El arroz con verduras de Aurora: "Yo de pequeña he pasado hambre, sí, y eso nunca se te quita de la cabeza"

Tercer capítulo de la serie Cocina sabia de Empar Moliner dedicada a reivindicar el legado gastronómico de nuestras abuelas

09/09/2025
6 min

Soy Aurora Mas Galvany, viuda de Massicas, y hoy me veo en corazón de haceros un arroz de verduras. Que en verano es lo que mejor va. No empalaga. En verano, todo el mundo le encuentra tan y tan fresquito. Es un plato que va bien, porque a veces te queda un poco de verdura en la nevera. Que unas acelgas, que una alcachofa... Y haces una limpiada de nevera y te queda un arroz... ¡Si lo haces con amor como lo he hecho yo!

Ahora me pongo el delantal, que está pintado por mi hijo (que es ilustrador), porque ahora, como cocino, soy "Aurora con delantal".

En verano no conviene estar harto. Hablamos mientras cocino, sí, que me gusta. Todo esto es trabajo, pero cuando se hace a gusto... La gente jubilada van a tomar café, van a charlar, y yo pienso: "Pero si no lo he hecho nunca, eso..." Tengo nueve hijos, he llevado durante bastantes años un restaurante... ¿Cómo queréis que ahora yo vaya a tomar café? ¡No sé de ir a tomar café! Cocinar sí. Me levanto y pienso: ¿qué haré hoy? ¡Porque cada día tengo cinco o seis en la mesa! Los domingos pongo en el WhatsApp: "¿Quién viene a comer?" Primero pienso que son ocho, nueve... ¡Y acabamos siendo dieciocho!

Aurora preparando el arroz

Veo que miráis las uñas. Sí, es que viene una chica cada semana a hacérmelas y lo pago a gusto, porque a mí me gusta ir arreglada. Madre mía, ¡oh! ¡A mi edad! Lo que estoy haciendo me pone tan contenta... Porque como que lo que me duele no se ve... ¡Tengo ganas de hacer cosas y las piernas no me arrian! Pero mírame. Aún estoy aquí de pie y les digo a los hijos: "Cuando me muera debe decir que me he sentido amada, querida". Si todo me lo encuentran bien.

¿De dónde me viene esta pasión por cocinar? Pues cuando tenía diez años mi padre y mi madre, que eran barbero y peluquera, encerraron la barbería y la peluquería y empezaron a comer en una casa de payés. Y cada día iba más gente, porque en Cabrils no había un restaurante. Se ha ido manteniendo en familia, porque en un restaurante se nota mucho cuando existe un director de orquesta.

Una posguerra 'amarganta'

Yo de pequeña he pasado hambre, sí, y eso nunca se te quita de la cabeza. Yo me daba cuenta de que mis padres, a mí, siempre la primera, porque era pequeña. Todo era para mí... Recuerdo comer lentejas, papillas... Y una naranja partida en cuatro pedazos para hacerla durar, para darle importancia. Y así fuimos tirando. Yo viví una posguerra amarga, triste, desesperadamente triste, porque en aquella época la gente tenía ganas de trabajar, de ganar dinero, por vivir, vivir... Recuerdo que nunca hubo alegría. Hice la comunión con ocho años y hicimos pollo de payés. Ahora los pollos tienen tanta agua que no valen nada, pero entonces el pollo de payés era un comida, no lo sabe nadie que no lo haya pasado. Para mí la posguerra fue muy triste porque había que luchar por todo.

Aurora preparando la receta
Algunos de los ingredientes para preparar el plato

Hace veinticinco años que el jefe de la casa, mi amor, murió. He hecho de tractor y todo para que todo salga adelante, que no se pelee nadie, que se quieran... Y que me encuentran la comida tan buena, que yo misma quedo parada, porque lo que hago lo hago sólo con el corazón tan abierto como puedo. Yo viví tan bien con mi marido... A los trece años ya iba con él. ¡Escondido! Porque labios... ¡Uy! Mi madre no me dejaba. Y no salió adelante, porque me casé. Pero murió. Vivimos una época, cuando terminó la guerra, que todo el mundo tenía tantas ganas de luchar y de salir adelante... Y hicimos negocios, algunos que fueron mal. El día que cumplió 65 años me llamó y me dijo: "Ven. ¿Sabes qué? Ahora en septiembre no deberemos nada. Lo tenemos todo pagado". Y dos meses después no se encontró bien, no se encontró bien, y un linfoma. Vivió un año. Cuando me dijeron que tenía vida para tres meses, yo... Y murió contento y me dijo que esperaría. Y sé que me espera.

