Tierra -no sueños-

Un Terrer de espíritu biodinámico

Nin-Ortiz exponiendo las virtudes de la biodinámica.
18/11/2025
2 min

"No olvidemos que, pese a que nos pese, nosotros también somos animales y necesitamos una naturaleza en buen estado para vivir". Lo escribe el fotógrafo Màrius Domingo, autor del cartel del Festival Terrer de esta edición, que ya enfila la recta final. Sus imágenes muestran algunas de las aves que habitan el Priorat. No es casualidad que una de las catas que se ha organizado en el marco del Terrer, ahora que el vino se ha insertado de forma definitiva, hable de conservar el paisaje y favorecer la biodiversidad. La enóloga Ester Nin (Celler Nin Ortiz, Porrera) pone una condición al director del festival, Blai Rosés, para aceptar la propuesta que le hace, que tenga lugar en la Cartuja de Escaladei. "Venimos a explicaros la biodinámica en nuestra casa", dicen humildes, ella y Carles Ortiz. "Y también que adivinen lo que le hemos servido", añaden. Debajo de cada copa, una tarjeta rasca-rasca. Vinos icónicos de viticultura biodinámica, de diferentes regiones del mundo, que se irán sirviendo y probando mientras despliegan su relato. "Nuestras plantas tienen un sistema radicular vivo, amplio y profundo", espetan de entrada.

La imagen de la hoja que entregan a los asistentes muestra precisamente eso, un trabajo de raíz que después se transfiere al vino. "En la copa es difícil percibir la viticultura biodinámica, pero sí se dice que son vinos más expresivos, con fruta y parte floral", aclaran. También existe armonía, como en las cristalizaciones sensibles que les permiten radiografiar el espíritu del vino. "La finca debe alegrarnos el alma, debe crear un organismo vivo donde prolifere la vida autóctona. Nunca debe ser un monocultivo", recuerda Carles Ortiz. Por eso ellos conviven con almendros, avellanos, vegetación endógena y márgenes de piedra seca que atestiguan infinidad de años de actividad agrícola. "La luna ascendente o descendente es lo que nos da vitalidad". "El abono animal es la forma más honesta de mantener los suelos sin maquinaria pesada; la idea es siempre revitalizar el suelo". Hablan de Steiner, de los preparados, que "el buen compuesto permite resistir mejor las enfermedades; nosotros vamos a buscar al Pirineo el estiércol de vaca". De restaurar laderas y autoestima, de Flor de la Coma, el nuevo vino que bebe del ADN de la viña vieja.

Son la primera bodega en España que ha logrado la acreditación de Biodyvin, el único sello que certifica no sólo las prácticas biodinámicas, también la cata organoléptica del vino. "Cada propuesta es una celebración de la tierra y su capacidad para inspirarnos", dice el director del Terrer. Queda claro el acierto de programarlos y ver cómo les admiran, desde la discreción del refectorio, elaboradoras de la talla de Daphne Glorian, Sandra Doix y Núria Pérez Ovejero.

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