Guardería

Esto es lo que debes tener en cuenta a la hora de elegir guardería

Un proyecto educativo respetuoso con el niño, un equipo comprometido y unos espacios seguros y que fomenten el movimiento y la exploración, aspectos clave

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Niños en la guardería.

Cerdanyola del VallèsEn septiembre, en Abril Segura empezará la guardería. Tendrá 20 meses, lo que ha sido posible gracias a que los padres, Laia y Adrián, han podido dedicarse a la crianza de la pequeña al poder combinar sus turnos en el hospital en el que trabajan. Ella tiene además reducción de jornada. A pesar de sentirse "afortunados" por haber aplazado al máximo esta nueva etapa, Laia se enfrenta a este momento con "un poco de angustia" por dejarla tantas horas con gente desconocida.

Estos días, Laia y Adrián visitarán varias guarderías de Cerdanyola del Vallès, donde residen. De momento han conocido un par de privadas, y entre esta semana y la próxima visitarán las tres municipales. El objetivo, captar todo lo que rodea al proyecto educativo, los espacios y el equipo docente de los centros antes de la preinscripción, que es entre el 8 y el 21 de mayo. Sus inquietudes son las ratios, los horarios, los espacios “y, sobre todo, cómo se va a sentir ella allí”. Otra duda es cómo hacen la adaptación a cada centro, “si realmente es progresiva o si en tres días ya debe quedarse sola”. Laia preferiría que fuera poco a poco. "De hecho, hemos cogido vacaciones en septiembre para acompañar a Abril en la adaptación”, apunta.

Espacio amable con las criaturas

El espacio es una de las cosas en las que los padres de Abril más se fijan. “Para nosotros es importante que sea amable con los niños y que tenga bastante espacio exterior”, afirman. También el proyecto educativo, y si tienen cocina propia. “La parte más importante es el talante del equipo de educadoras, porque al final es con quien nuestros hijos estarán un montón de horas: que sean vocacionales y amables con los niños, que creen un vínculo”, subraya Laia . En estas visitas, a la madre también le gustaría conocer el día a día de los niños: “Qué actividades realizan por la mañana y por la tarde, cada cuánto les cambian el pañal, dónde comen, si les lavan las manos antes y después de las comidas. .”

Laura Collado, delegada de Caballo de Cartón Servicios Educativos, que gestionan guarderías municipales en toda Cataluña, dice que, como complemento de la educación en casa, en las guarderías las criaturas se encuentran con unos espacios pensados ​​y preparados por favorecer la exploración y el movimiento, y que interactúan con una variedad más amplia de personas y situaciones de aprendizaje, lo que puede enriquecer su desarrollo social, emocional y motriz. Aprender a compartir, esperar su turno y resolver conflictos son asimismo "habilidades clave" que se fomentan en este entorno. "La elección, pues, se convierte en una decisión fundamental para el desarrollo de los niños", dice Collado, que también recomienda aprovechar las jornadas de puertas abiertas para visitar diferentes centros y hablar con el equipo profesional y otras familias para obtener una mejor perspectiva antes de tomar una decisión.

Aspectos a considerar durante las puertas abiertas

  • Proyecto educativo. Cada escuela debe tener un proyecto propio que refleje sus valores y objetivos educativos. Es esencial que el modelo respete los derechos de los niños y niñas y promueva su autonomía, inclusión y equidad.
  • Equipo de profesionales. Los educadores y educadoras deben ser calificados y con experiencia, capaces de proporcionar una atención educativa de calidad.
  • Atención a las familias. Una guardería debe trabajar en colaboración con las familias y ofrecer un marco de cooperación y participación.
  • Entorno físico. Las instalaciones deben ser seguras, acogedoras y adecuadas a las necesidades evolutivas de los niños, con espacios que fomenten el movimiento, la experimentación y la exploración.

Confianza con la persona educadora

Durante la primera infancia el vínculo entre la educadora y el niño es fundamental para su desarrollo emocional y cognitivo. Esto, sabiendo que cada niño es único, comporta para Collado proporcionar "una atención individualizada", que reconozca las necesidades e intereses de los niños y niñas. Para la experta, el aspecto más importante para construir este vínculo es "la confianza", ya que los niños "deben sentirse seguros, lo que les permitirá explorar y aprender". Otra clave para mantener este vínculo es "estar presentes emocionalmente", ya que "es clave que nos tengan cerca para sentir nuestro cariño y respeto, desde su singularidad y desde la confianza plena en sus posibilidades de desarrollo y crecimiento”.

