Una rectificación de los Mossos cambia el rumbo de dos causas de víctimas de foam
Un chico que perdió el ojo aportará el informe que contradice la versión de Brimo y que benefició a una joven herida en las protestas postsentencia
BarcelonaSira, Roger, Olga y AK. Son los nombres de dos chicas y dos chicos que durante las protestas postsentencia resultaron heridos por el impacto de un elemento compatible con una bala de foam. Cinco años después, sólo Olga ha logrado ser reconocida e indemnizada como víctima de foam. Son cuatro casos que ocurrieron en dos noches distintas y el avance de una causa representa ahora el giro de guión de otra.
Han pasado dos años y la respuesta de los Mossos d'Esquadra en el caso de Sira ha dado un giro de 180 grados. "Los agentes que participaron en esta intervención no efectuaron ni un solo disparo", aseguraba Brimo en un informe de 2021. Esta intervención se remonta al 16 de octubre de 2019 en el paseo de Sant Joan de Barcelona, durante una manifestación ante de la consejería de Interior. Sira estaba cubriendo la protesta como fotoperiodista y asegura que recibió (y así lo avala el informe médico) el impacto de un proyectil de foam en la pierna. Esta respuesta de los Mossos, negando la mayor, sirvió en los juzgados de Barcelona para archivar la causa sin llamar a ningún testigo. Su defensa, pilotada por Irídia, lo llevó al Tribunal Constitucional y les dio la razón: la investigación debía reabrirse. Esto requirió un nuevo informe de los Mossos, esta vez de la División de Asuntos Internos (DAI), y la respuesta es una rectificación: "Se tuvo que hacer uso en varias ocasiones de proyectiles de foam", concluye la DAI en un documento de septiembre de 2023.
La rectificación de la policía llegó tras escuchar testigos y visualizar imágenes. De hecho, la DAI dice que el uso de foam estaba autorizado y "existía un riesgo concreto e inminente". Añade, sin embargo, que no se puede identificar al agente que disparó. Según fuentes de su defensa, la denuncia de Sira no fue encaminada a la herida provocada por el proyectil, sino por haber apuntado contra una fotoperiodista. Ahora, tras la rectificación de los Mossos, su causa sigue en fase de instrucción en un juzgado de Barcelona.
El nuevo informe de los Mossos también puede afectar a la causa de Roger, que esa noche él estaba a unos treinta metros de la Sira. "De repente, oímos varias detonaciones y noté un fuerte impacto en la cabeza que me causó un fuerte dolor y me dejó desorientado", narra en la reclamación que ha presentado en la Generalitat. Le trasladaron al hospital y al día siguiente le operaron de urgencia en el Sant Pau. "Me quedaron secuelas de carácter permanente, como cefaleas ocasionales, así como dos cicatrices", añade en el escrito.
Los médicos concluyeron que las heridas eran compatibles con una bala de foam o con una pelota de goma. De nuevo, fue necesario un informe de Brimo y su respuesta fue muy parecida a la de Sira: "Los agentes no efectuaron ni un solo disparo". De este modo, la Generalitat rechazó indemnizar a Roger. Sin embargo, los Mossos dejaron dicho en la respuesta que aquella hora también actuaron efectivos de la Policía Nacional y, como las heridas también podrían ser de un balón de goma (los Mossos no pueden utilizarlo, pero la policía española , sí) también han elevado una reclamación al ministerio del Interior. Con todo ello sobre la mesa, está el informe de los Mossos sobre el caso de Sira admitiendo que esa noche sí dispararon foam. Fuentes de la defensa de Roger apuntan a que, si el ministerio del Interior rechaza la indemnización, prevén jugar esta carta.
El precedente de Olga
Dos días después, en otra protesta postsentencia, Olga estaba en Jardinets de Gràcia y recibió el impacto de una bala de foam en la cabeza, que le provocó un traumatismo craneoencefálico y muchas secuelas. Por último, la Generalitat aceptó indemnizarla con 69.000 euros hace un mes. Sin embargo, su caso, según fuentes consultadas por el ARA, puede servir de cara a una nueva causa abierta.
Es AK, que en el 2019 tenía 18 años y que esa misma noche recibió en Urquinaona el impacto de una bala de foam que le dejó ciego de un ojo. Defendido por Irídia, también llevó su caso a los tribunales, que si bien concluyeron que su herida era compatible con un proyectil, archivaron la causa porque no podían encontrar a un autor. Por último, han decidido llevar su caso por la vía administrativa y la Generalitat lo está investigando. La primera respuesta de Brimo fue calcada en los casos anteriores: ese día en ese lugar no dispararon. La defensa de AK, sin embargo, aportará la respuesta de la policía en el caso de Olga en esta nueva investigación. Entonces, los Mossos respondieron que ese día, "ante el alud de desórdenes", no disponían "de los recursos de geolocalización que permitieran rastrear todos los movimientos". Ahora, pues, Irídia se pregunta cómo en el caso de Olga no lo sabían y en el de AK, sí.