El bar donde detuvieron a Puig Antich, el Funicular, se salva de convertirse en un horno de pan de una cadena

BarcelonaCorría 1973 y Salvador Puig Antich entró en el bar Funicular, regentado por Agustina Cardete, con un amigo. Tomó un Bitter Kas. El amigo pidió un refresco de naranja. Poco pensaba que estaba a punto de ser arrestado por un operativo que había organizado la policía. El trágico final de la historia ya lo conocemos: el joven anarquista y militante del Movimiento Ibérico de Liberación fue detenido y condenado a pena de muerte ejecutada con el método del garrote vil. Puig Antich se considera a la última víctima oficial del franquismo. Pues bien, éste es un episodio de los muchos que han pasado en este bar de la calle Consell de Cent. Un establecimiento popular con una hermosa fachada de color rojo.

Este mes de junio, sin embargo, el bar Funicular bajó la persiana por jubilación. El local ya tenía un pretendiente cuando llegó la noticia a los propietarios del Grupo Confiteria, especializados en rescatar a locales como el Café del Centro, donde también iba Puig Antich, cómo explicamos en este artículo, la Fuente del Gato o, más recientemente, el Mundial Bar. Quien mostró interés fue un horno de pan de estos que ahora tienen muchos locales en todas partes y que ofrecen bollería muy económica y de baja calidad. Cuando Enric Rebordosa y Lito Baldovinos lo supieron, aunque no tenían previsto asumir nuevos proyectos, sintieron que iban a mover ficha. Así pues, en unos meses, ya de cara al 2026, tienen previsto reabrir el bar Funicular. Lo harán al igual que con el resto de locales, con una línea continuista pero pasada por la criba de lo que saben que funciona.

No es la primera vez que les llegan propuestas así. Se da el caso de que, como la fama de recuperar locales les precede, también fueron a buscarlos con el Mundial Bar, que salió a subasta pública. Les avisaron, se presentaron y la ganaron.