Salud

¿Se prohibirá fumar en las terrazas? Qué se sabe y qué dicen los expertos

El gobierno español también quiere limitar los cigarrillos electrónicos y los vapeadores

Un hombre fumando en la terraza de un bar del paseo de Sant Joan.

BarcelonaEl tabaquismo es el principal factor de riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y la primera causa aislada de muerte en Cataluña. Cada año hay unas 10.000 muertes de catalanes asociadas a ese hábito adictivo. Limitar el uso del tabaco es, por tanto, uno de los deberes pendientes de salud pública en el Estado. El gobierno español anunció a principios de año que quería endurecer la ley antitabaco y el pasado abril aprobó el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027, que incluye medidas más estrictas en cuanto a la venta, consumo y publicidad. Ampliar los espacios libres de humo, como las terrazas de los bares y restaurantes, e incluir a los vapeadores y el tabaco calentado, que cada vez están más extendidos entre la población (y en especial los jóvenes), son dos de los grandes retos de la futura norma , que el ministerio de Sanidad articulará por vías distintas.

Por un lado, el gobierno del Estado tiene previsto aprobar un real decreto que incluirá algunas de las medidas del plan, como limitar el acceso de las nuevas formas de consumo (cigarrillos electrónicos, vapeadores y productos de nicotina de sabores que carecen de tabaco) y el empaquetado neutro, es decir, que todas las marcas tengan la misma apariencia para que sean menos atractivas para los compradores. Por otro, existe la reforma de la ley, que incluirá la prohibición del tabaco a nuevos espacios al aire libre, como las terrazas de bares y restaurantes, que deberá ir al Congreso para ser votada. Aunque la ministra de Sanidad, Mónica García, anunció que quería aprobar la nueva norma este año, de momento no hay previsión alguna de cuándo se hará y fuentes del ministerio explican que, hasta que se apruebe el real decreto, no traerán la reforma de la ley al Congreso. Habrá que ver qué mayorías logran sumar para sacar adelante la reforma, que dependerá del clima político de la cámara baja si se acaba desencallando o no.

El secretario de Salud Pública, Esteve Fernández, que antes de asumir el cargo dedicó buena parte de su trayectoria al control del tabaquismo, ha confirmado que Catalunya está en plena sintonía con las medidas que recoge el plan estatal. Además, explica que están estudiando nuevas acciones más allá de las anunciadas por el ministerio de Sanidad, enfocadas a la prevención de este hábito entre los menores ya garantizar espacios libres sin humo, "en la línea de lo que se ha ido trabajando en los últimos años". Desde 2018, la cifra de fumadores en Catalunya se mantiene estable, en torno a 1,5 millones, y son necesarias medidas más estrictas para reducir la cifra. Por un lado, para evitar que haya nuevos fumadores y, por otro, para que aquellos que ya fuman lo dejen a tiempo.

Terrazas sin humo, clave para reducir la incidencia

Por tener una política antitabaco de máximos, Cristina Martínez, que es la nueva jefa de la Unidad de Control del Tabaco del Instituto Catalán de Oncología (ICO) en sustitución de Fernández, defiende que hay que echar el humo de los espacios públicos en el exterior, como parques naturales, playas, piscinas y paradas del transporte público. "Que en Collserola no se pueda fumar, por ejemplo", concreta la experta. Desde el ICO apuntan a que debería prohibirse también en todos los equipamientos deportivos, conciertos, centros comerciales y mercados populares. Eso sí, las terrazas son para Martínez la "punta de lanza" de la futura reforma por su visibilidad, ya que se darían pasos para "desnormalizar el tabaco".

El humo en las terrazas es desde hace años uno de los debates del control del tabaco. Cuando Sanidad estaba elaborando el plan estatal con las sociedades científicas, éste fue el principal desacuerdo entre las comunidades autónomas: Cataluña se posicionó a favor de esta prohibición generalizada, mientras que otras comunidades como Madrid estaban radicalmente en contra. Por lo que respecta a Europa, el mes pasado la Comisión Europea recomendó a los estados miembros prohibir el tabaco en las terrazas de los bares, cafés y restaurantes.

