El radar suculento

El Contracorrent se viste de bistró y ofrece un menú de mediodía para quitarse el sombrero

Con la experiencia del local del Fort Pienc, abren un nuevo espacio en Gràcia con una oferta diferente pero con el mismo espíritu

Anna Pla y Nicola Drago, copropietarios del Contracorriente Bistró.
13/11/2024
3 min

Hacía tiempo que había expectación. Primero, porque muchos de nosotros hemos ido con asiduidad al Contracorrent Bar, del Fort Pienc, y sabíamos del nivel de cocina (y de vinos) que se daba. En segundo lugar, porque ocupaba el local de la añorada L'Anxoveta, un restaurante informal que era muy apreciado por los vecinos. Para quien no lo conozca, nos encontramos en la calle Sant Domènec, 14, entre la plaza de la Vila de Gràcia y Gran de Gràcia, donde hace apenas dos semanas ha levantado la persiana Contracorrent Bistró.

Si mis vaticinios no se equivocan, el boca a boca lo llenará en un santiamén. La oferta varía respecto al otro restaurante. Este Contracorrent se sitúa en la categoría bistró y le sienta como anillo al dedo, ya que la cocina es algo más elaborada, pero sigue siendo un lugar popular. La idea de este nuevo espacio es servir menú de mediodía, en formato degustación, que cuesta sólo 32,50 euros. Insisto en el sólo, porque creo que el precio es muy ajustado por lo que se ofrece. Lo desgranamos más adelante. Lo sirven de martes a sábado. Una vez consolidada la propuesta, se animarán a hacer cenas a carta.

Taco de hoja capuchina, atún escabechado, pistachos y guindilla.
Mollete de fricandó de carrillera ibérica, 'mole' y portobello.

Pero vayamos paso a paso. Este desdoblamiento de almas se lo debemos, en primer lugar, a las ganas de crecer y, en segundo lugar, a un estado que todo el mundo persigue pero prácticamente nadie ha visto: la conciliación. El Contracorrent Bar sigue funcionando con el mismo empuje y filosofía, por lo que se seguirá con las buenas tapas y los vinos naturales. Al proyecto de Nicola Drago y Anna Pla se han sumado otras dos personas: Arlin Posada y Rafa Sobrino. Ambos son los que regentan el local original. Y Nicola Drago y Anna Pla han comenzado el nuevo proyecto de bistró en Gràcia, con cambios de horarios y ganas de poder ofrecer este concepto que todavía hace lucir mejor esta cocina catalana-italiana a la que nos tiene tan bien acostumbrados Nicola. Ahora sí, repasamos el menú.

Mediodías de carpanta

El menú irá mudando paulatinamente con las estaciones, pero la semana pasada lo que había era el siguiente: Pan de masa madre con aceite de la cooperativa de Santa Bárbara (en el Montsià, de donde es Anna) y con vinagre de cabernet; ostra gin fizz, piparra ahumada y hinojo marino encurtido; taco de hoja capuchina, atún escabechado, pistachos y guindilla. Este plato os puede sonar porque es el único que han repetido del restaurante original. Tiene tanto éxito que no podían no hacerlo. Sigamos. Espuma de taleggio, radicchio, garum de anchoa y sésamo; mollete de fricandó de carrillera ibérica, mole y portobello; sopa de bacalao ahumado, whisky, huevo de pollita y níscalos. Y por último, dos postres: mandarina y boniato en texturas, y cepas, espuma de leche condensada y helado de avellana. Todo esto y el agua entra con el precio del menú. Si sois glotones, además, había dos platos extras con suplemento. En mi caso, me fascinaron los fideos cremosos (hechos de una pasta típica de Liguria que se llama bicolio) con camagrocs y carpaccio de gamba roja. Este plato tenía un extra de seis euros. En el menú, así como aparecen los bicolio, también se encuentran ingredientes que prácticamente sólo trata Nicola, como las puntarelle, una verdura típica del Lacio de la que trajo él las semillas de Italia para que se lo cultivaran en Catalunya, donde lo llamamos achicoria espárrago.

Fideos cremosos (bicolí de la Liguria), rebozuelos y carpaccio de gamba roja.
'Punterelle' que cultivan en Tarragona gracias a las semillas que Nicola Drago trajo.

El Contracorrent Bistró es un lugar que permite tanto una buena comida, pero con cierta diligencia, como un festival. La prisa que tengáis es cosa vuestra, el formato permite ambas cosas. En cuanto a los vinos, lo mejor que se puede hacer es ponerse en manos de Anna y dejarse guiar. Ella sabrá mejor que vosotros lo que os conviene, háganme caso. Hace falta hacer hincapié también en el amor que han puesto en el proyecto. Los vasos y los reposacubiertos están hechos de botellas recicladas, las servilletas son de tela y están bordadas, las mesas las ha hecho un carpintero a medida y el interior, que han reformado ellos, es cálido y te abraza. Yo de vosotros me espabilaría en reservar mesa.

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