Para la portavoz de la Asociación Catalana de Guarderías, Mireia Català, también es necesario que las familias depositen esta confianza en el equipo directivo y docente del centro desde el primer momento. Por eso, durante las jornadas de puertas abiertas les insta a escuchar las explicaciones y sobre todo a tener un momento de confianza que les permita poder preguntar y despejar todas las dudas que todos los padres se plantean antes de empezar esta etapa. A veces, insiste, es necesario realizar una segunda visita. Esta comunicación fluida, según Català, debe garantizarse durante toda la estancia del niño.

Descubrimiento y socialización

Para Català es importante que las familias se pregunten "qué necesitan para los hijos", si unos espacios amplios y con mucho material educativo, un personal consolidado y bien preparado, cocina propia, contacto con una segunda lengua, un proyecto educativo atractivo, disponer de especialistas en psicología/pedagogía, horarios y calendario de vacaciones que se adapten al horario laboral de la familia... “Quizás algunos dan prioridad a unos aspectos y otros a otros, pero es necesario que la familia haga una reflexión una vez hechas las visitas”, insiste Català.

La etapa de los 0-3 años es el momento del descubrimiento y la socialización, y las guarderías juegan un papel clave. Por primera vez, el niño se separa del entorno familiar y se integra en una comunidad que le ofrecerá experiencias y situaciones diversas que contribuirán a su crecimiento y desarrollo. Es la etapa de la vida en la que se realizan “los aprendizajes más relevantes”, es decir, se aprende a desplazarse y caminar; a hablar y pensar por nosotros mismos; a compartir y socializar. "Todo esto hay que hacerlo en un entorno rico en estímulos", sostiene Català. Por eso, destaca, es importante tener en cuenta que, dentro del proyecto de cada centro se recogen no sólo las actividades y proyectos, sino también los valores, las fiestas y tradiciones, la observación y atención a las dificultades evolutivas, así como el tiempo del que dispone el centro para la atención a los niños.

Sentimiento de culpa

A pesar de los beneficios que puede aportar la guardería durante la primera infancia, hay padres que se verán obligados a empezar esta etapa cuando los hijos tengan poco más de cuatro meses o seis, si ambos combinan los permisos de paternidad. Sobre cómo deshacerse del sentimiento de culpa, Català invita a las familias a pensar que no les están dejando en cualquier lugar, sino en centros autorizados, que nos garantizan una seguridad tanto de espacios como de personal. "La normativa que deben cumplir las guarderías es siempre muy estricta", añade.

En este impasse se encontraban hace un año Carlos y Mar. Clara Vallvè, la hija, sólo tenía dos meses, pero sabiendo que en septiembre –cuando agotaran sus permisos de paternidad– la pequeña debería ir a la guardería, no les quedó otro remedio que acudir a las jornadas de puertas abiertas de los centros del municipio en el que viven. La necesidad de conciliar con el trabajo no les dejaba otra opción. En septiembre Clara tendría siete meses y, a pesar de “el privilegio de haber disfrutado hasta entonces de la crianza”, Carlos se sentía impotente: “No la veía preparada para empezar la escuela ni para dejar el hogar, que hasta aquél momento había sido todo su mundo; con siete meses apenas gateaba o se volvía sola”.

Adaptación para ambas partes

Una vez que decidieron –“obligados”, insiste Carlos– que la pequeña tenía que ir a la guardería, priorizaron aspectos como que “no estuviera rodeada de cemento”, que tuviera un patio con tierra y árboles, uno proyecto que fuera similar a sus principios y cocina propia."También que fuera pública y estuviera cerca de casa", añade. Una vez visitaron una de las escuelas municipales, de la que ya les habían hablado, el enamoramiento fue instantáneo. “Ya no necesitamos verme más”, apunta. El centro tenía casi todo lo que buscaban. “Aparte del proyecto pedagógico, que encajaba con nuestra forma de ser, nos gustó mucho la ubicación (un poco apartada y junto a la montaña), el patio, las profesoras, la cocina...”, afirma. Sólo deberían renunciar a que estuviera cerca de casa.

Siete meses después, los padres están "contentos y satisfechos" con la elección. "Lo que peor llevamos es no poder ir andando, pero ya sabíamos". Sin embargo, volverían a hacer la misma elección “sin lugar a dudas”. Además, sabiendo que Clara y Carlos se beneficiaron de un proceso de adaptación bastante extenso. A él le quedaban tres semanas de permiso de paternidad, tiempo que aprovechó para acompañar a la pequeña. Su adaptación fue muy rápida y fácil: "De hecho, podríamos haberla hecho en días". Sin embargo, él necesitó toda la adaptación, tres semanas: "Para habituarme, para quedarme tranquilo y para ver que, a pesar de ser pequeña, estaría bien". "Siempre digo que la adaptación fue más para mí que para ella”, añade.

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