“Los crímenes de honor son machismo, no religión”

La comunidad pakistaní pide que no se la estigmatice con los matrimonios forzados

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Protesta en el Pakistán contra los "crims de honor"

BarcelonaRubia Naz es portavoz de la Asociación Pakmir, una entidad de Montcada i Reixac que trabaja por la integración de las mujeres pakistaníes. En una conversación con el ARA, Naz asegura que los matrimonios forzados solo pasan en “un núcleo conservador” y que sus prácticas culturales “se sobreponen a la religión y a la comunidad”. “También nos indigna a nosotros”, lamenta Naz, que pide reforzar la prevención, pero también quitar el estigma, para que “ahora no se piense que todas las chicas pakistaníes se casarán de manera forzosa y que cualquier viaje a Pakistán es un matrimonio forzado”.

“El 8-M, cuando preparamos las pancartas, muchas compañeras se quejan de las violaciones y yo lo hago de los crímenes de honor. El machismo se manifiesta de diferentes formas”, explica. “Sabemos que han asesinado a las hermanas de Terrassa y los que negocian los casamientos y las matan son hombres”. De hecho, Naz insiste que los mal llamados crímenes de honor “son machismo” pero no son propios de “la religión, la cultura pakistaní o los hombres pakistaníes”.

Según la organización en favor de los derechos humanos Human Rights Watch, los llamados crímenes de honor son actos de violencia, generalmente asesinatos, cometidos por miembros masculinos de la familia contra miembros femeninos que se considera que han deshonrado a la familia. Según la organización internacional, los crímenes de honor no son específicos de ninguna religión ni se limitan a ninguna región del mundo, a pesar de que sobre todo los han tratado en América, Asia, Oriente Medio y el Norte de África. Para detectar este tipo de situaciones son claves las alertas de los servicios sociales y educativos para detectar cambios en el comportamiento, puesto que no es habitual que sean las mismas víctimas las que denuncien.

Violencia machista invisibilizada

En respuesta al asesinato, el Consell de l'Advocacia Catalana reclamó este martes a la Generalitat que reforzara el protocolo en materia de matrimonios forzados para erradicar la violencia en este entorno. En un comunicado, los letrados lamentaron que las dos chicas hubieran sido víctimas "de un acto cruel e intolerable, que supone una flagrante violación de los derechos humanos". En este sentido, instan también al Govern a ampliar la prevención hacia la violencia vinculada a los matrimonios forzados, que la ley catalana ya considera en sí mismos un tipo de violencia machista en el ámbito sociocomunitario.

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