Sucesos

Cómo intentó infiltrarse en Catalunya la mafia que amenaza a la princesa de Holanda

La explosión de un cajero ayudó a los Mossos y la Policía Nacional a detectar los tentáculos de un grupo criminal relacionado con la Mocro Maffia

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BarcelonaEn enero de 2020 se produjeron dos robos en cajeros automáticos de Martorell y Cerdanyola del Vallès. Los asaltantes colocaron explosivos en el exterior del cajero y accedieron hasta el dinero. Los Mossos d'Esquadra abrieron una investigación y detectaron que la técnica que habían utilizado los ladrones era muy "sofisticada", en palabras del subinspector José Merino, jefe del área central de delitos económicos. Usaban una mezcla de gases que, al entrar en contacto, producían una fuerte explosión. Los Mossos pocas veces se habían encontrado con una estrategia como esta, pero no era la primera vez que se utilizaba. Se repetía el patrón en un atraco en Alemania y algunos más en los Países Bajos. Y, con la ayuda de la policía alemana, se identificó a una persona: residía en Catalunya y tenía relación con otro robo en Paterna (Valencia) de las mismas características que estaba investigando la Policía Nacional. En febrero de 2021 se creó un equipo conjunto de los Mossos y la Policía Nacional: la operación Tándem. De entrada poco se imaginaban que esas explosiones los conducirían hasta la mafia más peligrosa de Holanda, que trataba de asentarse en Catalunya.

Se centró la investigación en el primer identificado, de origen holandés, y en unas cuantas personas de su entorno. Todas tenían entre 30 y 35 años y conformaban un grupo criminal. "De primeras, parecen personas normales", explica el inspector de la Policía Nacional Esteban Patricio, jefe del grupo 32 de delincuencia económica y anticorrupción de la brigada provincial de la policía judicial. Ahora bien, los seguimientos demostraron que no se tenían que quedar con la primera impresión: "Tenían un alto nivel de vida", explica Merino. Coches de lujo, buenos domicilios, joyas caras. Todo esto sin tener un duro en la cuenta corriente. ¿Cómo lo conseguían? El hilo del dinero de los cajeros automáticos dio la respuesta. El objetivo de su estancia en Catalunya era blanquear los billetes que habían robado anteriormente. Tenían empresas pantalla con las que compraban varios bienes, entre ellos los coches, y también habían invertido en negocios lícitos. Uno de ellos: un bar de Barcelona que ofrecía servicio de shisha. Los investigados incluso eran clientes de un bufete de abogados catalán para poder saber cómo se podían ir introduciendo legalmente en el tejido del país. Una vez blanqueado, "disfrutaban de la vida".

Entre Barcelona y Amsterdam

Se estaban estableciendo en Catalunya, pero dos de ellos, presuntamente los jefes del clan, viajaban constantemente a Amsterdam. Aquí los investigadores los empezaron a relacionar con la Mocro Maffia, uno de los grupos criminales más peligrosos de Europa. Conocían a personas que formaban parte de esta mafia y tenían unas tácticas similares. Aquí la Policía Nacional y los Mossos empiezan a descubrir la dimensión de la operación. Su principal hipótesis es que están ante una facción de la Mocro Maffia, un grupo creado en los 80 por clanes familiares de origen marroquí.

En un principio estaba vinculada al tráfico de marihuana, pero han ido mucho más allá: se trata de una mafia vinculada con el asesinato de periodistas que la investigaban como el holandés Peter R. de Vries –el principal sospechoso fue detenido en Catalunya–, relacionada con el homicidio fallido de un fiscal o que ha amenazado a la heredera de la corona holandesa. Una mafia que en 2012 inició una guerra interna que dejó más de un centenar de muertos –uno de ellos en Barcelona–. Uno de los más macabros, la aparición de una cabeza en un concurrido bar de Amsterdam. En 2017 ascendió un nuevo líder que llevó a una tregua interna, Ridouan Taghi, detenido en Dubái en 2019. La sombra de la Mocro Maffia va más allá de Holanda, con conexiones con los principales narcos colombianos. También se ha detectado su presencia en la Costa del Sol, uno de los principales puntos de la droga en Europa.

Ridouan Taghi en una imatge d'arxiu

Ridouan Taghi en una imagen de archivo

Los sospechosos que se estaban estableciendo en Catalunya, sin embargo, no son considerados jefes de esta mafia. La investigación continúa para saber qué conexión exacta tenían con Taghi, puesto que de momento la policía no la tiene del todo clara. "No bajamos la guardia", afirma Patricio.

El día D fue el pasado 13 de octubre, un jueves. Se inició un operativo simultáneo con la policía de los Países Bajos. Entradas, registros y dos detenciones en la Haya, los dos principales sospechosos. Cuatro personas más han quedado como investigadas y una persona se entregó cuatro días después a la comisaría de Mataró. No se descartan nuevas detenciones.

El subinspector José Merino, jefe del área central de delitos económicos, y el inspector Esteban Patricio, jefe del grupo 32 de delincuencia económica y anticorrupción de la brigada provincial de la policía judicial, este miércoles en rueda de prensa

Los registros demostraron a los Mossos todo lo que ya habían ido viendo: lujo y más lujo. Encontraron turismos de alta gama, motos de agua, monedas de oro certificadas... y dos millones de euros en efectivo en un agujero. Además, también tenían varias armas de fuego real y munición para protegerlo todo. Ahora el grupo se considera desarticulado gracias a la rapidez de la policía, pero no se descartan nuevas detenciones y la investigación continúa para intentar encontrar los vínculos entre los detenidos, que ya están en una prisión en Holanda, y la Mocro Maffia. Todo apunta que funcionaban como una célula independiente, pero la policía tiene claro que querían hacer de Barcelona una base para blanquear billetes relacionados con la mafia holandesa.

Arma de fuego requisada durante la operación Tándem
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