Sucesos

El héroe de Matadepera: salva la vida de un bebé de seis meses con la maniobra de Heimlich

Un bombero voluntario reanima a un niño que se había atragantado con sus mocos

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Pedro Freixa durante una actuación como bombero.

BarcelonaSe llama Pere Freixa y es bombero voluntario desde el año 1996. También es técnico de emergencias sanitarias y trabaja para el SEM. Este lunes por la tarde estaba en el Parque de Bomberos Voluntarios de Matadepera. Cuando lo tienen abierto, siempre avisan antes a la Policía Local porque así no es necesario llamar al 112. Eran las 18:45 horas. "Estábamos sentados mirando la tele y charlando", narra. Oyeron un coche que pasaba muy rápido y frenaba de golpe, pero no le dieron importancia. "De repente, entró un policía con un niño en brazos", explica. "Se ahoga, se ahoga", decía el policía. "Dámelo", contestó Pere.

Estaba inconsciente y no respiraba. Era un bebé pequeño, de unos seis meses, y junto al policía estaban sus padres. Mientras un compañero iba a buscar al farmacéutico, Pere lo cogió y lo puso boca abajo, con la cabeza también inclinada hacia el suelo. Luego le hizo la maniobra de Heimlich.

"En el caso de un niño de cero a un año, hay que mantenerlo en posición boca abajo y darle golpes en la espalda, entre los dos omóplatos, con la palma de la mano". A la primera no respondió. "Al segundo golpe, automáticamente, expulsó un coágulo de mocos. Le puse el dedo en la boca para quitar los que quedaban. Luego, se puso a llorar", describe. Todo el mundo respiró aliviado. "Si llora significa que respira", comenta Pere. Miró al padre, que estaba "muy nervioso", y a la madre, en "estado de shock". Luego le miraron las constantes: estaba bien. Por si acaso, llamaron a la ambulancia. En el hospital le hicieron más revisiones y el mismo día le dieron el alta. Todo se quedó en un susto.

De la comisaría al parque

Pere no sabe cómo acabó el pequeño en el parque de Bomberos Voluntarios. La otra parte de la historia la cuenta la alcaldesa accidental de Matadepera, Laura Ríos. "El sargento de la policía local estaba en la comisaría y oyó cómo un coche frenaba de golpe", narra. Es el mismo vehículo que oyeron desde el parque de bomberos. "Llamaron a la puerta", narra Ríos. Abrió el sargento y vio a dos padres, "totalmente alarmados", que le dieron al bebé. No respiraba.

Enseguida, el sargento, también formado con primeros auxilios, lo puso boca abajo y empezó a hacerle una maniobra de reanimación. Sin embargo, se acordó de que ese día el parque de bomberos voluntarios estaba abierto. De hecho, por la mañana habían hecho una intervención juntos. La comisaría de la Policía Local está justo enfrente del parque de bomberos. El policía cruzó la calle corriendo, con el bebé en brazos, y acabó dándoselo a Pere Freixa, que consiguió reanimarlo en el comedor del parque. Pere dice que "hizo su trabajo" y pide que un cursillo en primeros auxilios sea obligatorio en las escuelas.

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