Salud

Primer paso para cerrar más pronto las terrazas en las zonas ruidosas de Barcelona

El Ayuntamiento instala sonómetros en once puntos considerados negros para decidir qué soluciones aplicar ya este verano

BarcelonaEsta noche vecinos de zonas muy diferentes de Barcelona se han convocado en la plaza Sant Jaume para clamar por su derecho a dormir. Conviven con situaciones como la aglomeración de terrazas, los botellones, las fiestas en pisos turísticos o la organización de conciertos cerca de sus ventanas y están hartos de no poder descansar bien por las noches. Y los datos les dan la razón: el 57% de los barceloneses viven expuestos a niveles de ruido más altos de los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera saludables. La causa principal de este exceso de decibelios es el tráfico, pero en un 18% de los casos lo es el ocio nocturno, que es lo que genera más quejas porque se intensifica a la hora de descansar. El Ayuntamiento, en el marco del plan contra el ruido, identificó 11 puntos que considera acústicamente tensionados en horario nocturno y donde, durante esta semana, está instalando sonómetros para verificar si, como lamentan los vecinos, se supera en tres decibelios el límite recomendado (45 decibelios por la noche).

Si esto pasa, se tomarán acciones "quirúrgicas" adaptadas a cada situación, según el regidor de Transición Ecológica, Eloi Badia, que señala una batería de medidas que pueden incluir cerrar una hora antes las terrazas si se demuestra que la curva de ruido cae drásticamente cuando se retiran mesas y sillas, o reducir el horario de los locales. Lo que se podría aplicar ya durante el mes de julio son medidas menos polémicas como avanzar el horario de los servicios de limpieza, intensificar la presencia de agentes de la Guardia Urbana y de mediadores o disminuir el número de conciertos que se organizan en determinados puntos. Para agosto, se prevé poder empezar a implementar las primeras reducciones de horario en la restauración si se concluye que son necesarias. Estas soluciones se plantean con más tiempo porque se tendrán que abordar con los afectados.

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El primer punto donde esto se pondrá sobre la mesa es la calle Enric Granados, la de las 114 terrazas en una recta de poco más de un kilómetro, que es el primero donde ya se instalaron los sonómetros y donde se convocarán vecinos y restauradores para abordar soluciones. Pero el Ayuntamiento ha informado hoy que también ha empezado a instalar los medidores de decibelios en los puntos críticos de Gràcia, Ciutat Vella, Sant Martí y Sants-Montjuic. Desde la calle Joaquim Costa, en el Raval, hasta Pere IV, en el conocido como Triangle Golfo. El gobierno municipal defiende que se recogerán datos durante casi un año en estas zonas para garantizar que las actuaciones que se acuerden sean las adecuadas.

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El pleno del mes de mayo ya aprobó una propuesta de ERC que instaba a instalar cuanto antes mejor estos sonómetros para empezar a desplegar las intervenciones necesarias para reducir los decibelios. Y la solución que más polvareda está levantando es la de recortar el horario de las terrazas, que el gobierno insiste en que no sería de aplicación generalizada en el conjunto de la ciudad, sino en los puntos críticos donde se considere necesario. La propuesta ha topado con la oposición frontal del Gremio de Restauración. Los restauradores defienden que los horarios de Barcelona ya son bastante restrictivos y que se acordaron en el gran pacto que sirvió para rubricar los cambios en la ordenanza de terrazas de 2018. "No aceptaremos ninguna reducción ni general ni por calles", dicen, y aseguran que hasta ahora no se los ha convocado para hablar. También el socio de gobierno de Colau, el PSC, se ha desmarcado de la medida: el primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, defendió que no se planteaba ningún tipo de reducción horaria para las terrazas.

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Las zonas tensionadas acústicamente en horario nocturno delimitadas por el Ayuntamiento son once: la plaza de George Orwell, el Triángulo Lúdico de Poblenou, algunas plazas de la Vila de Gràcia, la rambla del Poblenou, la plaza de Osca y las calles de Enric Granados, Joaquim Costa, Almirall Churruca, Rogent, Allada Vermell y Nou de la Rambla. Es en estos puntos donde, durante este mes de junio, se tendrá que decidir qué medidas antirruido se aplican.