Salud

Vall d'Hebron salva los riñones del pequeño Ian: “En dos semanas volvía a hacer natación”

El hospital ha realizado 125 cirugías urológicas con robot a niños y adolescentes en 15 años

Ian jugando en el parque

BarcelonaCuando tenía 9 años, Ian sufrió un cólico nefrítico, una obstrucción de la vía urinaria que le impedía hacer pipí con normalidad y le provocaba mucho dolor. Había nacido con una malformación que no le detectaron. Aunque nunca había mostrado señales, la orina se acumulaba en el riñón y era necesario operarlo para preservar el órgano. Inicialmente, se optó por una cirugía convencional con laparoscopia –una operación con pequeñas incisiones en el abdomen–, pero la operación se complicó y Ian continuó con molestias. Había que volver a operarlo y, esta segunda vez, se optó por el Hospital Vall d'Hebron, el único centro del Estado que dispone de un programa de cirugía robótica urológica para niños.

Antes de esta operación, Ian no podía hacer vida normal. Llevaba tres sondas, no podía correr a la hora del recreo y los dolores eran intermitentes. Con ayuda del robot Da Vinci –creado con tecnología de la NASA– todo cambió. Los profesionales del Vall d'Hebron realizaron una operación de gran complejidad, pero más precisa, que evita complicaciones y permite una mejor recuperación, minimizando las secuelas que sí había sufrido con la primera intervención. “En una semana, Ian iba a la escuela y en dos volvía a las clases de natación”, explica su madre, Laia.

Para tratar al niño con el robot, los profesionales hicieron pequeñas incisiones de menos de un centímetro en la barriga y en el ombligo; una técnica que permite realizar la cirugía con movimientos previamente calculados, explica la cirujana adjunta de urología pediátrica y trasplante renal del Vall d'Hebron, Glòria Royo. “El robot Da Vinci no tiene autonomía para realizar movimientos quirúrgicos, los cirujanos somos el cerebro de las intervenciones y los brazos del robot sólo traducen el movimiento de las manos de los profesionales”, concreta.

Otras intervenciones

Da Vinci se ha convertido en un gran aliado en numerosas especialidades quirúrgicas del paciente adulto y cada vez más también del paciente pediátrico. El hospital barcelonés puso en marcha este programa pionero en el 2009 y, desde entonces, ha realizado hasta 125 operaciones pediátricas urológicas con el robot. "Hemos superado el número simbólico del centenar de operaciones", destaca Marino Asensio, jefe de sección de Urología Pediátrica y Trasplante Renal.

La mayoría de las intervenciones han sido pieloplastias, como la de Ian, una cirugía del tracto urinario superior que sirve para eliminar una obstrucción. "Hacemos una cirugía mínimamente invasiva a pacientes desde los dos años hasta la adolescencia", concreta Royo. El resto de operaciones realizadas por el equipo son cirugías del tracto urinario inferior, la mayoría de ellas para tratar una alteración funcional de la vejiga. Suelen ser niños que no pueden hacer pipí de forma autónoma y necesitan una sonda, sobre todo porque tienen diversidad funcional y van en silla de ruedas. En este caso les realizan un conducto de la vejiga en el ombligo indoloro para conseguir el vaciado, facilitando así su día a día.

Según Royo, el robot ha sustituido a buena parte de las operaciones convencionales en los pacientes de 2 a 16 años, ya que la incisión de 8 milímetros es mucho más adecuada para este tipo de pacientes. Sin embargo, para los menores de 24 meses se prefiere la laparoscopia, ya que las incisiones son aún menores, de 3 milímetros.

Ian no recuerda demasiado los brazos robóticos, pero explica que “no tiene forma de persona”. Sí recuerda que estuvo sólo dos días en el hospital y que al cabo de unos días ya hacía plena vida normal con sólo una sonda. A partir de ahora, sin embargo, el hospital le hará controles periódicos hasta que haya crecido por completo para comprobar que el riñón, al crecer de volumen, sigue funcionado perfectamente.

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