La ministra de Sanidad, Mónica García, defendió a principios de año que las terrazas son lugares donde la evidencia científica ha corroborado que se consume "humo de segunda mano" perjudicial para la salud. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el 55% de los no fumadores tragan el humo ambiental del tabaco convencional, sobre todo en las terrazas del sector de la restauración, que son "la principal vía de exposición de este contaminante ambiental".

Con todo, al otro lado, el secretario general de la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm), Joaquim Boadas, ha pedido realizar un estudio para evaluar la eficacia de la medida antes de prohibir el tabaco en las terrazas y asegura que, de acabar aprobándose la norma, habrá un "perjuicio económico" muy grande para el sector de la restauración, aunque reconoce que no lo tienen cuantificado. "Pedimos que se tengan en cuenta los efectos colaterales de las decisiones políticas y que no se haga como en la pandemia, que tomaban medidas al azar", critica.

Aparte de la restauración, la Comisión Europea también recomienda prohibir fumar en zonas recreativas al aire libre donde suele haber niños y jóvenes, como parques infantiles públicos, parques de atracciones y piscinas. "Donde hay restricciones, luego los niños fuman menos", argumentaba Fernández cuando todavía estaba en el ICO.

Nuevas formas de consumo

Otro de los retos son las nuevas formas de consumo. Martínez advierte que las empresas de la industria del tabaco están creando nuevos productos que escapan a la legislación vigente en España porque contienen nicotina, pero no tabaco. La norma actual sólo regula los productos con tabaco, situación que el gobierno de Pedro Sánchez quiere compensar con el decreto ley, que aún no tiene fecha. "Muchos de estos productos que no tienen tabaco son de sabores, lo que les hace muy atractivos a los jóvenes. Al igual que me como un chicle de fresa, fumo con vapiador", expone la experta. Según Sanidad, hasta 460 jóvenes comienzan a fumar todos los días en España.

El contrapunto lo da Miguel de la Guárdia, catedrático de química analítica de la Universidad de Valencia (UV), que cree que prohibir estas nuevas formas de tabaco es "la alternativa mediocre a educar" y avisa de que los jóvenes los consumirán de todos modos, con o sin prohibiciones. Para De la Guárdia, es necesario realizar un estudio para evaluar si los vapeadores y el tabaco calentado pueden ser una puerta de salida para todas las personas que fuman y, sobre todo, asegurar que no son una puerta de entrada para las nuevas generaciones, como afirma el gobierno español.

Desde el ICO, que tiene la única unidad de control de tabaco reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de España, advierten que ya hay estudios que demuestran que los cigarrillos electrónicos producen insuficiencia respiratoria y afectan a la salud cardiovascular de las personas que las consumen. "Tenemos evidencias de que el consumo activo afecta a los vasos sanguíneos y los fumadores tienen más posibilidades de sufrir embolias y trombosis", resalta Martínez. Aún así, avisa de que se necesitan más años para ver el impacto real de los nuevos productos en la población, ya que todavía no se sabe si se pueden relacionar con el cáncer. "No descarto que en unos años haya casos de cáncer por cigarrillos electrónicos, aunque sus consumidores los combinan con el tabaco de combustión normal", concluye.

Bolsitas de nicotina

Otra nueva forma de consumir nicotina (sin humo) es el Snus. Se trata de unas bolsitas de nicotina sintética que se consumen por vía oral, colocándolas en la encía bajo el labio superior. En Europa no existe una regulación específica de este tipo de producto, que se puede comprar en España, incluso en estancos y por internet. Martínez advierte que la concentración de nicotina en estos productos es seis veces mayor que en los cigarrillos de combustión y, además, produce malformaciones en las células de la mucosa bucal y heridas en la encía.

Esta semana los comunes han registrado en el Parlament una propuesta de resolución en la que instan al gobierno catalán a impulsar un plan para reducir el consumo de productos de nicotina sin combustión como el Snus, alertar de los riesgos para la salud que tienen estos productos y trabajar con Sanidad para pedir su prohibición en España, como han hecho Bélgica y Países Bajos. El plan antitabaco del gobierno de Sánchez (que debería entrar en vigor este 2024) incluye también estos productos, que se regularán por primera vez en el Estado una vez se apruebe el real decreto. De momento, no hay ninguna fecha prevista a dos meses de finalizar el año.

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