El padre del bombero muerto hace cuatro meses: “Ha sido inútil y se podía haber evitado”

Un millar de personas llenan la Plaça de Sant Jaume de Barcelona para denunciar la precariedad del cuerpo

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Uno de los mensajes que se ha repetido a la concentración de la plaza Santo Jaume ha sido “La precariedad mata”.

BarcelonaJuanjo Liébana perdió a su hijo Joan hace cuatro meses. Los dos trabajaban de bomberos: el primero en los bomberos de Barcelona y el segundo en los de la Generalitat. El padre ahora está jubilado y el hijo murió en el incendio de un taller mecánico en junio en una nave de Vilanova i la Geltrú. Hacía seis años que no moría un bombero de la Generalitat en acto de servicio y el padre piensa que la defunción de su hijo “ha sido inútil y evitable”. Liébana ha hablado este mediodía en un homenaje que ha llenado la Plaça Sant Jaume de Barcelona con un millar de personas, la mayoría bomberos de la Generalitat y de Barcelona, convocados por los sindicatos de bomberos funcionarios. “Nunca podemos aceptar que ningún bombero pierda la vida haciendo su trabajo”, ha dicho el padre, que ha denunciado la precariedad del cuerpo. “Me desespera saber las condiciones” en las que trabajan, ha dicho.

“Si entran dos, salen dos. Si entran cinco, salen cinco”. Es el lema “más básico”, según Liébana, de los bomberos: “Entramos juntos, avanzamos juntos y salimos juntos”. El padre ha pedido a la Generalitat que reflexione sobre la muerte de su hijo “durante una hora en silencio, porque este es el tiempo que Joan pasó solo ahí dentro”. Liébana ha asegurado que encontraron el cuerpo de su hijo “por casualidad” casi una hora después de entrar en el taller, cosa que ha calificado de "error inadmisible”. También se ha dirigido a los bomberos y les ha recordado que cuando él ejercía velaba por sus compañeros y ellos también lo hacían por él: "Nosotros tuvimos las primeras salidas y los veteranos cuidaron de nosotros. ¿Por qué mi hijo no tuvo esta oportunidad?” Joan Liébana, de 30 años, era de la última promoción de bomberos funcionarios.

“La prioridad de cualquier equipo es mantenerse unido y seguro durante la maniobra, que acaba cuando todos los bomberos están fuera y están bien”, ha afirmado el padre, que ha añadido que “no hacen falta muchos protocolos y conocimientos” para saberlo, porque formar parte del cuerpo “no es llevar solo un uniforme con galones o escribir documentos técnicos”. Liébana ha explicado que “todavía es hora” de que la dirección de los Bomberos de la Generalitat se dirija a él y al resto de la familia y les explique el informe de los hechos, motivo por el que ha exigido “la verdad”. Una de las preguntas que para él sigue sin respuesta es “por qué dejaron a Joan solo dentro de la nave y nadie se preocupó”.

El homenaje ha acabado con un repique de los cascos de los bomberos que han asistido al acto.

“La precariedad mata”

Uno de los mensajes que se ha repetido en las pancartas de la concentración en la Plaça Sant Jaume ha sido “La precariedad mata”. Liébana también ha hecho referencia a ello cuando se ha vuelto a dirigir a la dirección del cuerpo: “Exigís mucho pero no habéis tenido en cuenta principios básicos. Lo habéis comprobado con la muerte de mi hijo”. Ha añadido que quería decir “las cosas claras para que no vuelva a pasar nunca más” y ha pedido a la Generalitat que no cometa “errores del pasado” protegiendo “a quien no hace bien su trabajo”. Según Liébana, una forma de trabajar “basada en la muerte de los trabajadores” está abocada al “fracaso”.

Antes de Liébana han tomado la palabra varios compañeros de la misma promoción del bombero muerto, que han lamentado las carencias del cuerpo, tanto materiales como de falta de mandos. Los sindicatos han mostrado en la Plaça Sant Jaume unos equipos antiguos de respiración autónoma, conocidos con las siglas ERA, que después de la muerte de Joan Liébana el departamento de Interior empezó a renovar. El homenaje ha acabado con un repique de los cascos de los bomberos que han asistido al acto vestidos con uniforme.

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