Aurora con el arroz listo

Va, no nos ponemos tristes. Ahora os contaré una buena. Resulta que tengo un limpio, muy gracioso, que empezó a llamarme "prenda". Y "toma" hacia aquí y "toma" hacia allá. Y hicimos una fiesta del hijo de una hija y fue el tatuador. ¡Y todos se tatuaron "Pensa"!

Ahora me quito el delantal, porque soy "Aurora sin el delantal". La suerte que he tenido en mi vida es tener un restaurante y poder hablar con la gente. Hablar con la gente. Esto, a mí, me ha dado toda la alegría.

Receta del arroz de verduras, explicada por Aurora.

Ingredientes

Los ingredientes son estos, pero debe poner lo que tenga, lo que le salga de fregar la nevera:

  • Alls
  • Cebolla
  • Pimiento rojo
  • Pimiento verde
  • Puerro
  • Calabacín
  • Judía tierna
  • Berenjena
  • Zanahoria
  • Espinacas
  • Champiñones
  • Caldo de verduras (con las cabezas de las verduras)

Al final:

  • Coliflor
  • Espárragos
  • Perejil
  • Tomate triturado
  • Azafrán
  • Arroz
  • Pimienta blanca y roja
  • Aceite, sal y azúcar

Preparación

Empiezo pelando una cebolla. De Figueres. Que es un tesoro, esta cebolla, da tan buen gusto...

Echo el aceite en la cazuela. Y cuando ya lo tengo calentito, echo la cebolla. Mientras cortaré el pimiento verde y el rojo. No sigo ningún orden. Voy haciendo. Echo ajo, pero el ajo es muy delicado, se tuesta enseguida, y si esto ocurre queda amargo. Tampoco le pongo mucho, que no debemos comer allí todo el día. Se trata de hacer un arroz suave y que no repita.

Pelo un calabacín, pero no hace falta quitarle toda la piel. Se lo echo. Se deshará bastante, pero ya lo iremos encontrando, porque el gusto ya queda. Corto el puerro y se lo añado.

Ahora, la judía tierna. La zanahoria y un poco de espinacas. Y ya voy calentando el caldo, hecho con las cabezas de verdura y recortes. La coliflor se la echaré a última hora para que quede bien florido, como si fueran flores que salieran del arroz. Ahora pongo perejil, también es muy bueno y lo tengo del huerto. Todo el mundo me dice que la verdura que hago la dejo muy buena, porque la dejo hervir muy poco. La gente hierve la verdura el tiempo que quiere y no sale buena. No miro el tiempo. Pero sólo predico esto: no la deje cocer demasiado. Ahora el tomate, que es del huerto, y lo freí ayer para ir avanzando. Qué gozo. Esto también podría ser una chanfaina.

Echo la sal, pero lo hago a ojo, ¿eh? La gente la pesa. Yo no. Ahora pimienta blanca. Luego un poco de pimentón. También podría poner azafrán.

Y ahora echaré el arroz. A puñados. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y uno por repetir. Arroz del Delta. Que digan lo que quieran. El bueno es caro. Pero se nota mucho que es bueno. Lo doro un poco. Ahora echo el caldo. ¿Qué cuánta agua echo? La que me parece.

Y ahora los espárragos y la coliflor, que quede linda. No miro los minutos. La prueba. Y si me parece bien, lo apago. Miro cómo está de sal. Siempre peco de dulce, porque si te queda salado es más comprometido.

Ahora tenemos que esperar a que se cueza, no podemos hacer mucho más. Echaré un poco de azúcar, que los tomates son ácidos. Lo apago y le pongo un paño un poco húmedo porque... ¡Ay! Ahora rico, ¡porque no sé por qué se le pone el trapo! Venga, a hacer puñetas.

Como tengo la cocina que los fogones no son muy grandes y la sartén sí lo es, he inventado algo... Un difusor, que se llama. Es con ello poner las pizzas, que así me reparte el fuego.

El plato de arroz con verduras
Aurora preparando la receta
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