Coronavirus

España gripaliza el covid: solo contará los casos graves

La ministra de Sanidad vuelve a aplazar la fecha para la retirada de la mascarilla

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Gent paseante  por Avigunda Diagonal en una imagen reciente

BarcelonaEl covid dejará de ser la enfermedad para convertirse en una patología respiratoria más. A partir de ahora, la vigilancia exhaustiva de los últimos dos años llegará a su fin y las autoridades sanitarias únicamente pondrán el foco en aquellas personas o colectivos que pueden complicarse en caso de contagiarse. El ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han acordado este jueves por unanimidad parar el recuento meticuloso de positivos y limitar el esfuerzo diagnóstico y de seguimiento a los casos graves (los que necesitan atención médica y hospitalaria), y a los brotes que se den en entornos vulnerables o en riesgo de exclusión social, como por ejemplo residencias de gente mayor o centros penitenciarios. Así, España inicia su viraje hacia la gripalización del covid, cambiando el rastreo "reforzado" del virus por una vigilancia de tipo centinela de infección aguda leve en la atención primaria y grave en los hospitales, como se hace con cualquier otra patología respiratoria, antes de 2023. 

Este lunes el departamento de Salud ya confirmaba al ARA que, a partir del 16 de marzo, la red de rastreadores –que hacen las llamadas de seguimiento a los positivos y sus contactos estrechos – dejará de estar operativa en Catalunya porque la Comisión de Salud Pública suprimió las cuarentenas, si bien se continuaría vigilando a las personas vulnerables y los casos de evolución grave. "Estamos en fase de transmisión comunitaria con una incidencia que ha bajado mucho, en un entorno muy vacunado y con la variante ómicron predominante. A escala estatal ya no se indican cuarentenas y, por lo tanto, no hay que hacer estudios de contactos", justificaban.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha asegurado que mientras dure la fase de transición y hasta la implementación completa del sistema de vigilancia centinela se mantendrá un modelo capaz de identificar aumentos de la incidencia en la población general, hacer detección precoz de nuevas variantes y medir la efectividad vacunal. También se mantendrán los sistemas de información desarrollados específicamente para el seguimiento del covid para vigilar cambios negativos en el curso de la pandemia y se garantizará "la capacidad suficiente de medios diagnósticos para la detección de nuevas variantes, con un nivel adecuado de secuenciación" de muestras.

Darias ya anunció la semana pasada que solo se publicarán dos informes semanales de datos y que el objetivo es que la ponencia de alertas determine cuándo es posible dejarlos de contabilizar. Aun así, este registro diario que se ha ido publicando responde a la demanda del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por las siglas en inglés) para hacer seguimiento de la pandemia con el máximo detalle y esta misma semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado un toque de atención a los gobiernos por haber dejado de hacer pruebas diagnósticas a pesar de que "el final de la pandemia está lejos".

Sin consenso por las mascarillas

La decisión sobre si se retira la mascarilla o no se ha vuelto a aplazar esta semana. A pesar de que este jueves se ha celebrado una reunión del Consejo Interterritorial de Salud en la que las comunidades autónomas esperaban debatir cómo y cuándo se suprimiría esta obligación, la ministra ha descartado que se haya logrado un acuerdo definitivo. "Hay interés en el cuándo y está cada vez más cerca", se ha limitado a decir en rueda de prensa al final de las Jornadas del Sistema Nacional de Salud sobre Vigilancia en Salud Pública, celebradas en Zaragoza. Fuentes del ejecutivo español confirman al ARA que la autoridad sanitaria todavía no tiene claro si quiere empezar suprimiendo la mascarilla a los niños o bien esperar unos días o semanas más, hasta que acabe el invierno, para eliminarla directamente para todo el mundo. Antes de decidirlo, dicen, quieren debatirlo con los técnicos y expertos de todas los comunidades.

El conseller de Salud, Josep Maria Argimon, ha apuntado la posibilidad de que la decisión ya esté a punto, afecte a toda la población y el presidente español, Pedro Sánchez, quiera reservarse el anuncio para la conferencia de presidentes prevista para el domingo en la isla canaria de La Palma. En este sentido, ha asegurado que tomar la decisión de retirar la mascarilla en los interiores empieza a ser "urgente". Partidario hasta ahora de suprimir la mascarilla primero en los centros educativos –por edades y de manera progresiva– antes de generalizar la medida en toda la población, la autoridad sanitaria catalana defiende ahora la eliminación total si sirve para "normalizar" de una vez por todas la vida y empezar a convivir con el coronavirus como una enfermedad respiratoria más.

"Como vamos cada vez más tarde, quizás acabaremos quitándola de golpe para toda la población", ha dicho el conseller, en una crítica velada a la ministra de Sanidad, Carolina Darias. De hecho, hace semanas que Catalunya propuso en el Consejo Interterritorial de Salud desescalar la medida en las escuelas sin éxito y no será hasta este jueves que el órgano que reúne a Sanidad y las comunidades autónomas aborde cuándo y dónde desaparecerá el último vestigio (y el más simbólico) de la pandemia en los espacios interiores.

Por este motivo, y, "si las cosas no van bien" cuando se retiren las mascarillas –es decir, que haya una aceleración de la transmisión que tenga afectación en los centros sanitarios–, Argimon ha subrayado que siempre "se puede dar marcha atrás" y recuperar medidas para el control epidemiológico. Ahora bien, ante el repunte de los indicadores epidemiológicos de los últimos días, con un ritmo de transmisión en ascenso, el conseller ha relativizado el comportamiento de la curva y ha dicho que esta inestabilidad probablemente se alargará los próximos siete o diez días, teniendo en cuenta que la variante ómicron es muy contagiosa pero mayoritariamente leve. De aquí que este ligero aumento del ritmo de contagios no se traduzca de momento en un incremento de la presión asistencial, el indicador clave para las autoridades sanitarias a la hora de tomar decisiones. Este jueves hay 1.052 pacientes hospitalizados (25 menos que el miércoles) y 156 ingresados en críticos (7 menos).

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