Quiero dejar de fumar: ¿qué fármacos pueden ayudarme?
Todacitan, Recigarum y Zyntabac son los medicamentos financiados por el Estado que reducen el síndrome de abstinencia del tabaco
BarcelonaCada 31 de diciembre, entre los muchos propósitos de nuevo año que se hacen los catalanes, hay uno que siempre se repite: quiero dejar de fumar. Sin embargo, hacerlo no es fácil y desde el 2018 la cifra de fumadores en Catalunya se mantiene estable, alrededor de 1,5 millones. El tabaquismo es el principal factor de riesgo del cáncer y enfermedades cardiovasculares. Cada año hay unas 10.000 muertes de catalanes asociadas a ese hábito adictivo. Combatirlo es, desde hace años, uno de los caballos de batalla de las autoridades sanitarias y, de hecho, el gobierno español ya ha avanzado que quiere endurecer la ley antitabaco este año. Aparte de la campaña que se hace desde las administraciones para reducir su incidencia, cada fumador vive su pugna personal contra el tabaco, y para salirse primero hace falta voluntad pero también tener buenos aliados. Algunos de ellos los podemos encontrar en las farmacias y, desde el 2020, hay algunos que son financiados por la Seguridad Social: si dices que quieres dejar de fumar, el médico de cabecera puede prescribirte tres medicamentos que están parcialmente reembolsados. Son Todacitan, Recigarum y Zyntabac.
Hay estudios que demuestran que los medicamentos multiplican por dos o por tres las probabilidades de éxito para dejar de fumar. El presidente del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Catalunya (CCFC), Jordi Casas, asegura que estos fármacos dan "buenos resultados". Para Casas, que se financie medicina para dejar de fumar es el "salto más importante" que se ha hecho en la lucha contra el tabaquismo en el Estado, una acción que a su juicio también ayuda a concienciar a la ciudadanía. Además, disponer de tratamientos como éstos acelera la disminución de la prevalencia, que es una de las prioridades de las políticas de salud pública, afirma el jefe de la Unidad de Control del Tabaco del Instituto Catalán de Oncología (ICO), Esteve Fernández. Sin embargo, es necesario pedir visita a la atención primaria para recibir la prescripción de uno de estos tratamientos, si bien sólo se puede beneficiar cualquier fumador que no haya seguido otro medicamento financiado en el último año.
Tratamientos disponibles
Todacitan y Recigarum empezaron a financiarse el año pasado y, desde entonces, más de 75.000 catalanes han iniciado el tratamiento con uno de los dos, según datos de la conselleria de Salud. Tienen la citisina como principio activo –la materia prima que se utiliza para producirlo–, una sustancia de origen vegetal que se asemeja mucho a la estructura de la nicotina y la desplaza para reducir el síndrome de abstinencia y la ansiedad que se deriva. Con sólo una caja se realiza el tratamiento farmacológico completo, que dura 25 días, y se sigue una pauta decreciente del número de dosis, es decir, los comprimidos a tomar van disminuyendo con el paso de las semanas.
El otro fármaco es el Zyntabac, que se financia desde 2020. Su principio activo es el bupropión, que también ayuda a reducir el síndrome de abstinencia y el deseo de fumar y no contiene nicotina. El tratamiento completo puede durar hasta 84 días y las dosis se incrementan con el tiempo: los seis primeros días deben tomarse 150 miligramos al día y, después, la misma cantidad dos veces al día. Su comercialización se vio alterada inicialmente por los efectos de la pandemia, ya que sólo se dispensaron 733 medicamentos en el primer año, pero la cifra aumentó progresivamente hasta superar los 14.000 en el 2022. Con la llegada del Todacitan y el Recigarum, sin embargo, este fármaco ha experimentado un bajón y en 2023 se ha dispensado menos que el año del cóvido.
En 2020 también se empezó a financiar el Champix, que tuvo una mejor acogida que el Zyntabac con más de 100.000 dispensaciones en dos años. Ahora bien, los problemas de abastecimiento han interrumpido su distribución, ya que su principio activo, la vareniclina, no "se encuentra" actualmente en el mercado, según Casas. El presidente del CCFC ha concretado que, además, existen otras opciones terapéuticas que no las financia la Seguridad Social, pero que también sirven para dejar de fumar, como los chicles, los parches, los comprimidos y los sprays de nicotina.
Endurecer la ley antitabaco
La intención del gobierno español es aprobar este año el plan antitabaco, que debe endurecer la ley de 2010 ampliando los espacios libres de humo ylimitando el acceso a los vapeadores. Ya hace casi tres años que el proyecto está guardado en el cajón y ahora se quiere conseguir "la primera generación libre de humo". Para Fernández, la prohibición del tabaco debe llegar a más sitios, como las terrazas de bares y restaurantes, que ve como la "punta de lanza" de la futura reforma por la visibilidad que tendría.
Por tener una política antitabaco de máximos, el jefe de la Unidad de Control del Tabaco del ICO sacaría el humo de los espacios públicos al exterior, como parques, playas, piscinas y paradas del transporte público. También lo prohibiría en todos los equipamientos deportivos, conciertos, centros comerciales y mercados populares, y sobre todo en las entradas de hospitales y escuelas. "Donde hay restricciones después los niños fuman menos", argumenta Fernández, quien también advierte de los peligros de fumar a las puertas de los edificios. Según ha demostrado el ICO en varios estudios, los niveles de partículas finas contaminantes son los mismos dentro y fuera de los edificios cuando se fuma a las puertas y el experto defiende que debería prohibirse el tabaco a diez metros de cualquier entrada.
Alteraciones del sistema inmunitario
Esta semana, la revista Nature ha publicado un estudio que determina que fumar altera el sistema inmunitario incluso después de dejarlo: incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades, así como de sufrir más síntomas y complicaciones en caso de enfermar. Investigadores del Instituto Pasteur de París lideraron este proyecto en el que analizaron el impacto de 136 factores ambientales en la respuesta inmunitaria del cuerpo humano y concluyeron que el tabaquismo es el que más influye.
A corto plazo, una persona que fuma tendrá cuadros más severos cuando se ponga enferma, los síntomas serán más persistentes y tendrá más complicaciones, mientras que a largo plazo las alteraciones que el tabaco provoca en las defensas pueden suponer un mayor riesgo de contraer alergias, enfermedades autoinmunes, como la diabetes y la tiroiditis, y claramente cáncer.