Ni un día en casa

El Recó del Avi: un refugio culinario que une generaciones

En este establecimiento de Guardiola de Berguedà encontrará cocina de montaña, brasería y productos de proximidad

Joan y Carme Casals en la sala del restaurante con un póster de su padre Joan Casals Boixader realizado por el dibujante Kap
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El rincón del abuelo

  • Dirección: plaza de la Farga 10, Guardiola de Berguedà
  • Carta: típicos platos de montaña
  • Obligado: guisantes negros salteados
  • Vino: predominio de vinos catalanes
  • Servicio: familiar
  • Local: rústico y decorado con fotos del Abuelo con famosos
  • Precio pagado por persona: 30 euros

Fue en 1974, cuando Joana y Joan abrieron su restaurante en Guardiola de Berguedà. Él tenía una pequeña fábrica textil en la comarca, pero el sueño del matrimonio era dar de comer a su pueblo y hacerlo sin demasiadas pretensiones, ofreciendo lo que antes se llamaban tapas de payés: cabeza y pata, asaduras, tostadas con carnes en la brasa y poco más. Evolucionaron y la cocina liderada por Joana empezó a hacer guisos y menús del día pero siempre sin perder la esencia de payés, el sello del restaurante. Mientras el matrimonio disfrutaba haciendo crecer el negocio, sus hijos, Joan, Carme y Montserrat ayudaban a sus padres los fines de semana.

A mediados de los años noventa, la familia Casals decidió vender el negocio, que se convirtió en un pub. Durante el 2004 lo recuperaron, le pusieron de nombre Casa Duaner y añadieron un pequeño hotel, de pocas habitaciones. Y el restaurante le repensaron: más cocina de montaña, más brasería y más productos de proximidad, una fórmula que aún perdura en la carta. Por eso, empezar la comida con unos guisantes negros salteados debe ser obligada. "Son muy especiales y exclusivos del Berguedà. Aparte de aquí, sólo los puedes encontrar en el norte de Europa y Australia, me parece", dice Joan Casals hijo. Son marrones, pero cuando los bulls es cuando toman ese color más oscuro, casi negro, que los hace tan especiales. "Era la comida que se daba al ganado hace muchos años, pero con las épocas de hambre, empezaron a consumirse", añade Joan. Rematemos los primeros con los garbanzos con tripa de cordero y una sopa de caldo con galets y pelotas. "Hervimos durante seis horas huesos de pollo, jamón o lo que tengamos. Por eso sale así de bueno". A los segundos predomina la cocina a la brasa con encina. Comemos el churrasco de ternera de ganaderos del Berguedà, los pies de cerdo y lo que ellos llaman "la cata", la butifarra típica de la comarca. De postre, un semifrío de turrón con trocitos de avellana y un coulant de chocolate con helado de vainilla. Todo regado con el vino de la casa, un Priorato que compran a granel y sirven en jarra.

Durante los dulces y las copas nos fijamos en las fotografías que decoran todo el restaurante. Son imágenes de personas famosas o ex jugadores del FC Barcelona con el Abuelo del Barça. "Él era mi padre", dice con orgullo Joan. Todo empezó en la final de Sevilla, contra el Steaua de Bucarest. "Allí fue vestido con la camiseta y la barretina y todos empezaron a llamarlo así por la similitud con el personaje ficticio, y desde ese día, fue al Camp Nou vestido así. De este modo surgió el su personaje". A partir de ahí, la gente que subía a Guardiola para el almuerzo pedía por el "restaurante del Abuelo del Barça" y, como en el pueblo nadie le conocía por ese nombre, los hijos le decidieron cambiar, con buena decisión, por El Rincón del Abuelo. "Lo pusimos con e, porque viene de recóndito, a escondidas, no de rincón", reconoce Jordi. Así, entre sabores auténticos y recuerdos familiares, El Recó se ha convertido en un refugio donde cada plato cuenta una historia, y une generaciones y corazones, al igual que el Barça. En cada mordedura se siente la pasión de un legado que sigue vivo, e invita a todo el mundo a ser parte de esta deliciosa tradición de un verdadero equipo.

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