El análisis de Antoni Bassas: Tú en Prats de Molló y yo en China
Puigdemont se reivindicó como el líder de una formación que aspira a llegar a todos desde el centro, contra los extremos, y esto vale tanto para Aliança Catalana como para Podemos, formaciones que calificó sin llamarlas de “arquitectos del caos”
La semana comienza con la actualidad llena de presidentes:
Trump y Von der Leyen han cerrado el acuerdo por los aranceles entre Estados Unidos y Europa. Ya hemos lamido porque nuestro vino, nuestro aceite y todo lo que exportamos pagará ahora un 15%, lo que es un mal menor, pero es un mal.
El presidente Sánchez también aparecerá hoy para hacer balance antes de las vacaciones: sacará pecho por las leyes que logra aprobar, sin embargo, pero el subtexto de lo que estará pensando es otro: ahora vienen las vacaciones y habrá llegado vivo en septiembre, lo que, para él, es un bien… menor. ¿Está en disposición de aprobar presupuestos para el próximo año? Ahora mismo, no lo parece.
Y otro presidente, Carles Puigdemont, es también noticia. Ayer reunió a unas 1.500 pesonas en Prats de Molló para celebrar los cinco años de la fundación de Junts per Catalunya.
Puigdemont intentó ofrecer un baño de autoestima a su gente, con citas a Xavier Trias ("a aquellos que nos enterraban, ¡que os bombin!") y explicó así la utilidad de su partido:
"Y diremos siempre la nuestra, y por eso incomodamos. Incomodamos a los que se sitúan en los extremos. Que están muy cómodos en los extremos, se vive muy bien un extremo contra el otro, y no quieren salir. Incomodamos a quienes practican el populismo oa quienes salen negociados de casa. diciendo: '¡No, es que esto no nos aceptarán!' Hombre, que lo digan ellos!
Aparte de esta claca en Esquerra (calificada por los de Junqueras de "supremacismo enfermizo"), fue interesante el hecho de que Puigdemont se reivindicó como el líder de una formación que aspira a llegar a todo el mundo desde el centro, contra los extremos, y esto vale tanto para Aliança Catalana como para Podemos, formaciones que calificó sin " Juntos, "manobres de la esperanza". Había un deje convergente en la posición que presentó como centro, posibilista y, simultáneamente, tan exigente con Madrid que el PSOE no puede dar por sentado sus votos.
El presidente en el exilio no puede bajar de Prats de Molló, porque todavía no está amnistidad, mientras el presidente Salvador Illa es en China donde ayer se reunió con representantes de la empresa Huawei y esta mañana con representantes de la Cámara de Comercio china, con la que ha hablado de conseguir una relación comercial más intensa. También existe un deje pujolista en esta salida para ir a captar inversiones, aunque a Pujol a menudo se le abrían las puertas de las más altas instancias políticas de los países que visitaba.
Por cierto, noticia: Isla ha subido el tono con Sijena. Ha dicho al presidente de Aragón que "debería agradecer al MNAC ya las personas de Catalunya que salvaron estas obras hace muchos años porque, si no, hoy no estarían". Y es que técnicos de Aragón entran hoy en el MNAC para analizar el arte de Sijena.
Buenos días.