Salud

La brecha que ha encontrado un grupo de antiabortistas para volver a concentrarse ante las clínicas

El único centro privado que realiza interrupciones del embarazo en Tarragona denuncia al grupo 40 Días por la Vida por acoso

Miembros del grupo de antiabortistas 40 Días por la Vida manifestándose ante la Clínica Eira de Tarragona.
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TarragonaEn la calle Frederic Mompou de la ciudad de Tarragona, desde hace unos días, se puede oír a media voz un pequeño grupo de religiosas que reza en la vía pública. "Señor mío, te pido por los padres que han abortado, derrama sobre ellos tú infinita misericordia", imploran con retratos de la Virgen María y rosario en mano. Lo hacen, dicen, por "las almas de aquellas y aquellos" que ingresan en el único centro privado especializado en interrupción voluntaria del embarazo (IVE) de la provincia de Tarragona, la Clínica Eira. "Hace cosa de un año empezaron a venir, los martes, cuando abrimos consulta. No eran muy visibles y sólo oraban. Pero ahora vienen cada día con pancartas y se ponen delante de la clínica. ¡Incluso me han hecho una foto!", expone el doctor Abel Garcia, anestesista de la Clínica Eira. Aunque una instrucción del departamento de Interior de principios de año veta las concentraciones antiabortistas en los centros para evitar que coaccionen las mujeres, estos grupos han encontrado un resquicio para hacerlo sin saltarse la norma: si no son al menos veinte personas no deben comunicar el acopio y no se les puede prohibir que lo hagan.

Desde el pasado 25 de septiembre y hasta el 3 de noviembre, están previstas movilizaciones en Tarragona, así como en diecisiete ciudades españolas (entre ellas Barcelona) y casi setecientas en todo el mundo, de la campaña antiavortista 40 Días por la Vida. Se trata de una convocatoria religiosa internacional que consiste en orar, e incluso practicar el ayuno, frente a clínicas especializadas en IVE. Uno de los objetivos es la Clínica Eira y, ante el acoso que aseguran que ya sufren, los responsables del centro confirmaron al ARA que este mismo lunes interpusieron una denuncia ante los Mossos d'Esquadra.

El portavoz de la iniciativa en Barcelona y Tarragona, Rafael Cervera, indica que en vísperas de doce horas diarias rezan por las madres, los niños y los médicos. "No estamos constituidos como asociación en España, nosotros estamos en la campaña 40 Days for Life que surgió hace veinte años en Estados Unidos". La campaña se realiza en el Estado dos veces al año y, según el portavoz, siempre previa comunicación al departamento de Interior. "Tenemos derecho a manifestarnos, a la libertad de expresión y de culto, pero no caemos en el acoso. Lo hacemos todo dentro de la ley".

Cervera se refiere a la modificación de la ley orgánica 10/1995 del Código Penal, donde hace dos años se añadió el artículo 172 cuater, que castiga penalmente por un delito de coacciones la obstaculización o acoso a mujeres que ejercen su derecho a la interrupción legal del embarazo. Esta protección se extiende también a los profesionales sanitarios y trabajadores de estos centros. Pero no basta, según los médicos del ramo.

Instrucción caducada

En la anterior campaña de 40 Días por la Vida, que se desplegó a principios de este año, la dirección general de Administración de la Seguridad (DGAS), que depende de Interior, dictó una resolución en la que se informaba este grupo que las concentraciones que habían comunicado del 19 de febrero al 8 de marzo frente a una clínica en Barcelona tenían limitaciones. Tal y como avanzó el ARA, la instrucción precisaba que no se podía ejercer control visual sobre las personas que acudieran al centro, y que la concentración no podía ser visible o audible desde los accesos al establecimiento. Una iniciativa que tanto el entonces consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, como la entonces consejera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, anunciaron y celebraron en las redes sociales como una acción garantista. La resolución fue impugnada ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) pero el 26 de febrero se declaró conforme a derecho mediante sentencia.

Ahora, desde Interior indican que no han recibido ninguna comunicación de la actual campaña. Por tanto, añaden que no pueden responder a la asociación con la instrucción avalada por el TSJC y, por tanto, no pueden limitar su derecho a manifestación. En la web de inscripciones a 40 Días por la Vida afirman que los turnos de oración en la vía pública no superan a las diecinueve personas, justo el límite por el que no se está obligado a comunicar una concentración en Interior. La campaña, pues, se ha situado en una brecha legal.

Con todo, la semana pasada los Mossos d'Esquadra de Tarragona identificaron a varios asistentes a las plegarias tras ser alertados por la Clínica Eira y mediaron para que se marcharan. La policía catalana, según fuentes consultadas por el ARA, recomendó al centro contratado por el Servei Català de Salut (CatSalut) que denunciara esta campaña, un extremo que se ha acabado haciendo realidad este lunes.

"Ahora volvemos a orar ante las clínicas porque no tenemos ningún comunicado al respecto", alega Cervera como portavoz de la entidad antiabortista. Interior detalla que la instrucción dada a conocer en febrero era temporal, enmarcada sólo en esas fechas y concentraciones. Esta tesitura ha posibilitado que los antiabortistas puedan volver a hacerse visibles frente a las clínicas con retratos marianos y carteles con mensajes como "No estás sola, podemos ayudarte".

Orar contra el aborto

Lo que puede parecer un acto de libertad religiosa es, para muchas usuarias y para el personal de Eira, un acto de coacción e intimidación. "Hace poco, una paciente nos comentó que, llegando al centro, una de las concentradas le preguntó si lo tenía claro. Incluso las pacientes y sus familiares ya no pueden esperar fuera sentados tranquilamente porque están ahí", comentan desde la clínica tarraconense. La privacidad y confidencialidad en estos procesos es tal que en la sala de espera ni siquiera llaman por el nombre, sino por un número.

En Barcelona, ​​40 Días por la Vida tiene plantadas también "vísperas" frente a tres clínicas, dos en Sant Gervasi, en las calles Anglí y Dalmases, y otra en la calle Aragó, en la Esquerra del Eixample. Esta organización de raíz católica nació en el estado de Texas en 2004, durante una movilización contra un centro de planificación familiar. Aseguran que las plegarias frente a las clínicas hacen que un 75% de las mujeres no aparezcan en sus citas, y según su presidente, Shawn Carney, gracias a la campaña internacional de este otoño se evitarán 25.000 abortos en todo el mundo.

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