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Laia Viñas: "El vino se escapa del ambiente de fiesta juvenil"

Escritora y periodista

Laia Viñas
3 min

Tu último libro, Aquí abajo, en el que hablas de la Ruta del Bakalao, transcurre en la costa Mediterránea, pero en ningún momento aparece el elemento del vino. ¿Por qué piensas que no encaja en ese ambiente?

— Pues es curioso, porque sin darme cuenta retraté una realidad que los productores de vino de la Terra Alta me han comentado que hoy en día todavía existe: es complicado conectar el vino con los jóvenes. elevadas. Justamente el vino escapa de este ambiente de fiesta juvenil.

¿Con qué personajes y entornos te imaginas una escena en la que aparezca el vino?

— Pienso que he hecho un cambio de perspectiva en los últimos años y ahora siento que podría aparecer en casi cualquier escena popular. Me imagino el vino en cualquier situación social entre jóvenes, y sobre todo frente a una mesa. Es algo que antes no tenía entendimiento, siempre pensaba en el vino como un elemento elitista, de calma y por momentos concretos.

¿De dónde sale este cambio de perspectiva?

— El cambio se produjo cuando empecé a codirigir el medio cultural En Cerca, a través del cual empezamos a realizar reportajes en territorios de las Terres de l'Ebre. Me di cuenta de que incluso dentro de las Terres de l'Ebre también somos bastante centristas y focalizamos nuestro interés en el Baix Ebre y en Tortosa y, en cambio, la zona de la Terra Alta y la Ribera, precisamente las zonas donde se hace vino, quedan más olvidadas. Aún así, hemos hecho un trabajo para reivindicar las historias que pasan en estas dos zonas y he tenido la suerte de escuchar a muchos agricultores, productores, cooperativas, enólogos y comerciantes de vino y he podido tener una visión de 360 ​​grados sobre este mundo. Conocer a la gente que está vinculada al vino me ha hecho valorarlo como un elemento cultural.

De todas las historias que has podido conocer, ¿cuál recuerdas especialmente?

— Es complicado escoger una, porque te das cuenta de que todas tienen sus particularidades. Pero quizá me llame la atención especialmente la nueva hornada de productores jóvenes, que están muy convencidos con su labor como enólogos. Muchos de ellos han ido a formarse en Falset y después han vuelto a sus respectivas zonas a impulsar las bodegas de sus antepasados ​​o bien han comenzado nuevas. Me parece increíble. Por ejemplo Alícia Serres, a través de la bodega familiar de su padre, Laureano Serres, fue de las primeras enólogas que hicieron vinos naturales en Cataluña, y están buenísimos.

¿Qué es lo más valioso que has aprendido a ver de tan de cerca la producción de vino?

— Para mí, uno de los grandes descubrimientos del territorio ha sido el vimblanco, un vino de licor casi desaparecido en toda Cataluña. Se hacía en la Ribera d'Ebre, pero especialmente en Vinebre. De hace un tiempo hay algunos productores que están volviendo a hacer vimblanco, pero al ser un proceso muy costoso las producciones son escasas. Yo le conocí a través de Noemí Poquet, de la Bodega Molí de Rué, y me explicó que para hacer el vino los granos de uva se dejan sobremadurar y secar al sol. Me parece muy curioso y estaba buenísimo, recuerdo que la botella se llamaba Sol y Serena y tenía un sabor de pasa muy dulce.

Veo que para ti es importante conocer quién está detrás de cada vino. ¿Qué más tienes en cuenta a la hora de elegir una botella?

— Últimamente, lo primero que miro es que sea Denominación de Origen Terra Alta: son unos vinos buenísimos y tienen un precio muy asequible. También tengo muy en cuenta la estética: cuando veo una etiqueta chula sé que hay alguien que ha pensado en el diseño. Por ejemplo, Josep Ollé ha impulsado los vinos Inspira - Vino y Cultura, que tal y como dice el nombre son vinos diseñados con fragmentos de poetas y que pretenden hacer valer autores catalanes a través de la cultura del vino. Es un gozo beber una botella de vino que tiene fragmentos literarios.

Tienes muy presente la Terra Alta, pero también hay otras denominaciones de origen, como el Montsant o el Priorat, que están bastante cerca. ¿Por qué crees que no las tienes tan presentes?

— Es totalmente cierto, es una distancia entre territorios que es estúpida, pero también es causada por las carencias que sufren tanto las Terres de l'Ebre como la zona del Montsant y el Priorat: el olvido y la falta de infraestructura para que haya buena comunicación. Pese a que la distancia geográfica sea poca, no es fácil llegar del Montsià al Priorat. Además, supongo que el hecho de que la Terra Alta sea una de las cuatro comarcas que conforman las Terres de l'Ebre también hace que la tengamos más presente, pero ojalá estas fronteras mentales desaparecieran.

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