"Tenía clarísimo que quería vacunar ya a mi hijo"

La Fira de Barcelona ha puesto un centenar de vacunas pediátricas en la primera tarde de campaña infantil

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Jordi, de ocho años, vacunándose a la Feria de Barcelona este miércoles.

BarcelonaJordi se deja coger la mano por su madre y cierra los ojos con fuerza mientras el enfermero le inyecta la vacuna contra el covid. Gimotea "de nervios y miedo" por la jeringuilla, pero el trance es rápido y se recompone enseguida. "Ahora estoy contento", dice el pequeño, de ocho años, pasados los quince minutos de rigor que se tiene que esperar para descartar reacciones alérgicas y poder volver a casa. Meritxell, su madre, tenía "clarísimo" que lo quería vacunar ya y ha sido uno de los primeros 100 menores de 5 a 11 años que se han vacunado este miércoles por la tarde en la Fira de Barcelona en el primer día de la campaña infantil en Catalunya. "Lo estábamos esperando. El día que abrieron los turnos pedimos hora", explica.

Un total de 3.712 niños y niñas han recibido la primera dosis el primer día de campaña y todos los padres y madres que han acompañado a los hijos a la Fira están convencidos de vacunarlos –fueron los primeros en pedir hora–. Alegan los mismos motivos: son los únicos que quedaban sin vacunar de la familia y vienen días de celebraciones y quieren añadir un grado de protección a los encuentros con los abuelos. Además, lo ven necesario para normalizar las dinámicas en la escuela y evitar que los grupos burbuja se tengan que aislar cuando se detecta un positivo. Ana es una de estas madres y explica que antes de coger hora se asesoró con médicos sobre si era seguro vacunar a Sofia, de 7 años. "Todos me dijeron que adelante y no he tenido dudas en ningún momento. Una vez aquí, siendo el primer día, es cierto que una parte de mí piensa que son como conejitos de Indias, pero en otros países ya hay muchos niños vacunados y confío plenamente en las vacunas y en los pediatras", asegura.

De cara al fin de semana, en su punto de vacunación infantil de la Fira (separado del de los adultos) se pondrán al menos 1.800 vacunas –1.200 sábado y 600 domingo–, todas con cita y en horario de tarde. La idea del departamento de Salud es poder ofrecer "más citas en todos los turnos y horas" en los próximos días, cuando se pueda ver cuál es el ritmo de inoculaciones. De momento, la coordinadora del punto de vacunación, la enfermera Lourdes Carrés, califica el ambiente de "tranquilo y relajado": "Esto nos da margen para trabajar y para que los niños se sientan más cómodos a la hora de llegar, vacunarse, entender la información y tener el espacio que necesiten para estar a gusto".

De hecho, en el recinto se sienten algunos llantos y unos cuantos "no quiero", pero también hay que salen del box dando saltitos, como Maria, que asegura que "no le duele el brazo ni nada". "Me quería vacunar para no pillar el covid", dice mirando de reojo a su padre, Ferran. Dice que la niña ha recibido todas las vacunas incluidas en el calendario vacunal y defiende que la del covid no será una excepción, puesto que está muy estudiada y se está poniendo más que otras muchas. "La novedad puede dar un poco de miedo, pero yo no soy experto en microbiología o virología y confío en la gente que sí que lo es y trabaja para conseguir las vacunas. El resto forma parte del show del ser humano, porque antivacunas ha habido siempre, defendiendo cosas que no se demuestran científicamente", afirma.

Òscar abraza a su hijo, Austin, esperando para poder marcharse a casa después de que le hayan vacunado en la Fira de Barcelona.

Con todo, las familias ven "comprensible" que haya padres y madres con dudas a la hora de vacunar a sus hijos o que quieran esperar un poco antes de hacerlo. "Entiendo que haya reticencias y debates, pero también que antes de hacer una campaña de vacunación se han hecho muchas pruebas en todo el mundo y con estas pruebas ha quedado demostrado que son vacunas seguras y que no provocan efectos secundarios", explica Òscar, que quiere destacar que hay que ser responsables y proteger a los más pequeños para "salir juntos del pozo en el que el virus nos ha metido". Su hijo Austin, de 11 años, también espera que todos los compañeros de clase se vacunen pronto. "Yo tenía ganas de vacunarme, no ha sido una obligación. Hay mucha gente que se está infectando y que está pasándolo mal y yo quería vacunarme para estar mejor y para que la gente sufra menos", dice. Hasta este miércoles por la tarde, se han tramitado 82.071 citas para vacunar a menores en todo el país.

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