para combatir el covid, Aguirre considera que varios ayuntamientos ya lo tenían regulado con ordenanzas municipales y piensa que una parte de las denuncias por botellones se pueden haber tramitado desde los consistorios –en vez de hacerlo llegar a Salud.

Pero ¿cuáles son las restricciones más efectivas? La investigadora del Biocomsc de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) Clara Prats asegura que “es muy difícil de saber” porque depende de cómo se lleven a la práctica: no es lo mismo llevar una mascarilla de ropa, una quirúrgica o una FFP2 ni tampoco llevarla bien puesta o por debajo de la nariz. Prats explica que “el factor del comportamiento humano” influye en las medidas anticovid y complica la valoración porque, por ejemplo, el año pasado, cuando se comunicaron las restricciones de después de Navidad, la movilidad bajó más antes de que entraran en vigor que cuando ya se aplicaban. Para acabar, Prats concluye que, una vez ha avanzado la pandemia, las acciones se han dirigido “a los entornos con más riesgo de contagio”, que se han centrado en las discotecas porque reúnen varios elementos de peligro.

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