Salud

Un amplio estudio vincula la muerte súbita en adultos jóvenes con la diabetes

Una investigación en Dinamarca asocia la enfermedad metabólica con menos años de vida e insta a realizar más controles a los diabéticos

Los diabéticos deben medirse el nivel de glucosa en la sangre
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BarcelonaUna persona joven, de unos 40 años, y aparentemente sana pierde la conciencia inesperadamente y cae al suelo. Quizás había sufrido palpitaciones, mareos o dolor en el tórax justo antes de desplomarse, pero probablemente no ha tenido tiempo de contarlo. Ya no tiene pulso y necesita una reanimación cardiopulmonar. Pero en unos pocos minutos pierde la vida. Se concluye que ha sufrido una muerte cardiaca repentina.

La causa de esta defunción imprevisible es un trastorno eléctrico del corazón que impide que late como es debido. Es más frecuente en personas con enfermedades cardíacas, antecedentes familiares o factores de riesgo como el colesterol, la hipertensión o el uso de algunos fármacos, como antiarrítmicos. Pero también es una variable importante su diabetes. De hecho, el riesgo de muerte cardíaca repentina sería mayor en personas con este trastorno metabólico, según una publicación avalada por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), sobre todo entre los menores de 50 años.

Un amplio estudio publicado este jueves en la European Heart Journal –la revista de referencia internacional del ESC– propone que las personas con diabetes tienen más riesgo de morir inesperadamente y, por tanto, una esperanza de vida media más corta. El análisis, liderado por el doctor Tobias Skjelbred del Hospital Universitario de Copenhague, incluye datos de toda la población danesa que murió en 2010, que fueron 54.028, a partir de certificados de defunción, informes de alta hospitalaria y autopsias.

Los investigadores hallaron un total de 6.862 muertes cardíacas repentinas, es decir el 12% de las defunciones. Posteriormente, consultaron los registros sobre diabetes tipo 1, tipo 2 o sin ellos de la población y compararon las tasas de muerte súbita entre los tres grupos. El grupo danés encontró que, en comparación con la población general, la muerte súbita era 3,7 veces más común entre aquellos con diabetes tipo 1 –en los que el cuerpo no produce insulina desde joven– y 6,5 veces más habitual entre los que la tienen de tipo 2 –vinculada a la obesidad y el sedentarismo, y en que el cuerpo no sabe utilizar correctamente.

Siete veces más riesgo en jóvenes

En ambos casos, la diferencia de riesgo era mayor en menores de 50 años: los adultos jóvenes tenían siete veces mayor riesgo de muerte cardiaca repentina. En concreto, la tasa de incidencia más elevada se encontraba en el grupo de entre 30 y 40 años si tenían diabetes de tipo 1, mientras que afectaba más a los de entre 40 y 50 años si tenían el tipo 2. "Aunque el riesgo aumenta con la edad para todos, la diferencia relativa es más pronunciada al comparar jóvenes con diabetes con sus generales".

El estudio también mostró que la esperanza de vida media para las personas con diabetes tipo 1 era 14,2 años más corta, mientras que los que tienen la de tipo 2 vivían 7,9 años menos. Ahora bien, al tratarse de un estudio observacional, puede inferirse un vínculo entre diabetes y muerte cardíaca, pero no una causalidad. En este sentido, el estudio subraya que tener diabetes predispone a enfermedades cardíacas isquémicas, y que factores específicos como la hipoglucemia pueden aumentar las probabilidades de sufrir una arritmia y una muerte cardíaca repentina.

Ahora bien, una limitación importante del estudio es que se centra en las muertes de 2010, antes del uso generalizado de terapias para reducir la glucosa, como los inhibidores de SGLT2 y los agonistas del receptor GLP-1. "No podemos evaluar cómo podrían haber influido en la muerte cardíaca repentina en años más recientes", admite Skjelbred. Y, de hecho, expertos no vinculados al estudio le califican de "sólido" y "relevante" y defienden que pone el foco en la necesidad de mejorar las medidas preventivas cardiovasculares en los pacientes diabéticos, pero señalan justamente las lagunas en los datos teniendo en cuenta las innovaciones terapéuticas de los últimos cinco lustros.

Implantes y relojes inteligentes

En un editorial que acompaña al estudio, el doctor Hanno Tan, del Ámsterdam University Medical Center (AUMC), valora positivamente que se profundice en la muerte cardiaca repentina, que es "un reto para la prevención y el tratamiento" por su naturaleza imprevisible y alta tasa de mortalidad. Toda información puede ser útil a la hora de realizar más y mejores controles a los enfermos crónicos de diabetes. "Estos hallazgos refuerzan la importancia de que las personas con diabetes trabajen con sus profesionales de la salud para reducir el riesgo cardiovascular", asegura el cardiólogo.

Por ejemplo, aquellos pacientes que se sabe que tienen un riesgo muy alto de muerte súbita –como los que tienen antecedentes familiares– pueden recibir un desfibrilador cardioversor implantable e identificar subgrupos dentro de la población con diabetes que podrían beneficiarse de medidas preventivas ayudaría a reducir su riesgo. Otro ejemplo: ya se están desarrollando sistemas que puedan detectar automáticamente un paro y llamar al servicio de emergencias mediante dispositivos como los relojes inteligentes.

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