"Los vinos de mujeres no son ni los sencillos ni los florales, sino los hechos con expresión femenina"
Gran éxito de público en el salón Mujeres del Vino, coorganizado por la enóloga Anne Cannan y la sumiller Meritxell Falgueras en Palau de Pedralbes
Palacio de PedralbesLa expresión “vinos de mujeres” para menospreciar un vino, para calificarlo de sencillo y sin crianza, es una historia del pasado. Así lo aseguraron enólogas como Anna Espelt, de la bodega Espelt (DO Empordà); Sandra Estévez, de Mas Tinell (DO Penedès), y Marta Torres, de Albet y Noya (DO Penedès). "Ahora cuando hablamos de vinos de mujeres queremos decir que son hechos por profesionales del vino y quizás también con feminidad", afirmaba Anna Espelt, que añadía que, por el contrario, los vinos tintos con crianza tampoco los calificamos ya de "vinos de hombres".
La enóloga Marta Torres recordaba que cuando terminó el grado en Espiells (fue la segunda promoción), cuando iba a las bodegas a pedir trabajo daban por hecho que quería trabajar en los laboratorios. “Les decía que no, que quería estar en bodega, que quería remover el vino en los depósitos y que podía utilizar las mangueras cuando hiciera falta”. Tanto lo deseó que lleva treinta y un años trabajando en el trabajo que más le gusta. “Sólo un año me perdí una vendimia, la del 2007, porque mi hija pequeña nació un 20 de agosto, pero ninguna más”, explicaba mientras hileras y hileras de gente paseaban por los salones del Palau de Pedralbes en lo que se podría calificar un gran éxito de convocatoria.
Mientras, la enóloga Sandra Estévez, que comentaba que lleva cinco años hablando catalán, los mismos que lleva trabajando en Mas Tinell, asegura que “el trabajo de enología no es un trabajo adscrito sólo a los hombres, y menos a Cataluña ”. Y lo decía porque ella es de La Rioja, y fue allí donde estudió sus estudios.
Entre conversación y conversación, cada una de ellas ofrecía sus vinos para que quienes habían pagado la entrada y habían aguantado estoicamente la cola para entrar pudieran probarlos. Olivia Bayés, de la bodega Marco Abella, situada en Porrera (DOQ Priorat), daba a conocer un vino kosher que es una novedad de la bodega. “Lo hemos hecho para abrir un nuevo canal de venta, y en pocos meses lo hemos hecho llegado a Estados Unidos, y ya ha ganado una medalla de oro, porque nos han dicho que vinos kosher de la calidad que hemos hecho hay pocos”, explicaba Bayés. Se llama Daleah Shomer. “Hemos embotellado la primera añada, que nos ha hecho aprender mucho sobre cómo hacerlo, porque sólo el rabino puede manipularlo dentro de la bodega, y él debe seguir nuestras indicaciones”, decía. Olivia también recordaba lo que antiguamente había llegado a querer decir “vinos de mujeres”: eran los vinos rosados, que quizá por eso han costado siempre tanto prestigiarlos en nuestra casa. De hecho, en la misma DOQ Priorat los rosados son una excepción, y es justamente ahora que el enólogo René Barbier hijo ha decidido hacerlo (de nombre Gratallops, en Clos Mogador), para demostrar su calidad.
Por su parte, la enóloga Mireia Pujol-Busquets, de la bodega Alta Alella, daba a conocer la novedad más atrevida, la cerveza de vino hecha con la variedad Mataró. Mientras la servía en copa, indicaba que tiene entre seis y seis grados y medio de graduación, y que ha tenido que adaptar una parte de la bodega y contratar una brewery para su elaboración. El resultado es memorable, y todo el mundo que pasaba y lo escuchaba quería probar la cerveza de vino artesana de la bodega Alta Alella.
La familia Llopart también tenía una novedad, la espumosa Enoteca 2009, que ha salido al mercado con treinta mil botellas, y lo ha hecho para estrenar una nueva parte de la enoteca de la bodega. Lo explicaban las dos hermanas Jesi y Xon Llopart junto con la sobrina de ambas, Ester Cardús Llopart (29 años), que representa una nueva generación en la bodega. “He estudiado derecho y administración de empresas, y como siempre había echado una mano en las ferias y en la bodega he vuelto, porque el trabajo me gusta mucho”. Y se las escuchaba a todas Rosa Aguado, de Vila Vinateca, una de nuestras mujeres sabias del vino catalán y del mundo.
Quien también conoce con profundidad el viñedo y el vino es la enóloga Mireia Torres, de Jean Leon (DO Penedès), que impartía con una claridad conmovedora una explicación sobre el significado de variedades femeninas de uva, que las hay, sí. "Una variedad femenina de uva significa que no es hermafrodita, que es como son la mayoría". Entonces no pueden autofecundarse, por lo que necesitan insectos o polen. Por eso son variedades menos productivas que las demás, porque no todas las flores se fecundan. “Una de las variedades que hemos recuperado, la gonfaus, es femenina: da cuatro mil kilos de uva por hectárea, y es una variedad muy buena, que da mucho volumen en boca”. Justamente fue uno de los vinos que Mireia Torres explicó en la cata de variedades antiguas en Barcelona Wine Week, y que presentaba en coupage con la variedad garnacha, en una proporción de setenta (de gonfaos) por treinta.
Con las mejores catas llegaron las palabras oficiales del acto. La directora del Instituto Catalán del Vino (Incavi), Alba Balcells, señalaba que “han tenido que pasar cuatro décadas para que una mujer dirigiera el Incavi, y no ha sido porque no la hubiera”.
Se refería al lo que ella ha sido la primera mujer. Y añadía: “Todo ese talento debemos explicarlo siempre que tengamos la oportunidad, porque los vinos hechos por mujeres tienen la misma valía que cualquier otro. Por eso Mujeres del Vino es un movimiento transformador, que ayudará a nuestras hijas a vivir en un mundo más libre”, acababa, y la sumiller Meritxell Falgueres, coorganizadora del acto, recordaba que la enóloga Anne Cannan había sido la creadora de la iniciativa desde el principio, con un primer encuentro en el Priorat en 2009, y este año, 2024, con un gran éxito de convocatoria, y con el objetivo de hacerle crecer hacia otros lugares, como en Madrid, donde ya han estado.