Mercados

Xavier Petràs: "Cierre temporalmente la parada de setas de la Boquería para reinventarla"

Xavier Petràs relata el agotamiento que supone intentar vender frutas y verduras mientras cuarenta turoperadores con decenas de turistas se plantan frente a su parada todos los días

Xavier Petràs, en la parada del mercado de La Boqueria que hoy no ha abierto por primera vez desde que le traspasó su padre
26/07/2025
4 min

BarcelonaLa parada Fruits del Bosc Petràs del mercado de la Boquería de Barcelona, conocida popularmente como Setas Petràs, ha cerrado "de forma temporal", como explica Xavier Petràs, hijo del reconocido Llorenç Petràs, que se jubiló hace 17 años y traspasó a los tres hijos el negocio de compra y venta de setas, verdura y productos de calidad. Desde entonces, Xavier y su hermana Mercè se encargan de la parada en el mercado de la Rambla de Barcelona y también de la hostelería, mientras que su hermano mayor, Isaac, lleva la distribución a supermercados.

"Remarco que he cerrado de forma temporal, no me la he vendido, porque la volveré a abrir, y estoy pensando en la manera de reinventarla cuando la abra de nuevo", explica Xavier cuando ha plegado de trabajar este viernes por la tarde. "Sí, hoy no he parado de trabajar en todo el día, y he terminado por la tarde; no he subido la persiana del mercado, pero he estado en la nave que he estrenado hoy en Olesa de Montserrat desde donde repartiré a partir de ahora los productos en los restaurantes", comenta, y añade que no quiere avanzar las ideas que tiene pensadas para reabrir la parada.

La parada Fruits del Bosc Petràs.

Cerrar temporalmente la parada histórica de la Boqueria significa para Xavier tener tiempo para pensar y reflexionar sobre lo que querrá hacer cuando abra de nuevo, pero también poder romper con la dinámica en la que estaba inmerso. "Cada día me peleo con turoperadores que me llevan un grupo de turistas delante de la parada, y empiezan a explicarles que desde nuestra parada salían los ingredientes de los platos a cocineros conocidos", señala Xavier. Se pelea porque, primero, el grupo le bloquea la parada, y nadie más puede ver qué es lo que vende, y segundo, porque Xavier sostiene que él nunca ha querido relacionar su trabajo con ningún cocinero para sacar un provecho propio, "y entonces lo hacen los turoperadores sin permiso alguno". El dato es que en un día puede llegar a tener delante de su parada hasta cuarenta turoperadores con decenas de turistas cada uno, ya estas cifras hay que añadir a los turistas pasavolantes que van por su cuenta. "¿Cómo se puede trabajar así? ¿Cómo puedo intentar vender los tomates buenísimos que tenía esta semana?", dice Xavier Petràs.

Olor a fritura

También hay más motivos que le han llevado a realizar una parada temporal de su parada en la Boqueria. "La comida cocinada, preparada para comer, que está en muchas paradas; es tanto así, que cuando llego a casa, la ropa me huele a fritura". Para continuar, en el mercado, el turista lo toca todo y no compra casi nada. "Esta semana, vuelvo a decirlo, he tenido unos tomates muy grandes y buenos. Más de veinticinco veces al día tenía que decir a los turistas que no les tocaran, que los tomates se compran y no se tocan", explica Petràs. Y el caso es que mientras les tocan, "se están comiendo fritos y bebiendo zumos sobre los alimentos".

Por todo ello, Xavier Petràs sostiene que el mercado de la Boqueria ha evolucionado hacia un camino que no es el suyo, que es el del producto de calidad. Los tiempos también han cambiado. "Cuando mi padre trabajaba, sólo tenía un repartidor y ya está, porque eran muchos los cocineros los que venían a la misma parada a comprar; ahora los cocineros pasan a saludarme, pero nosotros ya les hemos llevado los productos al restaurante, así que yo debo tener tres comerciales, tres furgonetas y cada día tengo que cazar nuevas ventas en restaurantes", relata Xa.

Xavier Petràs con el producto insignia de la parada: las setas.

No son tiempos fáciles, pero Xavier Petràs tiene muchas ideas y ganas de seguir luchando. "Cuando vuelva a abrir, tendré un lineal de producto de calidad, y querría otro, que no quiere adelantar cuál será, pero que será inédito hasta ahora en su parada, porque nunca lo había hecho. que él no está en contra del turismo, pero sí de la masificación.

Para terminar, el encierro temporal de Bolets Petràs se enmarca en una crisis del mercado de la Boqueria. el emblemático bar Pinocho –que cerró fruto de una pelea familiar– y también deel bar Direkte, del cocinero Arnau Muñío. Mientras todo esto ocurre en la Boqueria, en el mercado cercano de Santa Caterina los vecinos y los restauradores hacen esfuerzos para que se mantenga cómo debe ser un mercado: con paradas con producto en crudo, que debe cocinarse en casa, con bares de toda la vida, como el emblemático bar Juanito, y con locales nuevos que se han abierto como el de los hermanos italianos Colombo, que abrieron el Brutal. Ambos contaron en AHORA COMEMOS que habían elegido instalarse ante el mercado de Santa Caterina para comprar el producto en las paradas.

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