Rebelión autonómica en contra del plan de Sanidad para el ocio nocturno

Catalunya trabaja en su protocolo para reabrir pronto y "dar aire" a los ciudadanos

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Gent bailando en una discoteca de Sitges a finales de mayo, durante una prueba piloto para la apertura del ocio nocturno.

MadridCrece el choque entre el ministerio de Sanidad y las comunidades por el acuerdo sobre horarios y aforos de la hostelería y el ocio nocturno. Tanto la Comunidad de Madrid como Euskadi aseguraron ayer por la mañana que no lo aplicarían y poco después se unieron las Baleares, gobernadas por los socialistas, que este miércoles no se habían posicionado en contra en la reunión del Consejo Interterritorial de Salud. Poco tardaron en hacer lo mismo el resto de comunidades gobernadas por el PP –Castilla y León, Galicia, Andalucía y Murcia–, mientras que Catalunya insistió que trabaja en un protocolo propio para reabrir pronto y “dar aire” a los ciudadanos.

Se ha abierto así un choque de legitimidades sobre el papel del Consejo Interterritorial de Salud: el gobierno español defiende que las decisiones que se toman allí, aunque no sean por unanimidad, tienen que ser de cumplimiento obligado, mientras que las comunidades aseguran que es competencia suya regular los horarios de los locales. Está en juego la posibilidad de consensuar restricciones sanitarias a nivel estatal. Ante este escenario, el ministerio de Sanidad ha abierto la puerta a permitir que cada comunidad haga lo que crea oportuno. El acuerdo del Consejo Interterritorial de Salud, sin embargo, todavía no se ha publicado al Boletín Oficial del Estado (BOE) y, por lo tanto, todavía no se tiene que cumplir. En declaraciones a RNE, la ministra defendió las medidas para “rebajar la incidencia acumulada”, pero a la vez evitó plantear la judicialización si las autonomías no aplican el acuerdo.

El rechazo de Catalunya al plan del ministerio lo es “más por la forma –un documento presentado deprisa y corriendo y sin diálogo– que no por el fondo –el Govern ya trabaja en la reapertura–”, según explicó en rueda de prensa el conseller de Salud, Josep Maria Argimon. “El documento lo trabaja y lo aprueba el ministerio el mismo día y nos lo pasan la misma tarde para votar a los consejeros”, criticó Argimon. A pesar de esto, reiteró que la Generalitat quiere reabrir el ocio nocturno para “dar aire a la ciudadanía, pero sobre todo a la juventud y a un sector que hace un año que está cerrado”.

Baleares ve riesgo para el turismo

Las comunidades que se han opuesto al plan de Sanidad con más vehemencia han sido Madrid y Castilla y León, que ayer dijeron que tienen intención de recurrirlo. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmó en una atención a los medios que se trata de una “imposición política que no es sanitaria”. El lehendakari, Iñigo Urkullu, también criticó la “invasión de competencias” y dijo que no aplicarán el plan. En cuanto a las Baleares, la consejera de Salud, Patrícia Gómez, pidió a Darias que las autonomías puedan tener la última palabra en función de su situación particular, puesto que las Islas “se juegan mucho” con el inicio de la temporada turística y no quieren abrir ya el ocio nocturno, a pesar de la baja incidencia. La idea es que continúe cerrado al menos dos semanas más.

El acuerdo para la desescalada establece que hasta que no se llegue al 70% de población vacunada los bares y los restaurantes puedan abrir hasta la una de la madrugada, mientras que para las discotecas la hora de cierre será a las dos pero solo en casos de una incidencia inferior de coronavirus. Si está por debajo de 50 casos por cada 100.000 habitantes, se permitirá abrir hasta las tres de la madrugada con un aforo del 50%. Pero si la incidencia crece por encima de 150 tendrán que continuar cerradas.

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