El análisis de Antoni Bassas: '¿Pueden ERC y Junts no ponerse de acuerdo?'

¿Que no se entendería que no llegaran a un acuerdo? Pero si es la especialidad de la casa. Esta es la gran decepción popular: que las sucesivas mayorías independentistas no sirven para gobernar con una cierta armonía

23/03/2021
3 min

Hoy todos los medios citan al ARA por esta noticia que se colgó en el Ara.cat ayer al atardecer: el pacto entre Esquerra y la CUP incluye que Pere Aragonès se someterá a una cuestión de confianza a medio mandato, en 2023, y a cambio la CUP lo investirá, cosa que podría pasar este viernes o este domingo, en segunda votación.

El propio candidato a la presidencia de la Generalitat lo ha explicado en un artículo que hoy publicamos. Dice Aragonès: “Quiero agradecer a la CUP los esfuerzos para llegar a un preacuerdo de investidura de cara al pleno del viernes y el compromiso de implicarse en la gobernabilidad del país. La confianza y la estabilidad, hoy, pasan por gobernar bien y por no tener miedo de rendir cuentas. Por este motivo hemos convenido con la CUP que es bueno y sano que cuando sea president de la Generalitat me someta a una cuestión de confianza a mitad de legislatura para evaluarnos, para renovar el acuerdo y para reforzar la estabilidad del Govern. Adoptar el compromiso de someterme a una cuestión de confianza asegura la investidura y la aprobación de los presupuestos (dotando al nuevo Govern de una estabilidad totalmente necesaria)”.

A medio mandato de Aragonès, pues, cuestión de confianza. Y ahora estamos esperando el acuerdo de Junts per Catalunya. Hoy Junts hablará por boca de su líder efectivo, Jordi Sànchez, en el curso de una conferencia. La situación de Junts es singular: Junts es un partido construido alrededor de la capacidad de arrastre popular del president en el exilio, Carles Puigdemont. Pero Puigdemont está entre su peso simbólico y real en la política catalana, su realidad como eurodiputado y la defensa de su posición de libertad, amenazada por la pérdida de la inmunidad parlamentaria y las acometidas de la justicia española, hasta ahora bastante torpes. En estas condiciones de precariedad de la posición de Puigdemont, emerge Jordi Sànchez, que, a pesar de estar en la prisión, marca el paso estratégico de Junts. Hoy sabremos qué piensa de la situación, porque este anochecer tiene que pronunciar una conferencia sobre la posición de Junts ante este pacto de Esquerra y la CUP. Es de suponer que dirá que no se siente presionado por el pacto Esquerra-CUP. Por si acaso, hoy la CUP, representada por Carles Riera y Dolors Sabater, se reúne con Carles Puigdemont en Waterloo.

Ya hemos publicado que Junts quiere que el órgano que coordine el Procés sea el Consell de la República. A pesar del nombre, Esquerra lo ve como un brazo de Puigdemont. Hasta que esto no esté terminado, no habrá acuerdo. Y ninguno de los dos quiere ceder. Ayer Junts se cogía a una metáfora que había hecho Joan Tardà: que el próximo Govern no sea un Vietnam. En el lado de Esquerra dicen: “No se entendería que Junts no llegara a un acuerdo".

Lamento discrepar. ¿Que no se entendería que no llegaran a un acuerdo? Pero si es la especialidad de la casa. Desde que empezó el Procés, Junts, Esquerra y la CUP han demostrado una gran capacidad para no llegar a acuerdos. Si esta es la gran decepción popular: que las sucesivas mayorías independentistas en escaños, y ahora incluso en votos, no sirven para gobernar con una cierta armonía.

Entiendo que hacer un gobierno tiene algo de matrimonio, que no se puede ir si no estás seguro de que querrás hacerlo durar. Y que, por lo tanto, negocien, y simulen que no se pondrán de acuerdo.

Pero hay un factor que pesa más que nunca. No es tiempo de endogamias políticas. Miren cómo está la sociedad catalana: apenas empezada a vacunar y trinchada económicamente. Lean este tuit de la parroquia de Santa Anna de Barcelona:

Nuestro reconocimiento por los que trabajan en primera línea, un recuerdo por los que sufren, por los presos políticos, por los exiliados, y que tengamos un buen día.

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