Suspenden el juicio de un gerundense acusado de lanzar una piedra contra la Policía Nacional en las protestas postsentencia

Le piden 6 años y 6 meses de prisión, pero el chico asegura que no participó en la manifestación

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Una treintena de personas se han concentrado ante el Palacio de Justicia  de Girona para pedir la absolución de en Pau, un joven

GironaEl 6 de julio, a las 10 de la mañana. Es la nueva fecha del juicio de Pau, un chico de Llagostera (Gironès), que se enfrenta a 6 años y 6 meses de prisión por, supuestamente, haber lanzado una piedra "de grandes proporciones" contra la Policía Nacional el 19 de octubre de 2019 de madrugada, en el marco de una de las manifestaciones postsentencia que se hicieron en la ciudad y que acabó con disturbios. El joven –que se pasó un mes en prisión preventiva– niega la acusación y asegura que no participó en la protesta. La Audiencia de Girona citó como testigos a los policías nacionales “hace meses” pero hasta el 25 de noviembre el cuerpo no informó que declararían por videoconferencia. Tanto la defensa como la fiscalía han manifestado su desacuerdo y han pedido que, como mínimo, los cuatro agentes que lo detuvieron atestigüen de manera presencial. Los magistrados han decidido suspender el juicio para “priorizar” que las declaraciones de los agentes estén en la sala de vistas. 

La fiscalía le pide 6 años y 6 meses de prisión y una multa de 720 euros por los delitos de atentado contra la autoridad, desórdenes públicos y lesiones. En su escrito de acusación, el ministerio público sostiene que el joven formaba parte de un grupo de unos 25 manifestantes que, "de manera coordinada" con otros "grupos violentos", lanzaban "piedras y objetos contundentes" contra los policías, con el objetivo "de emboscarlos y rodearlos". Y afirma que el acusado lanzó la piedra "a una distancia muy corta" de los agentes e hirió a un policía en la mano y la muñeca, y que en el momento de su detención, se resistió "dando puñetazos y puntapiés".

Por el contrario, el chico asegura que, la noche del 19 de octubre, salió solo a pasear por la Devesa, vio que había una protesta y disturbios por la zona de la Copa, y decidió dar la vuelta para evitarlos. Al irse –y según la versión del joven–, primero lo pararon los Mossos d'Esquadra y, después de darle “golpes” y registrarlo, lo soltaron. 

A 100 metros, el acusado sostiene que pasó “con las manos levantadas” por el lado de un cordón de la Policía Nacional –que aquellos días actuaba de manera coordinada con el cuerpo catalán– y uno de los agentes le dijo que “le gustaba echar piedras”. “Me sacó la porra, me empezó a dar golpes, corrí diciendo que no había hecho nada y, cuando oí "Detenedlo", me puse de rodillas en el suelo. Se me echaron encima, me dieron golpes y me pusieron las manillas”, ha relatado. 

Lo llevaron a comisaría hasta que, después de pasar a disposición judicial, el tribunal decretó prisión preventiva porque consideró que había riesgo de fuga y de reiteración delictiva. Estuvo encarcelado 26 días en Puig de les Basses. 

Petición "desproporcionada"

Una treintena de personas se han concentrado a las puertas del Palau de Justícia de Girona esta mañana para apoyar al joven. En un manifiesto, han denunciado que la petición de prisión es “desproporcionada” y que “responde a la estrategia del miedo que intentan difundir los aparatos del Estado”. “Mientras el gobierno más progresista de la historia de España se llena la boca de diálogo y de mesas de negociaciones, continúa usando la fiscalía en su estrategia represiva”, han criticado. 

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