CARTAS Y MENSAJES

Cartas a la Directora

02/06/2024

ARA
03/06/2024
3 min

No hay nada que no pueda empeorar, especialmente en lo que se refiere a nuestra lengua. Estrenaron la película El reino del planeta de los simios con la buena noticia de que le habían doblado al catalán. Enseguida esa buena noticia quedó rebajada: en Barcelona sólo la ofrecían en un cine. Pero, quince días después, todavía ha empeorado: ya no la hacen en ningún cine, en Cap i Casal. Y el más cabreador, a mi juicio: ningún terremoto, nadie levanta la voz, los estremecimientos que se oyen por cualquier otro tema (superillas de Colau, verbigracia) no merecen ninguna queja de nuestros prohombres, nadie ha sacado a pasear al santcristo gordo. Calma total. ¿Acaso ya le dan por inútil ese combate? ¿No tienen esa prioridad? ¿La política ya no incluye la lengua como reivindicación?

JOAN SANTÓ COTS

SANT CUGAT DEL VALLÈS

El deporte femenino

El pasado 25 de mayo, el primer equipo femenino del Fútbol Club Barcelona ganó la UEFA Champions League. Fue un mérito aplaudido por la mayoría y que vuelve a poner el foco mediático en el deporte femenino. Es cierto que cada vez vemos más representación, así como que las deportistas poco a poco van consiguiendo la posición que se merecen, con el objetivo (todavía lejano) de acercarse al deporte masculino. Sin embargo, no me gustaría dejar de mencionar las diferencias que siguen sufriendo las deportistas. No podemos obviar la diferencia de salarios, oportunidades y reconocimiento (por citar algunos ejemplos, pero encontramos muchos más) que sufren las mujeres del mundo del deporte, y otros ámbitos, hacia los hombres. Recordemos la SuperCopa Femenina del año 2023 en la que las jugadoras tuvieron que ponerse ellas mismas las medallas de ganadoras, “protocolo” que sería inimaginable en el fútbol masculino y que nunca ha sucedido en esta misma copa. Mi reflexión es que, aunque, por suerte, ahora el deporte femenino empieza a ser escuchado y ocupa una parte de los medios de comunicación, no está “todo solucionado” y las diferencias todavía existen. Por eso debemos seguir luchando y apoyando a las deportistas como sociedad para erradicar todas las diferencias.

LAIA DOMÍNGUEZ

ROSELLÓN

Discapacidades invisibles

Me llamo Sonia Cervià y tengo una discapacidad que, a pesar de ser poco visible, me dificulta subir escaleras y estar mucho rato derecho. El pasado fin de semana visité la Tate Modern Gallery de Londres y sentí una emoción muy profunda cuando vi en el ascensor un cartel que decía que dieran prioridad a las personas con discapacidad e indicaba también que no todas las discapacidades son visibles.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento por este reconocimiento, ya que gracias a él he encontrado el coraje para pedir lo que necesito al volver a mi país. Siempre me ha dado mucha vergüenza pedir ayuda, pero ahora entiendo que es un derecho que muchas personas y entidades ofrecen para conceder mayor comodidad a las personas que tenemos más dificultades. Aceptar las ayudas, sin juicios, es también una gran parte de aceptar la propia enfermedad.

Les he felicitado y agradecido este apoyo a través de este escrito por mail y ahora también quiero compartirlo en este medio por si alguien más le puede leer y le puede resonar tanto como a mí.

SONIA CERVIÁN

BAÑOLAS

Votar en Europa

El próximo domingo 9 de junio los ciudadanos estamos convocados a votar para elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo. Es cierto que las europeas son siempre unas elecciones con baja participación. Impera la sensación de que lo que ocurre en Bruselas queda lejos. Pero no nos confiemos. Nos jugamos mucho más de lo que pensamos.

MARIA LÓPEZ

BARCELONA

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