El Solpost, o como una niña en el autobús escolar soñó que haría un vino en el Montsant

Era una niña, morena de pelo y piel, de ojos como pozos, que cada mañana, haciendo el camino de la escuela, miraba aquella finca, que era como un pequeño pueblo fortificado. La niña vivía las vendimias de aquella finca con la cabeza pegada al cristal del autobús escolar, yendo de Pradell, donde vivía, en la Torre de Fontaubella y hasta Falset, donde estaba la escuela. La finca era "del señor Joan", que "hizo muchos duros en Barcelona durante la posguerra"; los padres de la niña le prestaban servicios. Por la vendimia, el padre de la niña llevaba un camionito que tenía. El toldo lo ponían al revés y allí echaban las uvas. La niña es Pilar Just, que tiene un nombre muy literario y hoy es la presidenta de la DO Montsant. Los ojos son todavía como pozos.

Un día, ya de mayor, una prima de Pilar vio que la finca, Mas Sant Rafel, salía a subasta. La DO Montsant, que hoy amamos, todavía no existía. “Yo era una yuppie en Barcelona”, dice Pilar. Pero la finca debía ser suya. Estuvo un año negociando con los bancos. “Para comprar una finca tan grande tenía que venderme lo que tenía, era muy arriesgado. Fue nuestra, mía y de mi exmarido, en diciembre del 97. Empiezo a plantar viña en el año 98 y la primera cosecha que vendemos es la 2000, en la Cooperativa de Falset”. En 2001 se crea la DO Montsant, y ellos quieren dar sentido a la tierra. Su padre le dice: “Haga vino”. Y ellos sin pensar, “con la ilusión y la ida de olla, sin experiencia alguna, lo hicimos”. Pilar no lo dice, pero pisando su bodega ves que siempre han cobijado otros proyectos. A uno le hacen de almacén y le guardan las botellas, al otro le dejan etiquetar en la bodega...

La gama Solpost es la parte más “clásica”, en un muy buen sentido, de la bodega. Cuenta el paisaje, la tierra, con las dos variedades reinas de la zona. El Solpost que tenemos en la copa es un coupage de garnacha y cariñena con un poco de cabernet. “Cuando decidimos plantar garnacha nos decían que estábamos locos. Era la época en que las variedades francesas estaban de moda, y nos decían que debíamos plantar merlots. Pero compramos una finqueta de garnacha… Yo siempre digo que tengo cuatro hijos. Blanca nació en el 2001, Joana en el 2002, en el 2003 hice el primer vino, y Xavi nació en el 2004. Xavi es el mío cuarto hijo”.

Pilar ha sabido encontrar el reflejo identitario del Montsant, donde la línea conductora es la frescura, la delicadeza. Aquí, cada finca tiene un microclima, cada viñedo una personalidad. La bodega de hoy es la única en esta zona, la cordillera Prelitoral, más fresca y lluviosa. “Por suerte las fincas están orientadas al norte, por lo que no sufren estrés hídrico y están en un entorno calizo. En boca, esto te da la gran frescura. La cariñena es un viñedo viejo con suelo de sablón, que da, encuentro, un frescor metálico particularísimo".

Como presidenta, Pilar nos habla de la sequía. “La finca de cariñena suele dar 4.500 kilos de uva . Este año hemos cosechado 800. ¿La garnacha? Un 40% menos...”. . El año pasado y este año hemos tenido el pozo bajo mínimos. Si no hubiera llovido en septiembre, habríamos tenido que comprar agua”. garnacha. Dos fincas, dos historias: la verticalidad y la potencia, este acompañamiento. El maridaje ideal sería con una ternera con zumo, platos de la abuela y la madre de Pilar. tanto”, dice. Pero no es cierto. Nunca podré decir como hoy, bebiéndose este vino maravilloso, está bebiéndose el paisaje mágico, indómito y lunar del Montsant. Una explosión controlada, la concentración de la belleza. Siempre dicen que el vino se asemeja a las personas que lo hacen, y no puede ser más cierto en el caso de Pilar Just. Qué coupage perfecto hacen su nombre y su apellido. Es un palo de pajar, una columna necesaria, por recta y precisa, por tanto, bellísima. Así es el Solpost.

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