Un tercio de los jóvenes tienen ansiedad por el uso del móvil

Un estudio analiza el impacto de los ‘smartphones’ entre los 18 y los 22 años

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Una chica mira el teléfono dentro de la cama mientras espera dormirse

Barcelona¿Cómo afecta el uso del móvil a nuestra vida, sobre todo si has podido acceder a un smartphone casi desde que naciste? Los jóvenes que ahora tienen entre 18 y 22 años son de los primeros que siempre han vivido cerca de un teléfono con conexión a internet, redes sociales y apps de mensajería instantánea. Un estudio ha entrevistado a 1.200 jóvenes de esta edad que viven en España para analizar cómo usan el móvil en su rutina y si esto impacta en su estado de ánimo. La investigación quiere seguir a los mismos chicos y chicas durante cuatro años con una encuesta anual. Los resultados del primer año indican que más de un tercio (el 35%) tienen una sensación de ansiedad o malestar por culpa del aparato, que está demasiado presente en su vida porque no saben controlar su uso.

La investigación, hecho por el Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra y financiada por la Fundació La Caixa, detecta seis perfiles de jóvenes en función de cómo usan el móvil. Predominan los moderados (el 42%), que lo utilizan “para todo pero para nada especial” y sin ninguna práctica “excepcional”, explica una de las autoras del estudio, Charo Sádaba. Los siguientes son los hiperconectados (el 19%), que usan el móvil “por encima de la media” y de manera “excesiva”. De los cuatro perfiles restantes, cada uno representa cerca del 10% de los jóvenes: los escapistas lo utilizan principalmente para “buscar afecto, entretenimiento y evasión”, los impetuosos para ver pornografía y hacer apuestas, los socializadores para hablar con amigos y los organizados como agenda.

Los hiperconectados son los que pierden más fácilmente el control del móvil, pero no son los únicos que forman parte del tercio de jóvenes que tienen ansiedad por la manera en la que lo usan: excepto los moderados y los organizados, el resto de perfiles también pueden sufrirla. Sádaba apunta que la ansiedad, el estrés y la depresión se concentran en los hiperconectados, los escapistas y los impetuosos. En cambio, la felicidad está más presente en los organizados, los moderados y los socializadores. Pero Sádaba matiza que todavía es pronto para precisar la relación del móvil con el estado de ánimo: “No sabemos qué es primero. Si la persona ya sufre ansiedad previa o si esto lo trae un uso desmesurado de la tecnología”. Como la investigación es longitudinal, de cuatro años, se pretende aclararlo al final.

La repercusión por la pandemia

Otra de las preguntas que puede responder esta investigación de cuatro años es cómo la pandemia repercute en la manera en la que usan el móvil los jóvenes. De hecho, el proceso para entrevistar a los 1.200 chicos y chicas que participan en el estudio empezó en febrero del año pasado, pero el covid obligó a pararlo al cabo de un mes, cuando se ordenó el confinamiento en casa. La encuesta se retomó a finales de mayo con la desescalada, para evitar que hubiera el “sesgo” de las semanas sin poder salir a la calle. Sádaba también anticipa que otra de las incógnitas que puede definir la investigación es cómo cambia el uso del móvil cuando tienes trabajo, porque a la edad actual -entre 18 y 22 años- la mayoría estudian, pero dentro de cuatro años estarán más presentes en el mercado laboral.

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