Las mascarillas dejan de ser obligatorias en los patios de las escuelas

BarcelonaLa mascarilla ya no será obligatoria en los patios de las escuelas y los institutos. Hasta ahora, y a pesar de que los centros educativos se rigen por un protocolo específico y diferenciado del resto de la población, los niños tenían que llevar la mascarilla en el patio porque se consideraba un espacio exterior y prevalecía el decreto de alcance general. Pero, tal como estaba previsto, el consejo de ministros ha votado a favor de retirar esta medida de protección en los espacios exteriores y con el cambio de uso se equiparará el uso infantil de la mascarilla al de los adultos. El cambio normativo, que no ha estado exento de polémica porque hace solo una semana que se convalidó en el Congreso de los Diputados, previsiblemente saldrá publicado mañana en el Boletín Oficial del Estado para que entre en vigor este mismo jueves.

La Sociedad Catalana de Pediatría había exigido este cambio a las autoridades sanitarias alegando los "efectos negativos en áreas fundamentales de los menores, como el aprendizaje, la socialización o la salud mental y emocional" y asegurando que era un agravio hacia los niños, puesto que en el resto de sectores de la sociedad se habían ido relajando las restricciones. De hecho, los pediatras también proponían extender la supresión de la mascarilla a los interiores de los centros y que los menores pudieran dar clase sin ella. De momento, sin embargo, las autoridades sanitarias consideran que las mascarillas son necesarias en los espacios interiores para evitar la transmisión del virus.

Catalunya ha querido eliminar esta medida de los patios escolares en dos ocasiones, el noviembre pasado, justo después de la quinta ola aprovechando la bajada de la curva, y ahora que la sexta ola remite. Con todo, fuentes del departamento de Salud admiten que, a pesar de que se hubiera querido cambiar el protocolo, la declaración estatal prevalecía, porque era de obligado cumplimiento para todos los gobiernos autonómicos. Era necesario que la normativa pasara de nuevo por el consejo interterritorial de Salud y a propuesta del ministerio de Sanidad y, después, por el consejo de ministros.