Los robos en el aeropuerto de El Prat se multiplican por diez en una década
El de Barcelona acumula el 99,53% de los delitos cometidos en los aeropuertos catalanes
BarcelonaA menudo, las situaciones anecdóticas reflejan la realidad a la perfección. Este jueves los Mossos d'Esquadra detuvieron a tantos ladrones y carteristas en el aeropuerto de El Prat que la comisaría de El Prat de Llobregat se quedó pequeña. No daban abasto; todos los calabozos estaban llenos. La solución fue trasladar a detenidos a la comisaría de Cornellà, y ya están estudiando cuál será la tercera ciudad de emergencia en caso de que la cifra de arrestados siga subiendo. Y que crezcan los detenidos significa automáticamente que los delitos también aumentan. El pequeño caos de este jueves en la comisaría de El Prat, que no deja de ser una anécdota explicada por un agente, es el mejor ejemplo de la evolución delictiva en los aeropuertos catalanes: en una década los robos –el 99,53% cometidos en el aeropuerto de El Prat– se han multiplicado por diez.
El ARA ha tenido acceso a los datos delincuenciales de los últimos diez años en los aeropuertos de Barcelona, Girona y Reus, y hay varios que captan la atención: en seis meses de 2024 (de enero a junio) se han cometido más robos que en todo 2013, 2014 y 2015. Cada día hay 16 robos en los aeropuertos. Hace una década, en 2013, se registraron 567 delitos contra el patrimonio. Diez años después, en el 2023, se han contabilizado hasta otras diez veces: 6.097, la cifra más alta hasta el momento. Es evidente que la cantidad de pasajeros es una variable importante, ya que en 2023 pasaron por El Prat casi 50 millones de pasajeros y en 2013 pasaron 35 millones. Ahora bien, el récord de visitantes fue en el 2019 (casi 53 millones), y entonces en El Prat se registraron hasta 2.000 delitos menos que en el 2023. En el 2024 va camino de ser un año que, al menos, igualará el récord de 2023, ya que en seis meses se han registrado la mitad de robos que en todo el año pasado.
El aeropuerto de El Prat suma la gran mayoría de robos, ya que en Girona y Reus los datos son prácticamente residuales: Barcelona acumula el 99,53% de los robos del último año y medio. Hablamos, sobre todo, de hurtos. Si sumamos hurtos normales (más de 400 euros sustraídos) y leves (un valor más bajo de 400), representan el 65% de los delitos contra el patrimonio en los aeropuertos. Fuentes policiales apuntan a que los ladrones buscan, sobre todo, carteras, móviles, mochilas y maletas. Están atentos a las distracciones de los pasajeros, que no suelen tener la maleta cogida todo el rato, o dejan un momento la mochila en el suelo mientras esperan. Y, si es necesario, ellos mismos provocan las distracciones.
Multirreincidentes
Las mismas fuentes policiales afirman que la gran mayoría son ladrones multirreincidentes que, si bien pueden actuar en grupo, no son grandes grupos organizados. Son los mismos multirreincidentes que pueden robar una cartera en el metro o un bolso en la Rambla, pero van cambiando de ubicación, a veces forzados por las órdenes de alejamiento a medida que delinquen y son juzgados. De hecho, fuentes policiales aseguran que se están coordinando con la Fiscalía para conseguir órdenes de alejamiento para estos ladrones para que no puedan acercarse al aeropuerto. Los trabajadores de El Prat ya conocen unos pocos, y los Mossos también. El patrullaje, sobre todo, es de paisano: los agentes se camuflan entre la marea de pasajeros e intentan identificar a los ladrones. Lo hacen agentes de los Mossos, pero también de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, que comparten comisaría en la terminal T1. Y lo hacen por prevenir robos, pero también por solucionar casos.
Los reincidentes van a El Prat porque la oportunidad es grande. A menudo las mochilas van cargadas de aparatos electrónicos y dinero en efectivo o joyas. Y las víctimas son turistas, que son lo que más buscan los ladrones porque denuncian menos que los locales y si denuncian no suelen comparecer durante el procedimiento judicial. Ahora bien, el riesgo también es mayor. El aeropuerto tiene más de 3.000 cámaras que facilitan las investigaciones policiales: quizás no detendrán al ladrón ese mismo día, pero con toda probabilidad lo detendrán a su regreso. "Porque suelen volver", apuntan las mismas fuentes. Que vayan más al aeropuerto suele ser una reacción a un aumento de la presión judicial en el centro de Barcelona. Y vuelven de El Prat de la misma manera que llegan: normalmente en transporte público, pero de vuelta con una maleta. En muchas situaciones, los mossos de paisano echan del aeropuerto a los ladrones que ya tienen más que vistos antes de que actúen.
El segundo delito más registrado en los aeropuertos es un hurto en el interior de un vehículo. Hasta 600 en el último año y medio. Normalmente los ladrones buscan a los conductores que vienen a buscar oa dejar familiares y tienen momentos de distracción entre abrazos de reencuentro y despido. También los taxis sufren sus consecuencias. Los robos violentos, en cambio, son prácticamente residuales, ya que en el último año y medio sólo se han registrado 45. De enero de 2023 a junio de 2024 también ha habido 35 robos de vehículo. Según fuentes policiales, a menudo son los mismos ladrones quienes les sustraen para conseguir escapar.
Las consecuencias
Las consecuencias del aumento de los robos en los aeropuertos, sobre todo en El Prat, son muchas y diversas. Y afectan desde los pasajeros hasta los trabajadores. Ahora bien, también hay una ciudad que se declara víctima de todo ello, y es el Prat de Llobregat. Según los balances del ministerio del Interior, es la ciudad de Catalunya con más delitos por habitante. Cada año los delitos crecen y crecen (un 50% en el primer trimestre de 2024). El Prat sale siempre al frente de los rankings en negativo, y el Ayuntamiento siempre reacciona de la misma forma: pidiendo al ministerio del Interior que no incluya los datos delictivos del aeropuerto en la ciudad. "Quizás hay gente que no viene a vivir a la ciudad porque cree que es el Bronx", apunta una fuente municipal. Si se restaran los delitos del aeropuerto, El Prat casi tendría la mitad. Por el camino ha habido varias mociones, la última este abril, insistiendo en esa demanda.